Buenas noticias en el Atl¨¦tico
Los rojiblancos resolvieron ante el Espanyol de forma ordenada
En el momento m¨¢s inesperado de la temporada, el Atl¨¦tico ofreci¨® buenas noticias a su afici¨®n. Sali¨® de un partido abrupto y dif¨ªcil como un equipo ordenado, firme y contundente, tres cualidades desconocidas hasta ahora en el Manzanares. No le sobr¨® juego al Atl¨¦tico, pero su manera de levantar el encuentro elimina cualquier temor en el final de Liga. Gan¨® al Espanyol despu¨¦s de sobreponerse a la expulsi¨®n de Kosecki y a la dura propuesta del Espa?ol.El Atl¨¦tico, que sali¨® con gas y juego, perdi¨® la perspectiva cuando fue a la guerra en la primera parte. Se encontr¨® en el terreno preferido del Espanyol, un equipo que pasa de vital a belicoso seg¨²n convenga. Cuando los partidos se vuelven agrios, el Espanyol se siente c¨®modo, feliz en el l¨ªo de balones divididos, faltas y juego trabado. Al fondo se adivina el esp¨ªritu aguerrido de Camacho, un hombre que transmite como entrenador la misma intensidad que ten¨ªa como futbolista. Con el Espanyol ha forjado un equipo seco, indesmayable, de los que convierten los partidos en un combate cuerpo a cuerpo. El Atl¨¦tico acept¨® esa v¨ªa y termin¨® enredado en una batalla fea y desagradable.
Sin embargo, el Atl¨¦tico tuvo una ventaja decisiva sobre tardes anteriores. El equipo hab¨ªa recuperado a sus mejores jugadores. La alineaci¨®n ten¨ªa un aire de solidez que ha faltado durante toda la temporada. Se pod¨ªa contar con la llegada de Caminero, la habilidad de Kiko y la pujanza de Simeone. Por una vez, la tropa se sinti¨® protegida en un encuentro bravo y muy tenso. Cuando llegaron mal dadas, y eso ocurri¨® despu¨¦s de la expulsi¨®n de Kosecki, el Atl¨¦tico tuvo recursos para sostenerse y amenazar al Espanyol. Fue una se?al de car¨¢cter en un equipo tradicionalmente d¨¦bil.
Los tacos brillaron muy pronto. Comenz¨® el partido con un ritmo vivo y bastante academia en el Atl¨¦tico. Un par de acciones de Kiko y el inter¨¦s general por hilar el juego explicaban la superioridad de los locales. Pero el f¨²tbol se embarr¨® por la insistencia del Espanyol en provocar faltas y la inmediata colaboraci¨®n del Atl¨¦tico en el mismo asunto. El juegose convirti¨® en algo secundario.
El m¨¦rito del Atl¨¦tico fue sobreponerse a las adversidades. El gol de L¨®pez no tuvo incidencia sobre el partido. En la siguiente jugada, Arteaga solucion¨® el contragolpe de Raduciou con un tiro inteligente que supero a Abel. El partido se hab¨ªa metido en una l¨ªnea dura que daba la impresi¨®n de beneficiar al Espa?ol. El partido estaba donde quer¨ªa Camacho: el juego ensuciado, la pelota metida en las trincheras y su rival con diez jugadores. La expulsi¨®n de Kosecki encendi¨® todas las alarmas en el Atl¨¦tico. Pareci¨® un momento particularmente dif¨ªcil para un equipo con tendencias autodestructivas. Esta ha sido su historia durante toda la temporada, pero esta vez el Atl¨¦tico tuvo car¨¢cter, orden y decisi¨®n. Y algo m¨¢s: alguien para desequilibrar.
Una vez m¨¢s, Caminero fue decisivo. El volante local protagoniz¨® los dos goles del Atl¨¦tico en la segunda parte. Las dos jugadas tuvieron un sello parecido, muy propio de Caminero. La primera fue una irrupci¨®n que detuvo Arteaga con una falta en el ¨¢rea. El penalti y el gol relanzaron al Atl¨¦tico. En medio de la calamidades, tuvo la virtud de desactivar al Espanyol, mantener el orden y tirar varios contragolpes con sentido. Por fin, parec¨ªa un equipo armado, capaz de actuar con inteligencia despu¨¦s de equivocarse al aceptar el cuerpo a cuerpo.
Los problemas fueron para el Espanyol. La bravura se acaba cuando falta el juego. Y por ese lado, el Espanyol es un equipo limitado, uno de esos que juega por encima de sus posibilidades, m¨¢s fiado de la excitaci¨®n que de la clase. Le faltaron recursos para cambiar la onda del partido y sacar provecho de la expulsi¨®n de Kosecki y del impacto del empate. Se encontr¨® con el mejor Atl¨¦tico posible en las circunstancias actuales. Lejos de sufrir un ataque de p¨¢nico, los locales se agruparon, esperaron y decidieron con Caminero. Para eso est¨¢n los buenos jugadores: para desequilibrar y poner la firma a los partidos.
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