Las joyas de la Rep¨²blica, a subasta
El Estado franc¨¦s renuncia a una presencia secular en la vida industrial y financiera
La noticia no estuvo en el anuncio de que el Gobierno de ?douard Balladur va a privatizar un importante paquete de empresas p¨²blicas. Los dirigentes de la coalici¨®n de centro-derecha lo hab¨ªan anunciado durante la campa?a electoral que precedi¨® a su victoria en las legislativas de marzo. La noticia estuvo en la amplitud de la lista de empresas privatizables, y, sobre todo, en la escasa emoci¨®n que suscit¨® el anuncio.
Hace apenas unos a?os, una medida semejante hubiera reactivado la guerra civil que, desde la revoluci¨®n de 1789, sosten¨ªan la derecha y la izquierda francesas. En los a?os ochenta, privatizaci¨®n y nacionalizaci¨®n segu¨ªan siendo los estandartes respectivos de uno y otro campo. Dur¨ªsimos debates siguieron a las nacionalizaciones practicadas por los socialistas tras la llegada de Fran?ois Mitterrand al El¨ªseo, en 1981. Igualmente agria fue la pol¨¦mica que acompa?¨® las privatizaciones decididas por el Gobierno de Jacques Chirac, tras la victoria de la derecha en las legislativas de 1986.Se sab¨ªa que la guerra civil entre la derecha y la izquierda hab¨ªa terminado tras la conversi¨®n de los socialistas franceses a la econom¨ªa de mercado. Mitterrand conquist¨® su segundo mandato presidencial predicando la llamada "filosof¨ªa del nini": ni nuevas nacionalizaciones, ni nuevas privatizaciones. Ahora ese equilibrio acaba de inclinarse del lado del sector privado, sin que el cielo se haya derrumbado sobre Francia.
Si el "ni-ni" de Fran?ois Mitterrand proclamaba la tregua en la guerra civil, las privatizaciones de 21 empresas p¨²blicas anunciadas el pasado mi¨¦rcoles por el Gobierno de Balladur confirman el final definitivo del conflicto, con la victoria de las fuerzas del mercado frente a las del Estado. Balladur ni tan siquiera pone limites previos a la compra por accionistas extranjeros de las joyas del patrimonio industrial y financiero de la Rep¨²blica Francesa.
Empresas estrat¨¦gicas
Mitterrand ha hecho saber que no se opone a la idea de las privatizaciones, sino a la inclusi¨®n en la lista de determinados nombres. El presidente socialista no se escandaliza por la idea de sacar a la venta empresas automovil¨ªsticas como Renault o qu¨ªmicas como Rhone-Poulenc, ni tampoco bancos como el BNP o aseguradoras como la UAP y la AGF. Lo que le "inquieta" es que Balladur quiere vender empresas "estrat¨¦gicas" como Aerospatiale, Elf Aquitaine y Air France.En nombre de la "independencia nacional" de la que ¨¦l es constitucionalmente el garante, el presidente Mitterrand condena la posibilidad de que firmas semejantes caigan en manos extranjeras. Balladur asegura que, en el caso de las empresas estrat¨¦gicas, el Estado franc¨¦s se reservar¨¢ la posibilidad de ejercer un derecho de veto sobre la incorporaci¨®n de determinados accionistas y sobre la marcha general de sus actividades. Es lo que los anglosajones llaman golden share.
Para explicar por qu¨¦ el anuncio de las privatizaciones no ha provocado ning¨²n drama, los analistas citan "el triunfo universal del movimiento de desnacionalizaciones iniciado en 1979 por Margaret Thatcher". "La propiedad p¨²blica de los medios de producci¨®n parece hoy una quimera", escribe el diario Le Monde, que subraya que los dirigentes europeos, sean de derechas o de izquierdas, predican ahora la ventaja de las privatizaciones.
La pesadilla del paro
Otro factor de peso es la conversi¨®n del paro en la principal pesadilla francesa y de todos los europeos. Para evitar la resurrecci¨®n de querellas ideol¨®gicas, ?douard Balladur ha tenido la precauci¨®n de afirmar que el dinero recaudado por las privatizaciones se destinar¨¢ a luchar contra el desempleo.El Partido Socialista condena, por supuesto, la pol¨ªtica de Balladur. Pero son protestas muy poco vigorosas para un partido que se proclamaba el principal heredero de una tradici¨®n de importante presencia estatal en la vida econ¨®mica que data de los tiempos de Luis XIV. "Las nacionalizaciones", sol¨ªa decir Pierre Mauroy, "son una de las manifestaciones del genio franc¨¦s".
El hecho es que, en sus ¨²ltimos tiempos en el Gobierno, los propios socialistas hab¨ªan comenzado a hacer el apostolado de las privatizaciones. Pierre B¨¦r¨¦govoy quer¨ªa sacar a la venta parte del capital de algunas empresas p¨²blicas para tapar el enorme agujero del sistema de pensiones de jubilaci¨®n.
Los gaullistas eran otra fuerza pol¨ªtica partidaria de la tradici¨®n francesa de "econom¨ªa mixta". En el per¨ªodo 1944-1946, el general Charles de Gaulle fue el autor de las nacionalizaciones de Renault, Air France y muchas otras compa?¨ªas. Pero incluso el partido de la cruz de Lorena ha terminado por convertirse a la idea de reducir el papel del Estado en la vida industrial y financiera. Una vieja tradici¨®n nacional est¨¢ a punto de morir sin que las l¨¢grimas aneguen las calles francesas.
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