Los radicales catalanes cambian la idea de independencia por la de soberan¨ªa
Una formulaci¨®n distinta se abre paso, poco a poco, entre destacados independentistas catalanes donde hasta ahora usaban el concepto independencia hablan ahora de soberan¨ªa. El cambio obedece a la urgente necesidad de algunos pol¨ªticos de salir del todo o nada que les mantiene por debajo del 10% electoral. Para superar este l¨ªmite el concepto independencia es demasiado r¨ªgido. No sirve para negociar ni para encontrar aliados.
Esta idea es compartida por nacionalistas de campos diversos. Como Jordi S¨¢nchez, uno de los activistas de La Crida que no siguieron a ?ngel Colom cuando en 1989 ¨¦ste se adue?¨® de ERC; como el historiador Joan B. Cuila, de la Punda4n Acta, o Miquel Sellar¨¨s, expulsado de Converg¨¨ncia Democr¨¢tica (CDC) por su denuncia del sector de los negocios. El concepto de soberan¨ªa es utilizado tambi¨¦n por pol¨ªticos en activo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como sus portavoces en el Congreso de los Diputados y en el Parlament, Pilar Rahola y Josep Llu¨ªs Carod, respectivamente.Todos ellos destacan que las definiciones cl¨¢sicas, de independencia han quedado anticuadas y no se ajustan a la actual configuraci¨®n del gran espacio pol¨ªtico y econ¨®mico europeo, que es donde se halla Catalu?a. La actual configuraci¨®n europea permite disputar y ganar dosis de soberan¨ªa, opina S¨¢nchez, que es profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Aut¨®noma. Pero sabiendo que el modelo cl¨¢sico de soberan¨ªa nacional ya no sirve.
Lo primordial para cualquier pa¨ªs es, afirma tener poder pol¨ªtico, ganar capacidad de decisi¨®n sobre lo que le afecta, en un mundo que se caracteriza por ser cada d¨ªa m¨¢s interdependiente. Y para ello, agrega, "el proyecto secesionista, el de crear para Catalu?a su Estado propio, no es ahora, posiblemente, el m¨¢s prioritario ni indispensable. Hay otros caminos que permiten llegar al mismo punto. Hay otras muchas formas, no traum¨¢ticas. Pueden llamarse descentralizaci¨®n regional europea, flederalismo o de otros modos".
La gran ventaja del concepto de soberan¨ªa radica, seg¨²n el historiador Joan B. Cuila, uno de los publicistas del nacionalismo que lo utiliza, en que es "m¨¢s impreciso, m¨¢s difuso" qu¨¦ la simple reclamaci¨®n de independencia. Y, por lo mismo, permite negociar, fijar objetivos parciales, encontrar aliados.
Los independentistas que se han lanzado por esta v¨ªa niegan, no obstante, que se trate de una renuncia. Eso es algo que en este universo ser¨ªa considerado como una traici¨®n. Se trata s¨®lo, seg¨²n Carod, de "proponemos ser tan dependientes como lo son, en la realidad, los dem¨¢s pueblos que tienen soberan¨ªa en el marco de la Uni¨®n Europea".
Esta concepci¨®n no es, por lo dem¨¢s, una novedad hist¨®rica. Culla recuerda que la oleada nacionalista levantada durante los a?os setenta en Quebec por Ren¨¦ Levesque y su Partido Quebequ¨¦s propon¨ªa el binomio soberan¨ªa-asociaci¨®n. Quer¨ªa ser, en la pr¨¢ctica, algo parecido a una "independencia atenuada". El eje de su campa?a, afirma, "no era cortar los v¨ªnculos con Canad¨¢, sino alcanzar soberan¨ªa en una serie de aspectos, particularmente el cultural, aceptando la unidad monetaria, de mercado, de defensa, etc¨¦tera".
Sellar¨¦s sostiene que la pura y simple reclamaci¨®n de independencia debe ceder el paso a una pol¨ªtica mas sofisticada. Argumenta as¨ª: %Qu¨¦ significa la soberan¨ªa dentro de la Uni¨®n Europea? Algo que se comparte. Bien, pues lo que hay que ver es c¨®mo puede mejorar Catalu?a su incardinaci¨®n en Europa".
Soberan¨ªa fue el t¨¦rmino utilizado por Pilar Rahola en su intervenci¨®n en el reciente debate parlamentario sobre el estado de la naci¨®n. "Yo soy soberanista", declar¨® a este diario, "porque este planteamiento se adapta mejor a la realidad. Vamos a una Europa en la que todos seremos, dependientes. Todos. La pregunta es entonces: ?qui¨¦n controlar¨¢ la dependencia, Madrid o Bruselas?". Ante este interrogante, la. diputada avanza que la utilizaci¨®n del concepto soberan¨ªa permite "una interrelaci¨®n con. Europa, e incluso con Espa?a", distinta de la de independencia.
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