Un deseo llamado tranv¨ªa
Publio Navarro, uno de los ¨²ltimos conductores, recuerda el viaje final
El 2 de junio de 1972, a las 2.16 horas, se encerraba en la estaci¨®n de Fuencarral, con 101 a?os reci¨¦n cumplidos, el ¨²ltimo tranv¨ªa madrile?o. Publio Navarro S¨¢nchez, de 62 a?os, conductor de tranv¨ªas desde 1952 y en la actualidad inspector de la EMT, escolt¨® al centenario ingenio en su ¨²ltimo e hist¨®rico recorrido: San Blasplaza de Castilla (l¨ªnea 70). 'Lo recuerdo muy bien. Muchos castizos piropeaban al tranv¨ªa y fueron invitados a subir. La gente entr¨® en las cocheras y hubo fiesta hasta las tres o las cuatro de la madrugada", recuerda Publio, quien se despidi¨® aquella noche de algo m¨¢s que de un medio de locomoci¨®n. Dijo adi¨®s a los ¨²ltimos vestigios de un Madrid "en el que se estaba dispuesto a hacer favores y la gente estaba dispuesta a darte los buenos d¨ªas".
Parece, por las palabras de Publio Navarro, que aquella "ciudad m¨¢s humanizada" era consecuencia directa de la existencia del tranv¨ªa: "El ambiente era muy distinto. Yo hac¨ªa la l¨ªnea entre las estaciones del Norte y Atocha. Entonces ven¨ªa mucha gente de provincias, se les permit¨ªa llevar los bultos, las maletas... y te lo agradec¨ªan. Ve¨ªas a la se?orita correr y aminorabas la marcha. Ahora todos estamos m¨¢s crispados, m¨¢s malhumorados y somos m¨¢s intransigentes".
La primera l¨ªnea de tranv¨ªas se inaugur¨® el 31 de mayo de 1871, y sus 24 coches, tirados por caballos, recorr¨ªan las calles desde el barrio de Salamanca hasta el de Arg¨¹elles. En su costado se pod¨ªa leer "Tranv¨ªa de Madrid", sin art¨ªculo delante a causa de la pol¨¦mica suscitada en la ¨¦poca acerca del sexo del invento: mientras unos defend¨ªan que "tranv¨ªa" era masculino "el se?or Ol¨®zaga, presidente del Congreso de los Diputados y acad¨¦mico, velando por la pureza del idioma solicit¨® que se llamara 'la tram-v¨ªa", seg¨²n cuenta Agust¨ªn Burgaleta en su libro 101 a?os de tranv¨ªas. Finalmente, la propuesta de Ol¨®zaga no prosper¨®.
Lo que s¨ª avanz¨® fue la tecnolog¨ªa y el tranv¨ªa sustituy¨® los caballos por el vapor y, posteriormente, por la electricidad. El cambio supuso la abolici¨®n de algunas categor¨ªas profesionales, como la de mozos de cuadra.
Desde el primer momento, este veh¨ªculo se convirti¨® en transporte de ¨¦xito entre todos los niveles sociales. As¨ª lo refleja un art¨ªculo de 1910 publicado en la revista La Ilustraci¨®n Financiera: "Es un veh¨ªculo regocijado y alegre, que lo mismo conduce damas linajudas, arist¨®cratas de rancios pergaminos, mujeres de pueblo, acomodados burgueses y humildes trabajadores".
Carteristas de cobro
M¨¢s tarde, 83 a?os despu¨¦s, Navarro coincide plenamente con aquella descripci¨®n, llevado tal vez por una rom¨¢ntica nostalgia que le hace hablar hasta con cari?o de los habilidosos carteristas que actuaban en los tranv¨ªas, sobre todo los s¨¢bados y los d¨ªas de cobros. "Se cobraba por semanas o por quincenas y a m¨¢s de un viajero le desaparec¨ªa el sobre. Nosotros lo ve¨ªamos muchas veces, pero poco pod¨ªamos hacer. Como mucho, advert¨ªas: 'Oiga, que se le va a caer el bol¨ªgrafo del bolsillo', porque entonces un bol¨ªgrafo ten¨ªa bastante valor, y as¨ª ahuyentabas al carterista de la v¨ªctima".
Publio todav¨ªa se pregunta si el fin del tranv¨ªa no habr¨¢ sido uno m¨¢s de esos sacrificios in¨²tiles que se hicieron en nombre del progreso. 'Los tranv¨ªas se eliminaron con demasiada alegr¨ªa. Hab¨ªa que hab¨¦rselo pensado m¨¢s".
Esta visi¨®n no es fruto s¨®lo de la nostalgia, ya que la desaparici¨®n del tranv¨ªa fue cuestionada desde la supresi¨®n de las primeras l¨ªneas. Al menos as¨ª lo reflejan los rotativos de hace 21 a?os.
'Tos que facilitaron su agon¨ªa no est¨¢n convencidos de su veredicto. Sucede que el tranv¨ªa, lento y mareante, tambi¨¦n ten¨ªa sus ventajas. Era m¨¢s barato que el autob¨²s, ocupaba id¨¦ntico sitio al carril exclusivo que ahora se destina y adem¨¢s no contaminaba", afirmaba un periodista en el diario Ya. Otro a?ad¨ªa: "Coincide esta desaparici¨®n con el momento en que m¨¢s se habla de contaminaci¨®n, y mientras que las dem¨¢s ciudades europeas, lejos de desterrar la electrificaci¨®n -que disminuye la contaminaci¨®nla fomentan, en Madrid hacemos todo lo contrario". Y un columnista sentenciaba desde Informaciones: "Quiz¨¢ hayamos eliminado de nuestra ca¨®tica circulaci¨®n urbana el medio de transporte del futuro".
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