?Ay, qu¨¦ dolor!
Ayer termin¨® el plazo para las declaraciones positivas del impuesto sobre la renta
Ayer fue el ¨²ltimo d¨ªa para presentar las declaraciones positivas del impuesto sobre la renta. Ha pasado m¨¢s de un mes desde que se inici¨® el plazo y, como ya es habitual en los ¨²ltimos a?os, no se han registrado aglomeraciones, seg¨²n aseguran en Hacienda. La posibilidad de presentar los impresos en las oficinas de los bancos y cajas de ahorros y el gran n¨²mero de declaraciones con derecho a devoluci¨®n (8,20 millones frente a 3,07 positivas), permiten una campa?a de renta m¨¢s flu¨ªda. Aunque la educaci¨®n del contribuyente ha progresado, siempre existen los que esperan a ¨²ltima hora, quienes se les olvida alg¨²n papel o no han rellenado bien los impresos.
Domingo y Paquita sal¨ªan ayer de la delegaci¨®n central de Hacienda de Madrid de lo m¨¢s sonriente. No era de alegr¨ªa, era puro nerviosismo. A las 14.20 de la tarde fueron a una sucursal de un banco con implantaci¨®n nacional a entregar la declaraci¨®n de la renta. No pudieron hacerlo porque les dijeron que ya hab¨ªan cerrado. As¨ª que les invitaron a que se fueran a la oficina central de Hacienda. Cuando llegaron, hac¨ªa ya tres cuartos de hora que la delegaci¨®n hab¨ªa cerrado las puertas al p¨²blico.Paquita Hern¨¢ndez, que trabaja en una empresa de marketing, y su amigo se fueron decididos al Juzgado de Guardia con la intenci¨®n de poner una denuncia "porque a las 14.20 no me atendieron cuando el horario de trabajo de este banco es hasta las dos y media", explican. Esta joven es una m¨¢s de las miles de personas cuya declaraci¨®n de la renta les ha salido positiva (tienen que pagar a Hacienda), y que esperaron a hacerlo hasta ayer, el ¨²ltimo d¨ªa para entregarlas.
Este fin de plazo no trajo grandes agobios en las oficinas bancarias y en las delegaciones de Hacienda. Eduardo, cajero de una de las delegaciones de Hacienda, observa c¨®mo los contribuyentes llegan con cuentagotas. Entre la lluvia que ca¨ªa ayer en casi toda Espa?a y el dolor de pagar, las caras no eran precisamente de buenos amigos. A¨²n as¨ª, este funcionario de Hacienda explica que "el d¨ªa no ha sido muy cruel", en comparaci¨®n con otros tragos. Ha recaudado unos cuatro millones de pesetas en met¨¢lico y unos 40 millones en cheques de un total de 200 declaraciones.
El joven cajero explica que la gente viene a pagar sus impuestos "con dolor de cabeza y de est¨®mago, de todo, pero resignados". Otro compa?ero con larga experiencia al otro lado de la ventanilla, reconoce que ahora hay m¨¢s "cultura tributaria" pero "a la mitad de las declaraciones les falta algo, una pegatina de identificaci¨®n, la firma o alg¨²n papel". La primera reacci¨®n es mirar el reloj, salir despavoridos hacia casa y volver medio congestionados, aunque con el papel en mano.
Los mismos problemas ocurren -aunque con menos disgusto-, cuando se trata de presentar una declaraci¨®n negativa o con derecho a devoluci¨®n. Como ya ha ocurrido en a?os anteriores, son muchos m¨¢s los contribuyentes a quienes Hacienda les debe dinero. Pero esta es la primera campa?a en la que el debe del fisco superar¨¢ al haber en 48.000 millones (583.000 millones de ingresos y 63 1.000 millones de devoluciones), seg¨²n estimaciones oficiales.
Pero no todo son problemas de los contribuyentes. Aunque la mayor¨ªa elige ya la comodidad de presentar la declaraci¨®n en su sucursal bancaria, no siempre se puede luchar contra los elementos. Ayer, por ejemplo, en la zona de norte de Madrid, un apag¨®n de luz dej¨® fuera de servicio los ordenadores. Al ser el ¨²ltimo d¨ªa para pagar, no hubo m¨¢s remedio que armarse de paciencia y esperar.
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