Jos¨¦ Luis G¨®mez, en busca de un teatro total
El actor y director funda La Abad¨ªa, espacio de creaci¨®n y exhibici¨®n de espect¨¢culos
Jos¨¦ Luis G¨®mez tiene 53 a?os y ha logrado casi todo lo que quer¨ªa cuando hace muchos a?os decidi¨® ser hombre de teatro. Ahora le llega el ¨²nico sue?o que ambicionaba y le faltaba: La Abad¨ªa, Fundaci¨®n para la Formaci¨®n y Creaci¨®n Esc¨¦nica de la Comunidad de Madrid (FFCECAM). Desde hace a?os no ha aceptado las muchas propuestas que le han hecho para ponerse al frente de alguna instituci¨®n teatral. Hab¨ªa un motivo: en su cabeza exist¨ªa un proyecto de teatro total, un espacio esc¨¦nico que no se limite a crear espect¨¢culos, sino tambi¨¦n a crear a quienes los crean.
G¨®mez nunca logr¨® levantar un proyecto como el que comenzar¨¢ a funcionar en el pr¨®ximo oto?o. Era un peso que no pod¨ªa soportar solo. Ahora ha sido la Comunidad de Madrid la que le ha facilitado las cosas, y el Ministerio de Cultura tambi¨¦n le va a apoyar. G¨®mez contar¨¢ a partir de este a?o con un espacio, deliberada e intencionadamente modesto, en el que se pueda investigar en el terreno de las artes esc¨¦nicas y donde toda b¨²squeda tenga una orientaci¨®n pr¨¢ctica. Ser¨¢ la sede de la nueva fundaci¨®n que preside, y se llamar¨¢ La Abad¨ªa: una antigua iglesia del barrio madrile?o de Arg¨¹elles. El presupuesto de esta iniciativa se espera alcance los 120 millones anuales, de los que 70 son para gastos de funcionamiento del complejo y la escuela de formaci¨®n y 50 que se asignar¨¢n a dos producciones, una de peque?o formato y otra m¨¢s ambiciosa.Jos¨¦ Luis G¨®mez, que ha hecho cine y teatro dentro y fuera de nuestro pa¨ªs y que est¨¢ avala do por premios nacionales e internacionales, como el que obtuvo en el festival de Cannes por su interpretaci¨®n del protagonista. del filme de Ricardo Franco Pascual Duarte, tiene uno de los curr¨ªculos m¨¢s vastos de la escena espa?ola.
Un punto de encuentro
Ahora intenta sembrar lo que ha cosechado en 33 a?os de oficio esc¨¦nico y define La Abad¨ªa como "un punto de encuentro donde gentes con talento, que no encuentran lugar ni satisfacci¨®n en el teatro tal y como se hace, se manifiesten".
El embri¨®n de lo que a partir de noviembre ser¨¢ La Abad¨ªa surgi¨® en 1977, cuando G¨®mez lleg¨® a Espa?a despu¨¦s de ser actor en el teatro franc¨¦s y el alem¨¢n. G¨®mez y el ya desaparecido Carles Mira empezaron a intuir por entonces que quer¨ªan crear algo como lo que ahora toma forma.
G¨®mez piensa que todo el esfuerzo realizado a lo largo de estos a?os en infraestructuras, unidades de producci¨®n y subvenciones, no ha revitalizado la vida teatral de Madrid: "Al hablar de teatro hablamos de una de las manifestaciones culturales m¨¢s ciudadanas que hay, y es vital no dejar a la capital del Estado desarbolada en este terreno, como ahora lo est¨¢", dice el actor.
G¨®mez no entiende que se haya puesto empe?o en crear centros dram¨¢ticos auton¨®micos, cuando no hay gentes para dirigirlos: "La formaci¨®n teatral en las escuelas es tan inapropiada que la gente sale de ellas y no sabe actuar. No se puede echar a la calle a un actor confiando en que, tras salir de las aulas, sea en el meritoriaje donde aprenda de verdad el oficio; deber¨ªa estar prohibido que las escuelas sigan titulando 20 o 30 actores cada a?o, cuando se sabe que no van a encontrar trabajo", afirma.
Cree este hombre, que empez¨® su oficio cuando, por deseo paterno, fue a aprender hosteler¨ªa a Par¨ªs, que alimentar en una persona una frustraci¨®n de esta envergadura con un oficio tan ligado a la identidad, a la persona, como es el ser actor es un grave error: "Hay que buscar el talento con lupa y, una vez encontrado, ayudar a quienes lo posean. Pero a quienes no lo tengan no se les debe ayudar; si la naturaleza no ha elegido a una persona para ser actor, y no obstante quiere serlo, hay que ayudarle a que deje insistir en su error. Equivocarse en este terreno es una fuente de infelicidad y de perturbaci¨®n".
Cree G¨®mez que los centros dram¨¢ticos auton¨®micos han fracasado porque no se han preocupado del lado estrictamente humano del oficio esc¨¦nico: "Se construyen los sitios y se busca la finalidad en lugar de potenciar la base humana: es un contrasentido crear teatros sin crear actores", dice. "Se ha empezado la casa por el tejado. Nos hemos olvidado de los cimientos, y creo intuir que el momento es bueno para que un proyecto de estas caracter¨ªsticas funcione".
La idea que persigue es que el p¨²blico vea el teatro como una fiesta y no como un pasatiempo: "El teatro tiene que asumir los problemas de cada d¨ªa, de la gente com¨²n". G¨®mez se?ala que, por ejemplo, estos problemas cotidianos son perfectamente reconocibles en los textos dram¨¢ticos cl¨¢sicos, ya que bajo ellos laten preguntas eternas y permanentes: "Pero se trata de interrogantes que hay que plantear ahora con sentido de la contemporaneidad, lejos del arca¨ªsmo formal y verbal, y un trabajo como ¨¦ste puede hacerse desde un m¨¦todo de trabajo y una elecci¨®n est¨¦tica que despoje lo superfluo y deje ¨²nicamente lo permanente. Esto nos obliga incluso a un determinado manejo de la lengua". G¨®mez se propone en este sentido formar a los actores de modo que su relaci¨®n con el p¨²blico sea m¨¢s gozosa para ellos: "Intento encontrar una relaci¨®n de energ¨ªa, de luminosidad y de sonoridad", dice.
G¨®mez acepta que el teatro es hoy un arte de minor¨ªas: "De lo que se trata es de encontrar grandes minor¨ªas, y para lograrlo no vamos a olvidarnos de que este centro est¨¢ al mismo tiempo en Europa y en un barrio de Madrid."
'La madre abadesa'
La Abad¨ªa contar¨¢ con dos salas polivalentes de 300 butacas, en las que el escenario o el p¨²blico se situar¨¢n en un sitio u otro en funci¨®n del espect¨¢culo. Una se convertir¨¢, por un sistema de recogida de butacas, en escuela de formaci¨®n. G¨®mez ser¨¢ el director, y en broma, sus compa?eros le llaman ya madre abadesa. Se r¨ªe: su viejo proyecto ya tiene nombre, sitio y equipo, formado, junto con ¨¦l, por Isabel Navarro, Manolo Guti¨¦rrez y Rosario Ruiz, en tareas de producci¨®n.El trabajo tendr¨¢ tres etapas: una de formaci¨®n, otra de creaci¨®n y una ¨²ltima de exhibici¨®n. En la formaci¨®n, unos 20 actores, con una edad de entre 25 y 35 a?os, que est¨¢n siendo seleccionados entre 150 aspirantes, recibir¨¢n seis horas diarias de clases de direcci¨®n e interpretaci¨®n de Jos¨¦ Luis G¨®mez; Francisco Rodr¨ªguez impartir¨¢ Tai-Chi, Jes¨²s Andreu se ocupar¨¢ de la voz, y el profesor Garc¨ªa Calvo de prosodia. Todo el profesorado lleva trabajando en grupo desde hace a?o y medio con objeto de unificar criterios.
Los alumnos de la etapa inicial ser¨¢n 20 de interpretaci¨®n y tres de direcci¨®n. En a?os posteriores aumentar¨¢n. Pagar¨¢n una matr¨ªcula de 20.000 pesetas y una mensualidad de 15.000. Cuando trabajen en espect¨¢culos de La Abad¨ªa tendr¨¢n una beca-salario, y en giras ser¨¢n contratados. La edad de los alumnos no es menor porque G¨®mez no quiere competir con las escuelas b¨¢sicas y ofrece una formaci¨®n de posgraduado, que se completa con los espect¨¢culos, que estar¨¢n en funci¨®n de las personas que los realicen, y no al rev¨¦s. De ah¨ª que desconozca el texto del primer montaje, ya que no sabe qu¨¦ actores trabajar¨¢n.
Babelia
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