?No vote! ni deje de votar. Hay cosas que hacer
AGUST?N GARC?A CALVOEl articulista afirma que hace falta inventar maneras m¨¢s eficaces de decirle "no" a esta peri¨®dica farsa y estafa milmillonaria de las elecciones. Porque se trata de no votar pero con la abstenci¨®n no basta y es necesario ir buscando otras formas.
Si todav¨ªa se cree usted que en unas elecciones democr¨¢ticas se est¨¢ jugando algo que le importe al p¨²blico para nada, entonces este anuncio no vale para usted. Ande y vote.Si, despu¨¦s de tantos a?os (y siglos) de Democracia, cree V. todav¨ªa que el cambio de las caras y nombres de los figurones de turno va a tocar al Sistema en algo que no sea cambiar para seguir igual, si piensa V. que alguno de ellos puede hacer otra cosa que lo que est¨¢ mandado, o sea, en definitiva, servir al Desarrollo, o sea al Capital, que es lo mismo que el Estado, si piensa que alguno de ellos va a poder, por ejemplo, mover un dedo contra la Banca o contra el Autom¨®vil o contra la Televisi¨®n, en ese caso, deje V. de leer este anuncio, y pase al grueso de las hojas de este mismo Rotativo, que le ofrecer¨¢n abundantemente las declaraciones de Fulano o de Mengano y las diatribas de Zutano con Perengano, y las correcciones de las listas electorales y c¨®mo anda la temperatura de los sondeos o pron¨®sticos de las Agencias autorizadas.
En fin, si sigue V. dispuesto a aguantar el gasto milmillonario de dinero, de pinos papeleros y de horas preciosas que le va a costar a V. la fiesta de las Elecciones, y lo recibe con la misma paciencia y naturalidad que los caprichos de los vientos y las lluvias, entonces es que no nos entendemos y que no era con V. con quien est¨¢bamos hablando.
Pero, si no tiene V. tanta fe y tanta paciencia, si sospecha V. que en el Desarrollo se cumple (y mejor que nunca) lo que ya su abuelo le dec¨ªa de que, con otros collares, los mismos perros, puede que sea momento de que atienda V. a las razones que en esta Agencia le ofrecemos, y que discurra con nosotros a ver qu¨¦ es lo que podemos hacer ante esta avalancha la gente de sentido com¨²n que quede por ac¨¢ abajo.
Farsa peri¨®dica
No votar, por supuesto. Pero las cosas han llegado a tal estremo, el Desarrollo se ha desarrollado tanto, que ese NO de "no votar" se ha quedado demasiado corto; que con la astenci¨®n no basta (y hasta puede tranquilizarle baratamente la conciencia, y que crea V. que con astenerse ya est¨¢ haciendo "algo positivo", o sea, en definitiva, votando a su manera), y que hace falta inventar maneras m¨¢s eficaces de decirle NO a esta peri¨®dica farsa y estafa milmillonaria con que el Poder aburre y entretiene juntamente a su Masa de Personas.
La astenci¨®n, mire ust¨¦, no puede ser un m¨¦todo suficiente, porque nunca puede llegar a ser tanta (digamos: menos de un 15% de votantes entre los censados, menos de un 5% de la poblaci¨®n) que los dejara a Ellos, como se dice, en bragas, y denunciara por s¨ª misma el enga?o y que la gente se ha dado cuenta de que las Elecciones y Votaciones pertenecen ¨ªntegramente al Aparato del Poder y que a la gente no le sirven para nada (para nada m¨¢s que para dejarse convertir en Masa de Personas).
Y a lo mejor se hace usted ilusiones al respecto, y sue?a con esas tasas de astenci¨®n del 80 y tantos % o del 90. Pero no se las haga usted: ese camino est¨¢ cerrado. Cierto que nos cuentan que en Estados Unidos, donde no en vano llevan padeciendo el R¨¦gimen m¨¢s tiempo, se han alcanzado en ocasiones tasas halag¨¹e?as. como del 30 y pocos % de votantes; pero eso lo m¨¢s que puede mostrarle es la potencia del enga?o, y c¨®mo el Estado (o sea, el Capital) puede llegar a arregl¨¢rselas con margen tan escaso para seguir como si nada, haciendo creer que ?l representa al pueblo y que en las votaciones se espresa la voluntad del pueblo.
Pues no: a pesar del inestimable apoyo de los sencillamente perezosos (que es tambi¨¦n una leg¨ªtima manifestaci¨®n del hast¨ªo y del escepticismo popular, y sin ellos poco ¨ªbamos a hacer los astencionistas a conciencia), con todo, la astenci¨®n no puede llegar a ser tanta, por la propia ley de las Mayor¨ªas: as¨ª como, dentro de la votaci¨®n, la Mayor¨ªa vota siempre lo que est¨¢ mandado (y en esa seguridad se funda el R¨¦gimen Democr¨¢tico), as¨ª tambi¨¦n, antes de la votaci¨®n, aquellas personas de la Masa que tengan que decidir si votar o si no votar, acabar¨¢n siempre, en su mayor¨ªa, yendo a votar, como est¨¢ mandado y como es natural y conforme a las conciencias respectivas. As¨ª que...
No: no puede V. quedarse tan tranquilo con no votar en estas Elecciones, con no participar positivamente con su voto en este tejemaneje y en el sempiterno recuento de la Mayor¨ªa, no: la istituci¨®n de las Elecciones y del Voto es demasiado importante y fundamental para el Dominio como para que nos podemos contentar con eso.
Hace falta encontrar maneras m¨¢s ingeniosas y eficaces de decir NO a la Votaci¨®n en bloque, NO al Sistema Democr¨¢tico entero y en su pleno desarrollo, de hacer ver c¨®mo la gente se vuelve de espaldas a esa f¨²nebre fiesta y se dedica en tanto (como si no retumbaran los bombos ni relampaguearan los mascarones) a seguir con sus inventos y tareas por ac¨¢ abajo.
Y a buscar con nosotros esos m¨¦todos de decir NO es a lo que esta Agencia, modesta en sus contingentes, pero no en sus ambiciones, le est¨¢ invitando por el presente anuncio.
Ya se ir¨¢n encontrando. El camino se hace; precisamente por eso "no hay camino". Imagine lo que sentimos de los l¨ªderes y Sindicatos que proclaman por las paredes "Sin empleo no hay Futuro", haci¨¦ndoles el caldo gordo a los Productores de la Nada y Creadores de Puestos de Trabajo.
Pero el pueblo no tiene Futuro. Porque es que, a diferencia de Usted y de un servidor, el pueblo nunca muere. Por eso no tiene Futuro. Por eso tiene que irlo haciendo.
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