Dram¨¢tico llamamiento del canciller Vranitzky a los austriacos para que voten hoy a favor de Europa
Alrededor del 70% de las importaciones austriacas proceden de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (UE) y un 60% de las exportaciones de esta rep¨²blica alpina tienen como destino el Club de los Doce. Entre el orgullo por una neutralidad muy estable y el temor a perder sus cotas de bienestar, la campa?a del refer¨¦ndum para el ingreso de Austria en la UE ha abierto ampl¨ªsimos espacios para la demagogia. Mientras los sondeos reflejan un virtual empate entre partidarios del s¨ª y del no, el Gobierno de coalici¨®n de socialdem¨®cratas y democristianos que encabeza el canciller Franz Vranitzky ha lanzado un dram¨¢tico llamamiento a favor del voto a Europa. "Europeos ya somos, austriacos permaneceremos", reza la propaganda del s¨ª bajo el plomizo cielo de Viena en un fin de semana casi invernal.Pero los detractores de la UE, agrupados curiosamente en la extrema derecha del liberal J?rg Haider y en los verdes, han utilizado todos los recursos disponibles. Incluidas las cochinillas de los yogures espa?oles. Con un mensaje abiertamente xen¨®fogo y racista Haider ha mostrado el colorante de unas cochinillas de color tan oscuro como los cabellos de los meridionales europeos a modo de un s¨ªmbolo de afirmaci¨®n austr¨ªaca. Da igual que este insecto sea utilizado como colorante en bebidas. y jarabes que se venden, legalmente en Austria. "Yogures espa?oles con cochinillas en lugar de frutas es lo que nos espera si entramos en la UE", ha bramado el l¨ªder ultra. La historia sonar¨ªa a an¨¦cdota intrascendente si no fuera porque el mensaje ha calado en esa Austria profunda que concedi¨® entre el 15% y el 20% de los votos al Partido Liberal de Haider en las ¨²ltimas elecciones municipales o legislativas.
El presidente austr¨ªaco, Th¨®mas Klestil, ha apelado en un mensaje televisado a la "valent¨ªa, amplitud de miras y sentido de la responsabilidad" de sus conciudadanos para pedir que apoyen hoy el ingreso. Unos 5,7 millones de austr¨ªacos est¨¢n convocados a las urnas para tomar una de las decisiones m¨¢s trascendentales de su reciente historia.
Tras casi medio siglo de neutralidad y de jugar un papel de puente entre los dos bloques durante la guerra fr¨ªa, estos alemanes del sur buscan desesperadamente un nuevo lugar en el viejo continente. En las calles de la imperial Viena las banderas de propaganda de la UE tambi¨¦n apuntan como reclamo a pa¨ªses vecinos como Hungr¨ªa, la Rep¨²blica Checa o Eslovaquia. Los analistas pol¨ªticos destacan la decisiva aportaci¨®n que Austria puede hacer al ensanchamiento de la UE hacia el Este. Una eventual victoria del no, se?alan fuentes gubernamentales, desestabilizar¨ªa a¨²n m¨¢s el complejo mosaico del centro de Europa. De otro lado, la negativa austr¨ªaca a la UE tendr¨ªa un efecto domin¨® sobre los pr¨®ximos referendos en Suecia, Finlandia y Noruega.
Desde el Gobierno, los sindicatos y las organizaciones patronales se invocan las penas del infierno y el aislamiento si el pa¨ªs apuesta por un modelo suizo alejado de los organismos supranacionales. Por el contrario, desde las filas del no los fantasmas del aumento del paro, el deterioro del medio ambiente o las oleadas de refugiados vienen a a?adirse a la estrategia de las cochinillas.
Nadie se atreve a ofrecer un pron¨®stico sobre el resultado del refer¨¦ndum de hoy. Un 38% de indecisos espera a tomar una resoluci¨®n atendiendo al sol o a la lluvia de la jornada electoral.
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