El monoling¨¹ismo cantonal, en cuesti¨®n

En Suiza, una comisi¨®n de expertos lleva un tiempo estudiando una modificaci¨®n constitucional para abrir una grieta en el monol¨ªtico monoling¨¹ismo de cada cant¨®n o distrito (en el caso de cantones con m¨¢s de una lengua oficial), que perjudica a las lenguas minoritarias (el romanche y el italiano) y no respeta los derechos de los hablantes en una lengua distinta a la oficial en un territorio dado.

El Tribunal Federal suizo ya proclam¨® hace 20 a?os, como derecho constitucional no escrito, la libertad de lengua, abriendo la puerta a los ciudadanos para recurrir judicialmente y defenderse de normas y decisiones cantonales que consideren injustas. Pero al mismo tiempo ratific¨® el derecho de cada cant¨®n a limitar la utilizaci¨®n en el dominio p¨²blico de otras lenguas distintas a la oficial del territorio, para garantizar su homogeneidad ling¨¹¨ªstica.

Algunos te¨®ricos sostienen que la paz y la coexistencia ling¨¹¨ªstica quiz¨¢ se aseguren m¨¢s por una pol¨ªtica de biling¨¹ismo. El uniling¨¹ismo territorial estricto provoca que las dificultades de comunicaci¨®n de un suizo de habla francesa con otro de habla alemana, por ejemplo, sean muy grandes. Adem¨¢s, la regla de la mayor¨ªa para determinar la lengua oficial de un municipio -y, por tanto, la de la ense?anza-, en un pa¨ªs en el que la poblaci¨®n de habla alemana crece m¨¢s que las otras, arrincona a las minor¨ªas romanches e italianas en los cantones biling¨¹es.

Una soluci¨®n que se baraja es que los derechos ling¨¹¨ªsticos de una minor¨ªa puedan prevalecer sobre la reglamentaci¨®n cantonal o municipal si se trata de salvar una lengua en peligro. Tambi¨¦n consideran que no se pone en peligro el idioma alem¨¢n en los cantones de esa lengua si se permite a la minor¨ªa ling¨¹¨ªstica (franc¨¦s o romanche o italiano) tener escuelas en su lengua.