Bush endurece el embargo a Cuba en uno de sus ¨²ltimos actos electorales en Florida
CLAUDIA BACA Acosado por la creciente popularidad del gobernador de Arkansas, Bill Clinton, que se perfila como virtual ganador de las elecciones del pr¨®ximo 3 de noviembre, el presidente de Estados Unidos, George Bush, firm¨® ayer en Miami la controvertida Acta para la Democracia en Cuba, conocida como ley Torricelli. Bush transform¨® la firma de la ley en uno de los ¨²ltimos actos de su campa?a electoral en Florida, en un intento por mantener a su lado a la comunidad de origen cubano, cuyo voto es clave para retener el Estado en unos momentos en que Clinton gana simpat¨ªas en este tradicional basti¨®n republicano.
La ley, contenida en una autorizaci¨®n de gastos de Defensa por valor de 247.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 25 billones de pesetas), proh¨ªbe a las empresas subsidiarias estadounidenses en terceros pa¨ªses comerciar con el Gobierno de Fidel Castro. Los grandes ausentes en el acto fueron los principales promotores de la ley, los legisladores dem¨®cratas Robert Torricelli, representante por Nueva Jersey, y Bob Graham, senador por Florida, quienes no fueron invitados.Clinton, en una entrevista transmitida por los canales locales de televisi¨®n, acus¨® a Bush de practicar la "m¨¢s barata de las pol¨ªticas" al dejar a un lado a los legisladores dem¨®cratas que impulsaron el acta en el Congreso y usar la firma del documento en beneficio de su campa?a. El gobernador de Arkansas record¨® que fue ¨¦l quien presion¨® al presidente Bush para que firmara el Acta para la Democracia en Cuba. Clinton afirm¨®: "Bush no estar¨ªa firmando la ley si yo no la hubiera apoyado".
El presidente Bush se opon¨ªa inicialmente a la legislaci¨®n anticipando el rechazo que produjo en pa¨ªses aliados como el Reino Unido, M¨¦xico, Canad¨¢ y Francia, que han protestado por la disposici¨®n, que consideran una intromisi¨®n de Washington en sus asuntos comerciales. Bush desoy¨® las peticiones de esos pa¨ªses de vetar la ley que firm¨® ayer entre los entusiastas vivas de unos 600 ciudadanos americanos de origen cubano, que en su mayor¨ªa apoyan al actual presidente. "Fidel Castro debe caer", dijo Bush a sus seguidores en Miami, y renov¨® su promesa de que seguir¨¢ luchando contra el r¨¦gimen castrista "hasta que todas las familias cubanas est¨¦n unidas bajo la libertad". Bush desafi¨® a Castro a que "promueva su liderazgo en las urnas" convocando elecciones.
Aunque Bush contin¨²a siendo el candidato favorito entre los cubanoamericanos, su presencia en Florida a s¨®lo 10 d¨ªas de las elecciones pone de manifiesto la fragilidad de la ventaja republicana en ese Estado, que desde finales de 1960 ha votado, con una sola excepci¨®n, por los candidatos de su partido.
El anuncio de la firma por el presidente George Bush de la ley Torricelli provoc¨® un rechazo generalizado en la isla de Cuba informa Mauricio Vicent desde La Habana. El Gobierno, los sectores m¨¢s cr¨ªticos al r¨¦gimen la disidencia y el episcopado cat¨®lico manifestaron ayer su oposici¨®n frontal a la ley.
El Partido Comunista de Cuba ha desatado una campa ?a diplom¨¢tica y pol¨ªtica contra la ley, dirigida fundamentalmente hacia Latinom¨¦rica. La oposici¨®n moderada y los obispos cubanos no han dudado en calificarla de "cruel" y "violatoria" del derecho de libre comercio y tambi¨¦n de la Carta de la ONU.
El episcopado cubano se?al¨® que la ley Torricelli "aumentar¨¢ los sufrimientos del pueblo" y denunci¨® que su finalidad puede ser presionar mediante el hambre a la poblaci¨®n para que se rebele contra el r¨¦gimen. Los embajadores de la Comunidad Europea en la isla han cerrado filas contra la Administraci¨®n de Bush.
El embajador espa?ol en Cuba, Gumersindo Rico, ha declarado que dicha ley es "pol¨ªtica, jur¨ªdica, moral y econ¨®micamente reprobable".
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