Un completo hombre de letras
Un completo hombre de letras ha recibido este a?o el premio nacional que lleva ese nombre. S¨®lo cabe congratularse porque, por encima de su dedicaci¨®n creadora y cr¨ªtica, Carlos Bouso?o ha sido siempre la receptividad misma, la atenci¨®n exquisita a cuanto de renovador se ha ido produciendo en nuestra literatura. All¨¢ en los a?os sesenta, que ya son historia, ay, Bouso?o, que pertenece como poeta a lo que se suele llamar la primera generaci¨®n de posguerra, apostaba con pasi¨®n y rigor cr¨ªtico por la poes¨ªa culturalista. Y antes, cuando la universidad espa?ola consideraba non sancto ocuparse de autores coet¨¢neos, el cr¨ªtico hab¨ªa consagrado un amplio estudio de conjunto (primera ed. 1950) a la poes¨ªa de Vicente Aleixandre, que sigue siendo b¨¢sico. M¨¢s a¨²n: cuando la teor¨ªa literaria se encontraba entre nosotros en mantillas, Bouso?o public¨® su Teor¨ªa de la expresi¨®n po¨¦tica (primera ed. 1952), un libro que ha conocido varias ediciones y que ha sido durante muchos a?os ¨²nico en su especie.La obra po¨¦tica bouso?ana est¨¢ integrada por una decena de t¨ªtulos, que abarcan desde los iniciales Subida al amor (1945) y Primavera de la muerte (1946) hasta los ¨²ltimos Las monedas contra la losa (1973) y Met¨¢fora del desafuero (1988). Un neorromanticismo de fondo nutre sus primeros versos: no lo abandonar¨¢ nunca. ?l mismo ha visto en esa f¨®rmula l¨ªrica, Primavera de la muerte, la intuici¨®n radical de su poes¨ªa en la medida en que as¨ª se define la vida, como la "nada siendo". Por eso, el poeta contempl¨® en sus versos juveniles a Cristo adolescente pasando por los bosques donde su cruz crec¨ªa y por eso, en su obra de madurez, su voz, m¨¢s adensada de tragedia, percibir¨¢ la putrefacci¨®n detr¨¢s de la belleza de una rosa o una lecci¨®n de literatura le deparar¨¢ la visi¨®n de todos sus alumnos muertos, cabeza abajo. Pero un hondo humanismo reequilibra esta conciencia tr¨¢gica del vivir, como muestra la espl¨¦ndida Oda en la ceniza que da t¨ªtulo al libro hom¨®nimo (1967), donde la solidaridad y la compa?¨ªa se yerguen como puente de salvaci¨®n: "Dame la mano para creer, puesto que t¨² no sabes, / dame la mano para existir puesto que sombra eres y ceniza (...) dame la mano y no me dejes caer / como t¨² mismo, / como yo mismo, / en el hueco atroz de las sombras".
Como cr¨ªtico, ha sido un te¨®rico y un analista del lenguaje po¨¦tico. Procedente el autor del idealismo ling¨¹¨ªstico, no puede menos de admirarse la audacia con que se ha sabido internar en mundos conceptuales de dificultad extrema y ha propuesto modelos explicativos nuevos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.