Una cura de humildad
El ¨¦xito, normalmente, tiende a endiosar a quienes lo personifican. Johan Cruyff lleg¨® borracho de ¨¦xito a Atenas y perdi¨® el sentido del equilibrio. Quiz¨¢ fue una t¨¢ctica premeditada, pero calificar al rival de vulgar en las v¨ªsperas del encuentro es algo que pag¨® muy caro.. Por el contrario, el victimismo de Fabio Capello, s¨ª que podr¨ªa calificarse de t¨¢ctica psicol¨®gica. El t¨¦cnico, italiano diseccion¨® tan bien al Barcelona que acab¨® dejando a su colega en cueros.El atrevido f¨²tbol azulgrana del campeonato interior fue ridiculizado por un equipo acusado-deactuar como una computadora y que acab¨® convirtiendo al Barca en un mero pegapases.
Josep Llu¨ªs N¨²?ez, que siempre ha sido considerado un t¨¦cnico frustrado," ten¨ªa raz¨®n al desconfiar del entorno triunfalista y del victimismo italiano. El presidente, parad¨®jicamente, puede cap?talizar la humillante derrota. Es m¨¢s, le viene de perlas para bajarle los humos a un t¨¦cnico que pod¨ªa haberle sacado hasta la camisa.
Ahora, sin acritud, puede recordarle a Cruyff sus ag¨®nicos triunfos ligueros y su escasa predisposici¨®n para retener al gran ausente: Laudrup.
Y es que las curas de humildad siempre van muy bien en esta vida, incluso en el f¨²tbol.
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