Un arma de doble filo ante las urnas
El candidato a la vicepresidencia del Partido Dem¨®crata, Al Gore, ha amenazado con llevar en su mano una patata si el vicepresidente Dan Quayle se empe?a en malinterpretar los cap¨ªtulos de su best seller El equilibrio en la Tierra. Ecolog¨ªa y el esp¨ªritu humano. La ecolog¨ªa se ha convertido en estas elecciones en un arma de doble filo. Por un lado, es uno de los caballos de batalla para atraer a los j¨®venes, hasta ahora remisos a acudir a las urnas, y, por otro, es uno de los asuntos cuyo coste promete ser tan alto como para aterrar a los trabajadores afectados por la recesi¨®n.Los republicanos tratan de explotar este miedo y presentan el programa ecol¨®gico de los dem¨®cratas como un plan que har¨¢ perder decenas de miles de puestos de trabajo. Por su parte, los dem¨®cratas ridiculizan los objetivos conseguidos por el republicano George Bush, que hace cuatro a?os prometi¨® ser "el presidente ecol¨®gico".
Bush ha conseguido algunos logros durante su mandato, como la ley de Aire Puro y la aceleraci¨®n del proceso de abolici¨®n de los cloro-fluoro-carbonos (CFC), pero su falta de determinaci¨®n en la Cumbre de la Tierra de R¨ªo, en la que s¨®lo acept¨® compromisos que no da?aran a la industria de su pa¨ªs, le ha perjudicado.
Salvar el planeta
Los dem¨®cratas, con el especialista Gore al frente, argumentan que una pol¨ªtica global de conservaci¨®n de la naturaleza no s¨®lo no har¨¢ perder puestos de trabajo, sino que los aumentar¨¢. Industrias como las del reciclaje han experimentado un extraordinario crecimiento desde la d¨¦cada de los ochenta.
Gore propone una especie de Plan Marshall de salvaci¨®n del planeta, en el que Estados Unidos, la primera potencia contaminante, ofrezca ayudas de unos 100.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 10 billones de pesetas) a los pa¨ªses del Tercer Mundo para que adec¨²en sus econom¨ªas a los principios ecol¨®gicos.
Gore asegura que sus planes, entre los que est¨¢ dotar de mayores fondos para la investigaci¨®n de un sustituto para el motor de combusti¨®n, no hacen sino contribuir a adelantar medidas que son inevitables para el progreso de la civilizaci¨®n.
Los republicanos, y Dan Quayle como su portavoz, aseguran que el aire, el agua y los bosques norteamericanos est¨¢n mejorando y que cualquier medida radical comportar¨ªa un excesivo coste econ¨®mico y perjudicar¨ªa a las empresas. Las estad¨ªsticas van en contra de la actual Administraci¨®n republicana. Mientras que s¨®lo un 30% de los norteamericanos considera que el medio ambiente est¨¢ mejorando, un 60% considera que George Bush minti¨® cuando dijo que la ecolog¨ªa ser¨ªa una de las fundamentales preocupaciones de su presidencia.
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