Clinton acude a los feudos republicanos del Oeste en busca de una victoria hist¨®rica que facilite el cambio
La palabra de moda en la campa?a de Bill Clinton es "mandato". Con ella, los dem¨®cratas quieren expresar no s¨®lo la esperan za en la victoria el 3 de noviembre, sino su confianza en que el candidato de la oposici¨®n pueda obtener la suficiente ventaja como para que su triunfo sea nacional, hist¨®rico y que pueda considerarse mandato popular un¨¢nime en favor del cambio. Con ese objetivo, Clinton ha incluido en su gira electoral algunos Estados en los que Bush lleva ventaja en las encuestas, Estados claramente republicanos, que no han visto a un candidato dem¨®crata en muchos a?os.
Bill Clinton visitar¨¢ Colorado, Wyoming y Montana, lugares donde los republicanos ganaron por m¨¢s de diez puntos de ventaja en las tres ¨²ltimas elecciones presidenciales y a los que Bush, convencido de su victoria en ellos, ni siquiera se ha molestado en incluir en su campa?a en esta ocasi¨®n."Este a?o, la mala situaci¨®n econ¨®mica y el nuevo estilo de la candidatura dem¨®crata est¨¢n haciendo que mucha gente se piense sus antiguas lealtades", afirma un comunicado de prensa de la campa?a de Clinton al explicar las razones de la presencia dem¨®crata en ellos.
Cargados de optimismo despu¨¦s de haber salido fortalecidos de los tres debates electorales -que fueron seguidos por cien millones de telespectadores-, los dem¨®cratas no quieren dar por perdido ni un solo Estado y pretenden, adem¨¢s, con esta estrategia poner a¨²n m¨¢s nervioso a Bush en las dos ¨²ltimas semanas de campa?a.
Un portavoz dem¨®crata coment¨® en Little Rock unas horas antes del ¨²ltimo debate electoral que s¨®lo se atrever¨ªa a pronosticar la victoria de Clinton una vez que el duelo entre los candidatos en Michigan hubiera concluido. Pues bien, el duelo concluy¨® y no aport¨® nada significativo a favor de Bush. Los estrategas dem¨®cratas estaban preparados para lo que, en el lenguaje pol¨ªtico norteamericano, se denomina "sorpresa de octubre", un hecho imprevisto que provocase un vuelco en las encuestas.
Pero esa sorpresa no ha llegado y el tiempo transcurre con mucha m¨¢s tranquilidad para los dirigentes de la campa?a de Clinton de lo que ellos mismo esperaban. Hay que recordar que ni siquiera cuando Ronald Reagan gan¨® a Jimmy Carter en 1980 llevaba, a dos semanas de las elecciones, una ventaja mayor del 3%.
El presidente ha dedicado los dos ¨²ltimos d¨ªas a una gira en tren por los Estados de Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, todos ellos con encuestas que ofrecen un panorama muy incierto en las elecciones del pr¨®ximo 3 de noviembre.
George Bush ha pedido al electorado que se olvide de esas "alocadas encuestas y esos alocados comentaristas" que predicen su derrota, y ha asegurado que triunfar¨¢ a pesar de todos los pron¨®sticos. "No escuchen a esos eruditos que les dicen c¨®mo tienen ustedes que pensar. Recuerden que las cosas se deciden en las dos ¨²ltimas semanas", dijo el presidente en una de las escalas de su viaje de 700 kil¨®metros por el sureste del pa¨ªs.
George Bush ha vuelto a recurrir al tren en esta campa?a, un medio olvidado por los candidatos desde los a?os cincuenta, para compensar las giras en autob¨²s de Bill Clinton, que le han permitido al aspirante dem¨®crata un contacto m¨¢s estrecho con el electorado de lo que se consigue en los viajes en avi¨®n.
Ayuda a Irak
Por otra parte, Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, reconoci¨® ayer que el presidente Bush estaba equivocado cuando neg¨® tajantemente que u Gobierno hubiese permitido que tecnolog¨ªa para el desarrollo de armas nucleares llegase a manos de Irak. Boucher admiti¨® ayer que equipo estadounidense valorado en 500 millones de d¨®lares (50.000 millones de pesetas) termin¨® siendo empleado en el programa de armas de Irak.
En el ¨²ltimo debate presidencial televisado, celebrado el lunes pasado, Bush neg¨® al candidato independiente Ross Perot que su Gobierno hubiera facilitado material militar o tecnolog¨ªa para el desarrollo de armas nuclearers a Irak. Seg¨²n el portavoz del Departamento de Estado, la mayor parte del material facilitado a Irak pod¨ªa ser empleado tanto para actividades de car¨¢cter civil como militar.
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