Festival del Gewiss

Hab¨ªan anunciado que atacar¨ªan con todo el plomo disponible. A nadie sorprendieron. Fueron los m¨¢s fuertes y ganaron. El Gewiss, equipo al que llamarle colectivo es m¨¢s que un sin¨®nimo, estuvo ayer, en el trepidante final de Osimo, a la altura de su fama, que es mucha. Los nervios estaban justificados, pero no tanto. Indur¨¢in lleg¨® a 21 segundos del ganador, el maestro Argentin, pero no pareci¨® importarle mucho. "Eso no es nada", dijo el gran favorito. "Sab¨ªa que Argentin estaba muy fuerte y me ha atacado bien". M¨¢s podr¨ªan preocuparle los nueve segundos que le sacaron Bugno y Berzin, dos con m¨¢s potencial para la victoria final.La noche anterior se le acerc¨® uno a Emanuele Bombini, director del Gewis, y le dijo que en privado le dijera qui¨¦n iba a ganar ayer, es para una apuesta" le urgi¨®. Bombini sonri¨® y no dud¨®. "Argentin, Moreno", le sopl¨®. La pregunta ten¨ªa su aquel. Los Gewiss, un colectivo, hab¨ªan anunciado ataques a destajo, pero no alocados, m¨¢s cient¨ªficos y t¨¢cticos; ataques en com¨²n pero sin avanzar qui¨¦n iba a llevar la antorcha en el ¨²ltimo relevo. El honor fue para el abanderado del grupo, su hombre insignia. Eran los dos ¨²ltimos kil¨®metros; antes, un poco de rompepiernas, con unos cuantos fuegos artificiales. All¨ª, el Banesto tambi¨¦n hab¨ªa sido un colectivo fuerte. Al frente del pelot¨®n impusieron un bonito ritmo, una velocidad que cansara a los m¨¢s flojos; algo que evitara una desbandada final. "Gran trabajo el de Montoya", dijo el propio Argentin. "Nos ha hecho sudar al final". En fila india tras Montoya -cuesti¨®n de minimizar la p¨¦rdida m¨¢s que probable- alcanzaron la bandera de los dos ¨²ltimos kil¨®metros. Se retir¨® el secundario de escena entonces y entr¨® el tapado, el let¨®n insidioso, Piotr Ugrumov. "Hoy se ha descubierto un poco Argentin", dice Ech¨¢varri. "Nos quer¨ªa hacer creer que Ugrumov no estaba en forma y mira lo que ha hecho". Lo que hizo fue lanzarse, como un condenado con la boca abierta por rampas urbanas del 9%. Fue el reactivo desencadenante. En desbandada, todos detr¨¢s. Luego, un rival, el joven Rebellin, a ganarse el jornal. Alcanz¨® al let¨®n y parec¨ªa que iba a ganar. Pero, cabeza fr¨ªa, Argentin esper¨® a su momento. Meti¨® el desarrollo fuerte y sobre el adoquinado, gran¨ªtico de las callejuelas empinadas crey¨® sentirse en su B¨¦lgica ardenesa. "Correr¨¢n la etapa como una cl¨¢sica", h¨¢b¨ªa avanzado Ech¨¢varri. "Se pondr¨¢n todos delante y por las calles, de repente, saltar¨¢ uno. Y nosotros, pensando, que lo tenemos todo controlado, a lo mejor no nos damos cuenta y nos llevamos la gran sorpresa". Pero la sangre no lleg¨® al r¨ªo. M¨¢s bien, todo lo contrario: Ech¨¢varri estaba contento. Y no s¨®lo porque hab¨ªa visto que Indur¨¢in respond¨ªa bien en cabeza.

La teor¨ªa banestiana iba como sigue: De las Cuevas no nos conviene como l¨ªder porque es un hombre que cuenta para la general. Entonces, no querr¨¢ desgastarse defendiendo la maglia rosa, sino estar ah¨ª, que trabajen otros. Si el l¨ªder hubiera sido un Marie, otro gallo cantar¨ªa: se habr¨ªan matado por defenderlo hasta Campitello Matese. O sea que nos interesa otro l¨ªder, con un equipo potente y que vaya a la defensiva. Les interesaba un Gewiss. Ya lo tienen.

El Giro acaba de empezar y tiene mucha intensidad.. Y a¨²n no se ha visto a los que llegan con hist¨®rica fama detr¨¢s. Y hoy, otro final callejero en cuesta.