El hambre

"Me he atragantado de llano". Y Pantani a¨²n sonre¨ªa. En el terreno de los llaneadores, en el reino del plato grande y las largas piernas, Marco Pantani -1,70 metros y 55 kilos-, en 17 kil¨®metros llanos como la palma de la mano, s¨®lo cedi¨® 49 segundos a Indur¨¢in, 66 a Berzin, menos de cuatro por segundo, cuando en Follonica su marca estaba en el doble. Este esfuerzo -"ten¨ªa miedo de que Berzin me doblara"- lo pag¨® en su terreno. El Pantani flam¨ªgero, inerte, inmune a la gravedad, no fue visto en el Ghiffi. Se le ve¨ªa resoplar, doblarse y hacer eses, beber m¨¢s de la cuenta y sudar por encontrar su ritmo. Y a¨²n as¨ª, mantuvo las distancias. Cedi¨®, en 13,700 kil¨®metros de ascensi¨®n, 24 segundos pelados a la locomotora Berzin, diez se-gundos al pesado Indur¨¢in. Todo fueron nervios para ¨¦l. Pantani sali¨® ya con sus escasos pelos de punta. Hab¨ªa, adem¨¢s, pasado una mala noche. Su habitaci¨®n estabajusto encima de la v¨ªa del tren -la de Indur¨¢in, al lado de la estaci¨®n de Chiavari- y, harto de dar vueltas en la cama, cambi¨® dos veces de habitaci¨®n. Y a pesar de los pesares, sigue segundo y con posibilidades. La decisiva cronoescalada ha sido m¨¢s bien un par¨¦ntesis exhib¨ªcionista.De ah¨ª, el optimismo del sonriente murci¨¦lago: "El resultado final ha sido muy positivo. Pensaba ceder dos minutos a Berzin y s¨®lo he perdido 1,37 minutos". Sigue segundo Pantani y piensa en el futuro: "Todo el mundo est¨¢ muy cansado, por lo que ser¨¢ fundamental la capacidad de recuperaci¨®n. Yo me siento bien y he demostrado, en las etapas dolom¨ªticas, que me recupero perfectamente. Y si Berzin no lo hace as¨ª, todo puede cambiar. Y tambi¨¦n puedo decir que no estoy solo. Que el propio Indur¨¢in tiene mi mismo problema. As¨ª, se presenta una situaci¨®n t¨¢ctica muy interesante: seremos dos para aislar a Berzin".