Las filtraciones del plan de privatizaciones dividen al Gobierno italiano

El primer ministro italiano, el socialista Giuliano Amato, present¨® en la noche del jueves una denuncia judicial por posible tr¨¢fico de informaci¨®n privilegiada contra los responsables de la "filtraci¨®n" de un borrador del plan de privatizaciones del Gobierno. La difusi¨®n del plan, realizada por una agencia secundaria de noticias, suscit¨® un primer desmentido oficial y la posterior denuncia de Amato, preocupado por las tensiones que las privatizaciones generan en el seno de su Gabinete y por las repercusiones en Bolsa de las informaciones sobre el plan del Gobierno.Los jueces que investiguen el caso deber¨¢n, en efecto, comenzar sus pesquisas dentro del propio Ejecutivo, donde el ministro de Industria, el democristiano Giuseppe Guarino, representa una oposici¨®n no declarada, pero de principio, al proyecto de aligerar la cartera empresarial del Estado italiano. Tales participaciones han sido una fuente,tradicional de d¨¦ficit p¨²blico, pero tambi¨¦n de poder social y pol¨ªtico, lo que explica las resistencias que encuentra un plan de privatizaciones defendido hoy, sobre todo, por Amato y su ministro del Tesoro, Piero Barucci, de origen democristiano. Economistas incluidos en un consejo asesor sobre el plan confirmaron ayer que el documento filtrado, clasificado como "muy reservado", no era otra cosa que un borrador redactado por el propio Barucci y a¨²n no sometido a la consideraci¨®n de ministros ni asesores.

Seg¨²n dicho plan, el Gobierno deber¨ªa liquidar en 1993 sus participaciones de control en una decena de empresas, como las financieras Credit, Comit y Banca di Roma; la aseguradora Ina, la electr¨®nica Italtel, la mec¨¢nica Nuovo Pignone, las autopistas, las constructoras Condotte y Garboli, y la ingenier¨ªa Snam Progetti.

Otras empresas p¨²blicas, como la Snam oleoductos, Agip Coal, Saipem o la period¨ªstica Il Giorno, deber¨¢n pasar por un proceso trienal de saneamiento antes de estar en condiciones; de ser puestas en el mercado. Y tres grandes sociedades, la Stet de telecomunicaciones, las l¨ªneas a¨¦reas Alitalia y la Finnmeccanica, aparecen como irrenunciables para el Estado en el plan de Barucci, que implica el desmembramiento efectivo de grupos estatales como el industrial IRI o el energ¨¦tico ENI.