Y lleg¨® un avi¨®n privado

Giulio Andreotti lleg¨® a Sicilia en un avi¨®n privado para participar en una cumbre con Stefano Bontade y otros grandes jefes de la Mafia palermitana. La reuni¨®n fue celebrada poco tiempo despu¨¦s de que, el 6 de enero de 1980, fuera asesinado el presidente democristiano de la regi¨®n, Piersanti Matarella.Al menos, as¨ª lo afirma el arrepentido Francesco Marino Mannoia, quien a?ade que el jet que transport¨® a Andreotti, que en aquel momento no formaba parte del Gobierno presidido por Francesco Cossiga, hab¨ªa sido alquilado por los primos Nino e Ignazio Salvo. Se trataba de dos concesionarios de la recaudaci¨®n de impuestos en la isla de Sicilia bien conocidos por sus relaciones con la Mafia.

Junto a Salvo Lima, el hombre de Andreotti en Palermo y Vito Ciancimino, ex alcalde, como el anterior, de la capital siciliana, los primos Salvo, siempre engominados y con trajes cruzados como los mafiosos que aparecen en las pel¨ªcula, fueron, en efecto, constantemente se?alados como exponentes mafiosos de la Democracia Cristiana.

Nino muri¨® de c¨¢ncer mientras que Ignazio fue asesinado el pasado oto?o por, pistoleros de Cosa Nostra. Del mismo modo que, pocos meses antes, lo hab¨ªa sido Salvo Lima.

Mannoia describe con todo lujo de detalles la casa de campo, rodeada por un muro inacabado, donde, siempre seg¨²n su testimonio, se celebr¨® la mencionada entrevista. "Una hora despu¨¦s de que llegara yo con Stefano Bontade, entr¨® un Alfa Romeo de color oscuro con cristales tambi¨¦n oscuros. A bordo, los dos primos Salvo y el honorable Giulio Andreotti (...) ?ste, se baj¨®, mir¨® en torno y entr¨® r¨¢pido en la casa".

Giulio Andreotti vest¨ªa de oscuro y no llevaba abrigo ni impermeable, porque la estaci¨®n era veraniega. Luego, Mannoia dice haber o¨ªdo fuertes gritos procedentes de la casa. Al parecer, Giullo Andreotti no estaba de acuerdo con el asesinato, de Materella.

"En la isla de Sicilia mandamos nosotros y deb¨¦is hacer lo que decimos, si no quer¨¦is que la Democracia Cristiana desaparezca", le grit¨® Stefano Bontade a Giulio Andreotti, seg¨²n la confesi¨®n realizada por Mannoia.