Philippe Noiret abre la Mostra con una bella recreaci¨®n de la figura de Pablo Neruda
'Il Postino', obra p¨®stuma de Massimo Troisi, aceler¨® la muerte de su director
Il Postino era inicialmente un homenaje a un solo muerto, el poeta chileno Pablo Neruda, pero desde el 4 de agosto, hace ahora casi un mes, se ha convertido en la evocaci¨®n de otro muerto, el c¨®mico y director napolitano Massimo Troisi, cuyo coraz¨®n pend¨ªa, desde hace a?os, de un hilo y ¨¦ste se le rompi¨® durante el intenso esfuerzo para terminar a toda prisa el montaje del filme, para que pudiera estar terminado antes del cierre de la programaci¨®n de esta pel¨ªcula del festival del Lido. El gran actor Philippe Noiret,que recrea a Pablo Neruda en el filme , evoc¨® ayer en Venecia el vac¨ªo dejado por Troisi en este episodio, su nuevo y definitivo encuentro con el poeta chileno.
La pel¨ªcula es una fabulaci¨®n inspirada en una etapa ver¨ªdica de la vida de Pablo Neruda: su corta estancia en el exilio de una isla del sur italiano, poco antes de su definitivo retorno a Chile, a otra isla, la c¨¦lebre Isla Negra de sus ¨²ltimos a?os. La historia nos cuenta la ef¨ªmera amistad entre el poeta y un pobre diablo de este sur italiano que encuentra en la s¨²bita entrada en su vida de aquel gigante de otro sur lejano, algo que se parece a la intromisi¨®n de Dios en el horizonte de un p¨ªcaro sentimental, m¨ªsero y sin horizonte. Hay humor y ternura en esta f¨¢bula de un d¨²o imaginario imposible, cuya delicadeza acaba, sin acritud, suavemente, con un giro de dureza y melancol¨ªa, muy del gusto de las composiciones de Troisi, en especial en sus trabajos con Ettore Scola, como Esplendor.El director brit¨¢nico Michael Radford, que codirigi¨® mano a mano con Troisi Il Postino, aprieta en unas pocas palabras, todav¨ªa perplejas por la repentina desaparici¨®n de su compa?ero de traba o esta duplicidad de la pel¨ªcula, que ¨¦l atribuye a las inimitables peculiariades interpretativas de Troisi. Dice: "En un rinc¨®n de mi cerebro ha quedado la impresi¨®n de la insoportable e injusta realidad de la muerte de Massimo, en cuyo estilo de interpretaci¨®n es dif¨ªcil identificar el l¨ªmite entre la comicidad y la melancol¨ªa".
Detr¨¢s del lado conmovedor de esta evocaci¨®n se mueve una idea llena de precisi¨®n: Troisi contagia de tal modo las im¨¢genes de Il Postino, que su desarrapado enano absorbe la energ¨ªa que irradia la enorme estatura, vital y metaf¨®rica, del poeta y de esta manera Dios se hace sat¨¦lite del hombre y, en concreto, del hombrecillo. Dice el actor: "Si Neruda no cree en Dios, no ve ninguna raz¨®n para que Dios crea en Neruda".
El paso por el Lido del fantasma de Troisi, que en la pel¨ªcula lleva marcado sobre su escu¨¢lido rostro el frenazo en seco que dio su d¨¦bil coraz¨®n mientras montaba Il Postino, ha aplazado -seguro que no por mucho tiempo de unanimidad, palabra aqu¨ª inconcebible- las batallitas intestinas entre los dirigentes de la mostra, derivadas de las batallas que agitan la casa madre de la bienal veneciana, que a su vez son derivaciones de la 'guerra romana por el dominio de los pol¨ªticos de uno de los escaparates de la cultura italiana, o de lo que queda de ella, despu¨¦s del paso de la apisonadora de un vuelco hist¨®rico, que parece haber situado las cosas d¨¦cadas atr¨¢s de donde estaban en Italia cuando comenz¨® el derrumbe, en forma de domin¨®, de los estercoleros del poder, en cuyo hueco toman volumen otras basuras.
Lo que venga tiene toda la pinta de divertido y la escandalera montada d¨ªas atr¨¢s por un sector de los dirigentes izquierdistas de la mostra alrededor de la presencia del fascista Mario Vargas Llosa en el jurado internacional, no es m¨¢s que un adelanto del circo que se avecina en alg¨²n rinc¨®n inesperado, pero calculado, de los pr¨®ximos 12 d¨ªas, en los que una programaci¨®n sobre el papel confusa e h¨ªbrida de cine asi¨¢tico y europeo pobre y de espectaculares presencias de millonarios divos de Hollywood, se presta lo mismo al susto que a la sorpresa.
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