Art¨ªculo 103: la pol¨ªtica econ¨®mica ser¨¢ com¨²n
Algunas dudas sobre los criterios para acceder a la tercera fase llegar¨¢n hasta la cumbre de Maastricht
SOLEDAD GALLEGO-D?AZ, De todo lo que se hablar¨¢ en Maastricht, realmente pocas cosas implican que Europa funcionar¨¢ en un futuro inmediato de forma aut¨¦nticamente "comunitaria". Sin embargo, hay algo que s¨ª tendr¨¢ un efecto inmediato y supondr¨¢ una verdadera uni¨®n: la pol¨ªtica econ¨®mica y monetaria, que se fijar¨¢ no por unanimidad sino por mayor¨ªa y que quedar¨¢ sometida a las reglas de integraci¨®n. Incluso, como se aprecia en el art¨ªculo 103 del borrador de Tratado, los ministros de los Doce, por mayor¨ªa, podr¨¢n obligar a rectificar a quien se muestre d¨ªscolo.
El debate sobre la uni¨®n europea ha puesto de manifiesto lo f¨¢cil que resulta en la CE ponerse de acuerdo en los temas relativos a econom¨ªa y dinero y lo complicado que es llegar incluso a un m¨ªnimo com¨²n denominador en temas pol¨ªticos.
Si no fuera por la firme y reiterada negativa del canciller alem¨¢n Helmut Kohl, respaldado por Francia, a aceptar un Tratado en el que los dos aspectos (econ¨®mico y pol¨ªtico) no est¨¦n equilibrados, la cumbre de Maastriclit se convertir¨ªa en u na amable reuni¨®n en la que los IP deres europeos s¨®lo tendr¨ªan que pulir los planes preparados por los expertos. Incluso Gran Breta?a es mucho m¨¢s tratable en ese campo que en otros: nadie sue?a siquiera en sugerirle que la pol¨ªtica interior, exterior o de seguridad se decida por mayor¨ªa y no por unanimidad.
Cuando faltan 15 d¨ªas para la celebraci¨®n de la cumbre, parece claro que los ministros de Econom¨ªa han desbrozado el camino y que pocos puntos llegaran abiertos hasta la mesa de los jefes de Gobierno. Uno de los considerados "insolubles" es el planteado por Espa?a, la famosa "cohesi¨®n" (o compromiso de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros de ayudar econ¨®micamente a los que lo son menos). La reclamaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez tendr¨¢ un tratamiento "horizontal", es decir se discutir¨¢ tanto en la parte econ¨®mica como en la pol¨ªtica, pero de momento no parece que ninguno de sus colegas est¨¦ dispuesto a satisfacerle.
El cogollo de los acuerdos econ¨®micos y monetarios lo constituyen los art¨ªculos relativos a la fase 3, en los que se fijan los criterios (o m¨¢s claro, las condiciones) que deben reunir los pa¨ªses que formen la verdadera uni¨®n. Esos criterios se resumen en 4 puntos: control del d¨¦ficit, control de la inflaci¨®n, estabilidad de los tipos de cambio y control de los intereses a largo plazo.
Aunque existe un consenso b¨¢sico, estan todav¨ªa abiertas algunas cuestiones. Al margen de la llamada cl¨¢usula del "opting out", y de la sugerencia espa?ola de que se pueda retrasar esa fase hasta 1999, en lugar de 1997, como est¨¢ previsto actualmente, existen otros aspectos todav¨ªa sin perfilar. Por ejemplo, las sanciones que se pueden imponer al pa¨ªs que no acomode su econom¨ªa a esos 4 criterios al ritmo necesario.
El Gobierno "acusado" Podr¨¢, seg¨²n, los casos, ser sancionado desde con multas a ¨¦xclusi¨®n de pr¨¦stamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Peor, y m¨¢s discutible, podr¨¢ ser obligado a realizar dep¨®sitos de dinero no remunerado e, incluso, ver como se supenden los compromisos contra¨ªdos por los llamados Fondos Estructurales de la CE, es decir ver cortado el principal mecanismo por el que recibe dinero comunitario.
El criterio de "inflaci¨®n", fijado en un IPC que no supere en m¨¢s de 1,5 puntos a la media que tengan los tres mejores pa¨ªses en 1996, es rechazado por varias delegaciones, entre ellas la espa?ola. No en balde se considera lo m¨¢s d¨ªficil de cumplir.
El Gobierno espa?ol pide que se modifique el art¨ªculo para que sea suficiente, en todo caso, un IPC inferior al 3%. El problema es que en 1996 la' media "a la baja" puede ser de un 0,5%, con lo que los otros pa¨ªses estar¨ªan obligados a no superar el 2%. Un punto m¨¢s dar¨ªa fuelle a los malos cumplidores.
Adem¨¢s de los aspectos relacionados con los "criterios" paraacceder a la verdadera uni¨®n, con una sola moneda y un Banco central Europeo, existen tambi¨¦n discrepancias en los siguientes cap¨ªtulos:
-1) Capital del Banco Central Europeo y m¨¢s concretamente, c¨®mo se reparte. Hasta ahora se preve¨ªan dos factores: poblaci¨®n y Producto Interior Bruto. Holanda ha introducido en el ¨²ltimo minuto otro elemento, que le beneficia a ella y a los grandes y que los peque?os y medianos consideran "provocador": habr¨ªa que tener en cuenta adem¨¢s las exportaciones que realiza cada pa¨ªs fuera de la CE.
Lo m¨¢s probable es que prospere la primera redacci¨®n y que el capital se fije seg¨²n la poblaci¨®n y el PIB (50%-50%). Este criterio supondr¨ªa que Espa?a tendr¨ªa que aportar, m¨¢s o menos, un 10% del capital total.
-2) Cuestiones institucionales (competencias de la Comisi¨®n, Parlamento y Consejo de ministros). En la actual CE, todo lo que se considera "comunitario" puede ser tratado por los ministros s¨®lo si hay una iniciativa previa de la Comisi¨®n. Y para modificar esas propuestas, los ministros necesitan la unanimidad. Este sistema da un cierto poder a la Comisi¨®n y se considera como el m¨¢s "europeo".
Sin embargo en este caso, plantea un problema. Los Doce consideran fundamental que el Tratado respete los principios de no coerci¨®n, no veto, no exclusi¨®n arbitraria para pasar a la tercera fase. En teor¨ªa, la Comisi¨®n tendr¨ªa m¨¢s poderes que nadie puesto que el Consejo no podr¨ªa modificar su propuesta salvo que consiga unanimidad. Francia y Alemania proponen que se hable de "recomendaci¨®n", f¨®rmula por la que s¨®lo har¨ªa falta mayor¨ªa cualificada para modificar el texto de la Comisi¨®n. Espa?a y los pa¨ªses peque?os, que temen un "directorio" de los grandes, prefieren mantener la prerrogativa "comunitaria".
Por su parte, el Parlamento Europeo reclama el derecho de veto de la decisi¨®n final, pero nadie parece dispuesto a concederle ese poder y el borrador habla s¨®lo de "informar" y "consultar". Espa?a y otros proponen una v¨ªa intermedia: el PE no puede vetar, pero si esta disconforme, el consejo de Ministros tendr¨ªa que volver a reunirse y pronunciarse en este caso por unanimidad.
-3) Instituto Monetario Europeo (que funcionar¨¢ antes de la tercera fase y del Banco Central Europeo). Existe todav¨ªa en el seno de los Doce una fuerte pol¨¦mica sobre c¨®mo nombrar al presidente y al vicepresidente. Espa?a, y la Comisi¨®n, quieren que se elija "de fuera" y que los nombre el Consejo de ministros. Alemania prefiere que se elija de entre los gobernadores de los bancos centrales nacionales. Una v¨ªa intermedia da la raz¨®n a Alemania, pero propone adem¨¢s un "managing director", del tipo del que existe en el FMI, elegido entre personalidades independientes.
Otra pol¨¦mica, m¨¢s importante a¨²n, consiste en los poderes que tendr¨¢ el Instituto. Alemania, que no desea que se convierta en una especie de hermano peque?o del futuro Banco Central Europeo, propone que carezca de capital propio y que reciba s¨®lo dinero para hacerse cargo de los gastos administrativos. Espa?a y Gran Breta?a quieren m¨¢s recursos y m¨¢s competencias. Por ejemplo, que cada pa¨ªs pueda pasarle parte de sus reservas exteriores y, ademas, que el Instituto emita Ecus frente a dep¨®sitos de moneda propia. La pol¨¦mica incide en la definici¨®n del Ecu. Con el modelo actual, la unidad de cuenta queda congelada, mientras que Espa?a y Gran Breta?a quieren reforzarla (ecu duro).
-4) Mecanismos de asistencia financiera. El borrador prev¨¦ que se pueda conceder por unanimidad asistencia financiera extraordinaria, pero s¨®lo en casos de "cat¨¢strofes naturales o acontecimientos excepcionales". Alemania quiere a?adir "...acontecimiento excepcional, fuera del control del gobierno". B¨¦lgica e Italia proponen que s¨®lo se requiera mayor¨ªa cualificada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- BCE
- Adjudicaci¨®n contratos
- Parlamento europeo
- SME
- Reglamentos
- IME
- Tratado Maastricht
- Disposiciones comunitarias
- Criterios convergencia
- ECU
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Contratos administrativos
- Uni¨®n Europea
- Derecho administrativo
- Organizaciones internacionales
- Justicia deportiva
- Relaciones exteriores
- Deportes
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica