Istmia, la veneraci¨®n a Poseid¨®n
La regi¨®n de Corinto propone una ruta llena de rincones sumamente agradables, entre ellos el templo de Hera Acrea, en la playa. Pero el recorrido es un pretexto para localizar otro de los santuarios panhel¨¦nicos m¨¢s importantes: el de Poseid¨®n en Istmia, junto a la moderna localidad de Kiravrisi. All¨ª ten¨ªan lugar cada dos a?os los juegos llamados ?stmicos. All¨ª se veneraba al dios del mar en un templo que se remonta al siglo VII antes de Cristo. Destruido a mediados del siglo V, fue reconstruido, pero se quem¨® en el a?o 390, en el curso de las guerras de Corinto. Una vez restaurado, subsisti¨® hasta la toma de la ciudad por los romanos.Despu¨¦s de los decretos de. Justiniano contra los santuarios paganos, gran parte de sus materiales fueron utilizados para la construcci¨®n, de la muralla del Istmo, de manera que en la actualidad s¨®lo se conservan los cimientos y unos pocos elementos de cierta elevaci¨®n.
De los dem¨¢s edificios del santuario, el m¨¢s importante despu¨¦s del templo era el Palemonion, relacionado con un culto mist¨¦rico. En el estadio -del que se han descubierto tres remodelaciones sucesivasse desarrollaban cada dos a?os los juegos panhel¨¦nicos con competiciones diversas: de carrera, salto, pentatl¨®n, pancracio, concursos h¨ªpicos, carreras de carros y concursos corales.
Los Juegos ¨ªstmicos estuvieron organizados por los corintios hasta la destrucci¨®n de la ciudad en el 146 antes de Cristo. Despu¨¦s se encargaron de ello los sicionios. Del teatro de Istmia, s¨®lo quedan restos de la escena de ¨¦poca romana. Hay un museo de cierta importancia, con piezas halladas en la regi¨®n.
Nemea
En el l¨ªmite entre Corinto y la Arg¨®lida, la historia ofrece curiosos collages. Desde el periodo mic¨¦nico hasta el de las dominaciones franca y veneciana, pasando por el intermedio bizantino, todo est¨¢ aqu¨ª debidamente representado. Pero una vez m¨¢s buscamos el pasado cl¨¢sico y ¨¦ste se precipita nuevamente en los reinos de la mitolog¨ªa. Aqu¨ª venci¨® H¨¦rcules al famoso le¨®n, en el primero de sus 12 trabajos. Lo destroz¨® con la sola ayuda de sus manos, en una proeza que anticipa en cierto modo a las ol¨ªmpicas.
Ning¨²n atleta llegar¨ªa tan lejos en el futuro. Pero los grandes juegos se celebraban en honor de otro h¨¦roe local, Ofeltes o Arquemoro, y la recompensa difer¨ªa notablemente de las de Delfos y Olimpia, pues trat¨¢base de una corona de apio silvestre en lugar del laurel ritual.
Los Juegos Nemeos ten¨ªan lugar cada dos a?os, en el gran estadio cuyas pobres ruinas han sido desenterradas en ¨¦poca reciente.
Tambi¨¦n se han encontrado los cimientos de un albergue y las ruinas de una palestra. Aparecen en las cercan¨ªas las feas siluetas de la ciudad moderna y s¨®lo tres columnas d¨®ricas, a¨²n en pie, y los tambores de otras varias dispersos sobre el terreno recuerdan al templo de Zeus, el edificio m¨¢s importante del recinto.
Fue construido entre el 330 y 320 antes de Cristo y conoci¨®, con las distintas invasiones, los mismos avatares que los otros centros del panhelenismo. Es decir: la destrucci¨®n sistem¨¢tica y el deterioro posterior de sus restos.
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