No es un espejismo
He le¨ªdo estos d¨ªas declaraciones de unos y otros sobre el supuesto ocaso de nuestro dise?o. Creo que es cierto afirmar "que la mayor¨ªa de empresas espa?olas pasan del dise?o", pero no por ello hay qu¨¦ deducir que nuestro dise?o ha sido "un espejismo de los a?os ochenta". En Espa?a se ha hecho buen dise?o desde siempre, v¨¦ase si no la riqueza. de nuestra artesan¨ªa popular. Pues l¨ªo que hoy llamamos dise?¨® no es sirio, seguir esa l¨ªnea que trazaron los artesanos de ir perfeccionando las cosas para que nos sirvan: mejor. Por tanto, no es cuesti¨®n ahora, tambi¨¦n en este tema, de rasgarnos las vestiduras y hundirnos algo m¨¢s en la impresi¨®n de que somos un desastre de pa¨ªs. El dise?o como actividad con este apellido espec¨ªfico- existe en Espa?a desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas y algunas de las obras creadas desde entonces est¨¢n en las colecciones de los mejores museos del mundo. Ni es, por tanto, un espejismo ni naci¨® ex nihilo en los a?os ochenta.Es cierto que durante estos ¨²ltimos a?os ha habido un boom prohijado por el poder, pero no por ello hay que borrar de un plumazo lo mucho que ha hecho, y sigue haciendo en este terreno la iniciativa privada. Es cierto que ese boom ha promocionado sobre todo obras efectistas, a menudo estrafalarias; por cierto, amplia mente difundidas por los, medios de comunicaci¨®n, siempre ¨¢vidos de lo m¨¢s llamativo y sensacional, Bien se sabe que, algunos lo he mos criticado. Lejos de los focos de lo noticiable, en esos anos ochenta se ha seguido haciendo dise?o con rigor, y ser¨¢ gracias a ¨¦l que, pasado el tumulto del boom, seguir¨¢n presentes nuestras obras en el panorama internacional del dise?o.No creo que sea un error que la Administraci¨®n apueste por el dise?o cuando es, hoy d¨ªa, un factor tan importante en la econom¨ªa de mercado en la que estamos inmersos. Veamos si no c¨®mo Jap¨®n ha sabido aplicarlo para imponerse en los mercados con la calidad de unos productos en los que el dise?o es parte fundamental. Pero es que, adem¨¢s, apostar por el dise?o significa tambi¨¦n apostar por una mejor calidad de vida, pues un buen dise?o mejora la convivencia que como usuarios tenemos, con los objetos que nos rodean y que nos sirven.
Lo que ocurre es que si la intenci¨®n de la Administraci¨®n fue acertada, en donde err¨® fue en el modelo de dise?o que se promocion¨®. Merced a muchas ayudas se encumbraron obras que -si resultaron divertidas por lo impertinentes e ins¨®litas- ni reflejaban lo que es el dise?o ni tampoco fueron ¨¦xitos de venta. Con lo cual, tampoco sirvieron de est¨ªmulo para las empresas del pa¨ªs que no vieron en el lo ¨²til que pudiera ser para sus propios productos, Por el contrario, tanta frivolidad m¨¢s bien les hizo desconfiar.
Nadie discute el hecho evidente de que las industrias del pa¨ªs siguen d¨¢ndole la espalda al dise?o, precisamente cuando tanto lo necesitan. Los muchos a?os de retraso que llevamos frente a nuestros colegas europeos tambi¨¦n en lo que a cultura industrial se refiere hacen muy necesario que nuestra industria apueste por el dise?o. Esto dista mucho de ser as¨ª. De los cientos de productos que cada d¨ªa salen al mercado, el. porcentaje de los que han sido creados con la colaboraci¨®n del dise?o es ¨ªnfimo, y eso se nota.
La mayor¨ªa de ellos se siguen creando con una mentalidad tercermundista basada en el plagio o las soluciones caseras. Si hubo una ¨¦poca en que no pod¨ªamos aspirar a m¨¢s, hoy ya no es as¨ª. En un mercado repleto de excelentes productos ajenos perfectamente estudiados, para que nuestros productos puedan tengan alguna posibilidad de ser preferidos deber¨¢n haber sido creados tambi¨¦n con ese mismo esmero. Es decir, con la exporta colaboraci¨®n del dise?o.
No denigremos en bloque nuestro dise?o, no es un espejismo, existe. Pero s¨ª queremos que contribuya a una mejora real de nuestros productos y de nuestra econom¨ªa, son precisas otras medidas m¨¢s realistas para lograr que penetre en profundidad en el tejido industrial del pa¨ªs. Es necesario un serio replanteamiento de toda la pol¨ªtica del dise?o, pues el balance de lo hecho hasta ahora no es positivo. Ese ¨¦xito medi¨¢tico de nuestro dise?o, que tanto ha dado que hablar, no ha llegado a justificar, ni mucho menos a compensar, las enormes cifras empe?adas en su promoci¨®n.
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