Muere el dramaturgo Eugene lonesco, renovador de la escena de posguerra
El autor de 'Rinoceronte' permaneci¨® en silencio durante los ¨²ltimos 30 a?os
El dramaturgo Eug¨¦ne Ionesco muri¨® ayer, a los 81 a?os, en Par¨ªs, la ciudad en la que viv¨ªa desde 1.938. El escritor hab¨ªa nacido en Ruman¨ªa en 1912 pero su infancia, hasta los 13 a?os, transcurri¨® en el pa¨ªs de su madre, Francia, aunque luego march¨® a Ruman¨ªa para ejercer como profesor de franc¨¦s. lonesco era, desde que present¨® en el min¨²sculo Th¨¦atre des Noctambules su obra La cantante calva, uno de los padres del llamado teatro del absurdo, etiqueta bajo la que qued¨® agrupado junto a Beckett y Adamov. En su momento La cantante calva supuso una aut¨¦ntica revoluci¨®n, pieza clave de la renovaci¨®n teatral de la postguerra gracias a su manera de abordar "un teatro de boulevard que se descompone y se vuelve loco".
Durante 12 a?os, hasta la presentaci¨®n de El rey se muere en 1962, lonesco rein¨® realmente sobre la escena francesa y mundial, siendo autor de referencia para todos. A partir de ese momento el mecanismo pareci¨® romperse: "Antes exist¨ªa en m¨ª una fuerza inexplicable que me empujaba a escribir a pesar de mi nihilismo fundamental. Ya no puedo continuar. Durante a?os me consolaba decir que no queda nada que decir. Ahora estoy demasiado convencido y esa convicci¨®n ya no es intelectual o psicol¨®gica sino profunda, fisiol¨®gica, ha penetrado mi carne, mi sangre y mis huesos. Me paraliza", declaraba lonesco en 1963. Y as¨ª sus obras fueron espaci¨¢ndose y ya nunca encontraron el eco de las del fruct¨ªfero per¨ªodo precedente.Acad¨¦mico desde 1970, novelista desde 1973, autor de un dietario entre 1968-69, considerado como un reaccionario por quienes antes le hab¨ªan aclamado, elogiado como un maestro y un cl¨¢sico por aquellos que hab¨ªan silbado La cantante calva porque en ella no hab¨ªa ni una cantante ni una mujer calva, los ¨²ltimos 30 a?os de lonesco hab¨ªan tomado una direcci¨®n doble y parad¨®jica: por un lado era, probablemente, el dramaturgo m¨¢s representado del mundo, por otro se le consideraba como un autor muerto en vida.
La pieza la cantante calva se transform¨® en un manifiesto en contra del sistema social y el modo de vida burgu¨¦s pero lonesco siempre quiso dejar bien claro que "mi teatro lo es de la irrisi¨®n. No es la sociedad lo que me parece irrisorio, sino el hombre". Para Roland Barthes, que fue uno de sus defensores tempranos, el secreto del teatro de lonesco estribaba en que "s¨®lo proporciona lenguaje". En la lecci¨®n el profesor y el alumno se enfrentan precisamente en ese te rreno, en el del lenguaje, que de pronto aparece como el territorio del poder. El sentido del humor de lonesco, que se quiso politizar sin que ¨¦l se prestase al juego, nace de la mezcla de irrisi¨®n y absurdo. Los personajes dejan de ser meros mu?ecos y cobran una cierta dimensi¨®n psicol¨®gica, una mezcla de inocencia, miedo y obstinaci¨®n que se acrecentar¨¢ en Rinoceronte (1959), inspirada en la dominaci¨®n nazi en Ruman¨ªa, y en El rey se muere, dos textos que se prestan al lucimiento de grandes actores.
Hasta los 81 a?os ha esperado discretamente, estrenando de forma espor¨¢dica, acudiendo como invitado a alg¨²n festival de cine o teatro, satisfecho de su casi mutis, de haber gritado, conjuntamente con su protagonista de El futuro est¨¢ en los huevos, un lema tan ins¨®lito y conservador como "?Viva la producci¨®n", "?Viva la raza blanca!".
Babelia
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