Fallece Stephen Spender, ¨²ltimo representante de la generaci¨®n de poetas ingleses de 1930

El poeta y cr¨ªtico literario brit¨¢nico Stephen Spender, ¨²ltimo representante vivo de la llamada generaci¨®n de 1930, falleci¨® el domingo en Londres a los 86 a?os. Spender, un exquisito gentleman con el coraz¨®n inclinado a la izquierda, revisaba las pruebas de una ¨²ltima novela sobre su infancia cuando le sobrevino la muerte en su domicilio del norte de Londres. Su segunda esposa, la pianista Natasha Litvin, permaneci¨® a su lado hasta el ¨²ltimo momento, cuando los doctores del hospital St. Mary, adonde fue trasladado ya sin vida, certificaron la muerte del poeta.

El ¨²ltimo episodio de notoriedad vivido por el gran escritor, cuyo compromiso con la izquierda le llev¨® a apoyar apasionadamente la causa de la Rep¨²blica durante la guerra civil espa?ola, se proporcion¨® la escandalosa novela del norteamericano David Leavitt, While England sleeps (Mientras Inglaterra duerme), a la que Spender acus¨® de ser un completo plagio de su famosa autobiograf¨ªa World within world (Mundo dentro del mundo). Leavitt repasaba sin reparos en While England sleeps las relaciones homosexuales mantenidas por Spender en su juventud.Hijo del conocido periodista liberal E. H. Spender, Stephen Spender naci¨® en Londres en 1909 y recibi¨® una esmerada educaci¨®n en Oxford. En las aulas del selecto University College, Spender encontr¨® el ambiente de camarader¨ªa y los est¨ªmulos culturales que habr¨ªan de construir su personalidad y marcar su vida entera. En Oxford naci¨® su amistad inquebrantable con el poeta W. H. Auden -cuya obra se encargar¨ªa de editar-, que dur¨® hasta la muerte de este ¨²ltimo en 1973. Spender entr¨® en contacto adem¨¢s con figuras de la talla de Louis MacNeice, Cristopher Isherwood y Edward Upward. Con ellos experiment¨® la intensidad de las relaciones de amor y amistad que anos despu¨¦s quedar¨ªan, plasmadas para siempre en su autobiograf¨ªa de principios de los a?os cincuenta. Pero adem¨¢s, Spender dej¨® constancia de su compromiso humano a trav¨¦s de los Diarios 1939-1983 y su obra Poemas escogidos, aparte de ser responsable de verter al ingl¨¦s a poetas como Schiller, Rilke y Federico Garc¨ªa Lorca. En Espa?a, Visor ha publicado la poes¨ªa de Spender

De todo el grupo integrante de la generaci¨®n de 1930, Spender fue acaso el que m¨¢s sinceramente se involucr¨® en la pol¨ªtica y lleg¨® a formar parte -aunque fugazmente- del Partido Comunista. Viajero incansable (su devoci¨®n por Espa?a naci¨® de una visita sobre el terreno), respetable padre de familia y devoto periodista, en la ¨²ltima etapa de su vida Spender se manifest¨® m¨¢s partidario de ser recordado como un poeta.

Al compromiso ideol¨®gico de juventud le hab¨ªa sucedido tambi¨¦n un claro desencanto por la pol¨ªtica. En una entrevista concedida el a?o pasado al diario The Times, Spender explicaba: "Me mantengo a la izquierda porque creo que cuidan m¨¢s los temas de educaci¨®n. Pero en el mundo de hoy no creo que existan verdaderas alternativas pol¨ªticas como en el pasado".

Stephen Spender, que public¨® dos libros de versos inspirados en la guerra civil espa?ola, particip¨® en 1987 en Barcelona en el festival internacional de poes¨ªa que se organiza anualmente en el marco de la Feria del Libro de la ciudad (volvi¨® a Barcelona al a?o siguiente para un homenaje a T. S. Ellot).

Spender declamaba con un sorprendente chorro de voz. En aquella ocasi¨®n, escogi¨® para empezar algunos poemas de la guerra civil y los recit¨® sin respiro, como si constituyeran una larga frase. Tambi¨¦n ley¨® otro, muy breve y lleno de lirismo, dedicado a su hija, a la sensaci¨®n de sentir su manita en torno al dedo, "como un anillo invisible que llevar¨¦ toda la vida".

El escritor evocaba su trabajo como periodista en Barcelona, Madrid y Valencia, en 1937: "De aquellos tiempos recuerdo el clima excitante y el entusiasmo en que se viv¨ªa". El poeta conoci¨® y trat¨® aquellos a?os a Hemingway, Alberti y Mari¨¤ Manent. "Yo era antifascista y estaba al lado de la Rep¨²blica", dec¨ªa Spender, "pero no me sent¨ªa feliz con los comunistas". El poeta defin¨ªa sus composiciones sobre la guerra como "algo tristes y en las que hab¨ªa mucho sentimiento pero nada de propaganda".