Incomodidades en seis fases para no cerrar
"El museo no queda paralizado, aunque supone un mayor esfuerzo de coordinaci¨®n para avanzar las obras y perjudicar lo m¨ªnimo al p¨²blico", declar¨® ayer la ministra de Cultura, Carmen Alborch, durante la presentaci¨®n de la fase de inscripci¨®n del concurso de ampliaci¨®n y el proyecto de reforma de las cubiertas. "Se han dividido las obras en seis fases, y no se cierra m¨¢s que determinadas zonas de trabajo que por motivos de seguridad ser¨¢n encapsuladas", a?adi¨® el director del museo, el arque¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n. "La obra no es de alba?iles, sino que se instalar¨¢n numerosas piezas prefabricadas".En los pr¨®ximos d¨ªas, la direcci¨®n del museo y los arquitectos del proyecto de las cubiertas, Dionisio Hern¨¢ndez Gil y Rafael Olalquiaga, estudiar¨¢n los sistemas y "las f¨®rmulas menos traum¨¢ticas dentro de la incomodidad", con objeto de equilibrar los trabajos en cubierta y planta alta exclusivamente y la exposici¨®n de los cuadros.
Eliminada la posibilidad de realizar muestras en otros edificios -como han hecho algunos museos durante las rehabilitaciones- se ha concretado que la duraci¨®n de las obras durar¨¢ entre 24 y 30 meses, por lo que a cada fase corresponder¨¢ seis meses y afectar¨¢ en el peor de los casos a siete salas de la planta alta. Incluso es posible que no se tenga que cerrar la galer¨ªa principal, cuyas obras pueden seguir con una protecci¨®n especial y una iluminaci¨®n artificial para los cuadros.
Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n estaba ayer convencido de que la reforma de las cubiertas pasar¨¢ a la historia de la museograf¨ªa. El Prado va a tener en los pr¨®ximos a?os un doble laboratorio, con una ampliaci¨®n fuera del edificio principal que ya han realizado museos similares (Louvre, Tate), y va a ser pionero en el cambio de las cubiertas, que tambi¨¦n tiene planteada la National Gallery de Washington, por ejemplo.
El Prado comenzar¨¢ las obras el pr¨®ximo mes de septiembre -tambi¨¦n est¨¢ previsto realizar nuevas instalaciones de aire acondicionado y seguridad en el Cas¨®n del Buen Retiro-, que enlazar¨¢n en 1997 con la realizaci¨®n del concurso de ampliaci¨®n. Para Carmen Alborch, "no hay ning¨²n problema", ni en el claustro de los Jer¨®nimos -el Arzobispado de Madrid ha planteado exigencas para restaurar y respetar el claustro-, ni en los presupuestos -para este a?o ya hay una partida de 400 millones- ni ante un cambio de Gobierno, "por el amplio consenso". Algunos miembros del patronato observan frente a los cambios "escepticismo en el interior de la casa", por lo que a veces ",hay que moverlos con gr¨²a".
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