?Y ahora qu¨¦ hacemos?
Primero se retir¨® Magic Johnson. Luego Larry Bird. Ahora se va Jordan. En poco m¨¢s de doce meses nos hemos quedado sin los tres mejores jugadores de la era moderna. Nos cost¨® hacernos a la idea de no volver a ver la genial versatilidad de Magic. Algo m¨¢s llevadero, por lo esperado, fue superar la desaparici¨®n de las canchas de Bird. Pero esto de Jordan es un golpe bajo para cualquier amante del deporte.Al n¨²mero 23 de los Bulls nunca le gust¨® en exceso lo que significaba ser Michael Jordan fuera de los terrenos de Juego. "No quiero representar un ejemplo para nadie" dijo en m¨¢s de una ocasi¨®n. Mientras Magic asum¨ªa su condicion de embajador y estandarte de la NBA, Jordan aguantaba como pod¨ªa la esclavitud de ser un mito. Cuando el base de los Lakers dijo adi¨®s, todos los ojos se posaron en un s¨®lo hombre, el mejor jugador de la historia del baloncesto: Michael Jordan.
Los triunfos no taparon las pol¨¦micas que su afici¨®n al juego fue levantando con cierta regularidad. Como coment¨® en la rueda de prensa de ayer, "nunca hab¨ªa tenido tanta prensa delante sin que hubiese un esc¨¢ndalo de por medio". A la necesidad de apartarse del foco que le ha perseguido las 24 horas al d¨ªa durante los ultimos 9 a?os, se fue uniendo la circunstancia de que Jordan iba alcanzando todo lo que un deportista puede ambicionar. Anillos, t¨ªtulos de mejor jugador, dinero por miles de millones, etc¨¦tera.
Sin objetivos que le motiven y con el ansia nada disimulada de perder de vista a los medios de comunicaci¨®n, Jordan ha tomado la decisi¨®n de retirarse. Tiene razones de peso para hacerlo, aunque sus explicaciones no impediran que las elucubraciones se multipliquen. Que si el golf, que si la muerte de su padre, que si su supuesa ludopat¨ªa. A mitad de camino entre la verdad y el morbo, se intentar¨¢n encontrar otras respuestas que las dadas por el propio Jordan. Lo que seguramente le traer¨¢ sin cuidado y tampoco resolver¨¢ lo realmente importante de todo lo ocurrido.
Y es que, por encima de juegos, lo realmente importante es que Jordan no volver¨¢ a ponernos los pelos de punta. ?Y ahora qu¨¦ hacemos?.
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