Malcohn Bradbury dice que Londres se abre "a todas las aventuras literarias"
El escritor comenta en Madrid "los excitantes a?os ochenta" de los brit¨¢nicos
Como novelista, le han preocupado los vaivenes de las ideas y la encarnaci¨®n de ¨¦stas en la vida diaria. Para contar de las andanzas de sus personajes, su mejor arma ha sido siempre la iron¨ªa. Ha frecuentado todos los g¨¦neros, pero su mayor prestigio procede del ¨¢rea acad¨¦mica. De hecho, dos de los mejores escritores brit¨¢nicos actuales, Ian McEwan y Kazuo Ishiguro, fueron alumnos suyos en un taller de escritura creativa. Se llama Malcolm Bradbury (Sheffield, 1932) y conoce al dedillo las andanzas de las literaturas escritas en lengua inglesa. Ayer declar¨® en Madrid que la ciudad de Londres est¨¢ abierta "a todo tipo de aventuras literarias".
, Dice de los ochenta que fueron buenos a?os para la narrativa brit¨¢nica, y recuerda a Byatt, Rushdie, Barnes, Amis, Swift, Ackroyd y los antes citados, entre otros. "Fue un momento realmente excitante", comenta Bradbury. "En un clima de crisis de referencias, los escritores experimentaron muchos caminos y, en gran medida, regresaron a los or¨ªgenes de la novela. Pero no se puede hablar globalmente de narrativa brit¨¢nica, sino de una serie de escritores que confluyen en Londres, una ciudad tremendamente abierta a todo tipo de aventuras literarias. Mucho m¨¢s que Nueva York".Bradbury ha desembarcado en Madrid para hablar de literatura inglesa. Lo hizo ayer en la Residencia de Estudiantes, donde analiz¨® la narrativa brit¨¢nica actual, y lo har¨¢ el martes en las Facultades de Filolog¨ªa y de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense, donde se ocupar¨¢ del grupo de Bloomsbury.
" El mundo del grupo de Bloomsbury acab¨® con la muerte de Virginia Woolf", dice Bradbury. "Las directrices que orientaban su trabajo ya no existen en un contexto que puede tratarse de posmoderno, en el sentido amplio del t¨¦rmino. Es decir: los contenidos ideol¨®gicos que inspiraron la modernidad han entrado en crisis y el escritor actual parte en su trabajo de un vac¨ªo de referencias. Es algo que le da mucha libertad, ya que puede elegir sus propias fuentes de inspiraci¨®n y las directrices ideol¨®gicas que quiera. Otra diferencia esencial entre ambos mundos es que la condici¨®n posmoderna es pesimista: ha visto la ca¨ªda de muchos de los proyectos optimistas de la modernidad". Este prestigioso profesor de estudios americanos de la Universidad de East Anglia (Norwich) acaba de abandonar la docencia despu¨¦s de dedicarle 35 a?os. Su trato con los alumnos no le impidi¨® embarcarse en un sinf¨ªn de aventuras literarias: seis novelas, alg¨²n libro de relatos, obras, de teatro, guiones para radio y televisi¨®n, innumerables ensayos... Doctor Criminale (1992), su ¨²ltima novela, "cuenta las peripecias de un profesor de un antiguo pa¨ªs del Este que llega a Occidente, donde existen grandes expectativas a prop¨®sito de sus ideas", explica Bradbury, que reconoce que en ¨¦sta, como en las anteriores, la iron¨ªa y el humor son los hilos conductores de la novela. Sin embargo, matiza: "La ca¨ªda: del muro de Berl¨ªn nos ha transformado a todos. Y es l¨®gico que haya influido tambi¨¦n en mi trabajo literario. Lo que intent¨¦ reflejar en Doctor Criminale fue c¨®mo es el mundo despu¨¦s de la guerra fr¨ªa".
De Malcolm Bradbury, que public¨® en 1993 un ensayo sobre la literatura brit¨¢nica moderna, acaba de salir en Londres un nuevo trabajo, Dangerous pilgrimage
[Peregrinajes peligrosos], centrado esta vez en los narradores norteamericanos.
Reconoce que la literatura le debe mucho a Espa?a: "Por Cervantes, que invent¨® la novela, pero tambi¨¦n por Col¨®n. Mi teor¨ªa es que gracias a ¨¦l, Europa proyecta su cultura en el Nuevo Mundo y al hacerlo se transforma. Mucho tiempo despu¨¦s, es Washington Irving el americano que llega al viejo continente para reinventarlo. Y el c¨ªrculo se cierra"
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