"... como si fuese Dios"
Los amigos de Cort¨¢zar recuerdan su vida en el Paris de hace 30 a?os
Rayuela fue escrita en el n¨²mero 9 de la plaza del general Beuret, en Par¨ªs; cerca de la sede de la Unesco, para la que trabajaba Julio Cort¨¢zar como traductor. Los amigos de Cort¨¢zar reconstruyen aquella ¨¦poca, el Par¨ªs de hace 30 a?os, donde naci¨® Rayuela y donde el escritor se reconcili¨® con la pol¨ªtica y descubri¨® el ¨¦xito. El impacto que caus¨® la novela fue tan grande, recuerda Arnaldo Calveyra, que "f¨²e impresionante descubrir que se pod¨ªa escribir de aquella manera, con aquella libertad, como si fuese Dios".
"Llegu¨¦ a Par¨ªs en 1962. Recuerdo que me impresion¨® lo negra que era la ciudad, lo sucios que estaban los edificios. El contraste con Argentina era tremendo: el fr¨ªo, la suciedad, la cantidad de viejos que ve¨ªas en las calles..., todo eso era distinto a lo que conoc¨ªa de Buenos Aires", explica Sa¨²l Yurkievich, escritor, amigo personal y albacea literario de Julio Cort¨¢zar. "A Julio le gustaba mucho pasear por la ciudad, estaba muy atento a las sutiles variaciones del paisaje urbano. Llevaba una peque?a libreta en la que anotaba lo que le interesaba".El gusto por la conversaci¨®n era una caracter¨ªstica de Cort¨¢zar, subraya otro de sus amigos, Arnaldo Calveyra, escritor tambi¨¦n, para quien "pasar una noche hablando con ¨¦l era como leer el mejor de sus libros. Sab¨ªa explicar maravillosamente y luego, en Rayuela, eso lo encuentras, aunque elaborado, pensado para que tenga otra naturalidad, la de la escritura. Hubo gente que despu¨¦s de Rayuela crey¨® que pod¨ªa escribirse como se habla. ?Qu¨¦ horror!". Para Calveyra hay un Cort¨¢zar antes y despu¨¦s de Rayuela. "Antes era muy reservado, no ten¨ªa vida p¨²blica. Luego, con el ¨¦xito, se le cay¨® la estanter¨ªa. El tel¨¦fono no dejaba de sonar, todo el mundo le reclamaba o quer¨ªa verle".
Una novela inici¨¢fica
Calveyra recuerda que "el impacto que caus¨® Rayuela fue tan grande que era impresionante descubrir que se pod¨ªa escribir de aquella manera, con aquella libertad, como si fuese Dios". Para Yurkievich, autores como el Fuentes de Cambio de piel o el Vargas Llosa de La casa verde est¨¢n muy influidos por Rayuela. "Es una novela inici¨¢tica, un libro catal¨ªtico. La gente cambia despu¨¦s de leerlo, se produce una mutaci¨®n existencial, sobre todo entre los lectores j¨®venes". En un texto como Rayuela al que se le atribuyen estas virtudes casi alqu¨ªmicas resulta inevitable querer saber qui¨¦s es qui¨¦n, c¨®mo la realidad se ha transformado en ficci¨®n. "A m¨ª nunca me ha interesado saberlo, no creo que eso aporte nada al libro", corta Calveyra. "Me impresiona m¨¢s pensar, por ejemplo, que la situaci¨®n de Talita sobre las tablas, entre Oliveira y Traveler, es puro Godard, di¨¢logos incluidos, o recordar lo mucho que le gustaba la obra de Julio a Antonioni". Tampoco Yurkievich quiere ayudar a desentra?ar el laberinto vital de la novela: "La Maga est¨¢ inspirada en una amiga jud¨ªa uruguaya. El beb¨¦ se llama Rocamadour porque ¨¦se es el nombre de un pueblo del Perigord, con un castillo encaramado en la roca". El estupor causado por esta ¨²ltima explicaci¨®n -parec¨ªa m¨¢s l¨®gico relacionar Rocamadour con unos diminutos quesos de leche de cabra que llevan el mismo nombre- se desvanece cuando Calveyra recuerda que "Julio y Aurora estuvieron en Rocamadour". Quien podr¨ªa confirmar o desmentir todo esto es Aurora Bern¨¢rdez, pero ella, "por razones personales y porque nunca he aceptado entrevistas", tal y como nos dijo telef¨®nicamente, prefiere guardar secretos que comparti¨® con su compa?ero.
Par¨ªs fue tambi¨¦n el lugar en el que Cort¨¢zar se reconcili¨® con la pol¨ªtica. "?l hab¨ªa marchado de Argentina porque rechazaba el peronismo, una patria sudorosa y descamisada Para ¨¦l, aquello supon¨ªa la llegada del populacho y la demagogia al poder. Y ¨¦l estaba atravesando su fase de exquisito", admite Yurkievich, "y sent¨ªa nostalgia del Buenos Aires cosmopolita, nacido del aluvi¨®n de inmigrantes. Pero en 1963 viaj¨® a Cuba, invitado por la Casa de las Am¨¦ricas, y descubri¨® el socialismo. Eso le llev¨® a reconsiderar su individualismo e incluso a criticar Rayuela". Para Calveyra, "Julio fue a la pol¨ªtica como un ni?o, con mucha decencia. En aquella ¨¦poca parec¨ªa que la pol¨ªtica pod¨ªa cambiar el mundo, y a Julio la literatura ya no le bastaba. Luego los cubanos le utilizaron tanto como pudieron. El se daba cuenta y puso sus barreras, aunque dec¨ªa: "A estas alturas del partido ya no puedo retirarme". Ten¨ªa la sensaci¨®n de haber huido demasiadas veces, porque se preguntaba: "?Hasta cu¨¢ndo voy a seguir y¨¦ndome?". Y los cubanos abusaron de ello".
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