6.000 pesetas hasta Col¨®n

"No s¨¦ si tendr¨¦ bastante dinero", consultaba el jueves una pasajera argentina a un taxista dispuesto a llevarla desde la terminal Internacional de Barajas a un hotel pr¨®ximo a la plaza de Col¨®n. "A ver, ?cu¨¢nto tiene?", le pregunt¨® el conductor. "Un billete de 5.000", respondi¨® la mujer. Y el conductor sentenci¨®: "S¨ª, eso m¨¢s o menos. Unas 5.000 o 6.000 pesetas. Porque despu¨¦s hay que cobrar tambi¨¦n la vuelta al aeropuerto". Y se qued¨® tan ancho.

"La est¨¢ enga?and¨®, se?ora", le advirti¨® la periodista que presenci¨® la escena. "Usted, m¨¦tase en sus asuntos", salt¨® el hombre, mientras se apresuraba a ordenar el equipaje en el maletero. Otros compa?eros salieron en defensa del taxista. "A usted nadie le ha preguntado, y d¨¦jenos trabajar. Los periodistas s¨®lo vienen a molestar".

Lo sablazos en las tarifas a los pasajeros son norma de trabajo para algunos taxistas que acuden al aeropuerto.

Luego est¨¢n los tironeros, aquellos taxistas pirata que abordan al cliente en el vest¨ªbulo ofreciendo "taxi", "taxi" y cuyo veh¨ªculo, sin distintivo de servicio p¨²blico, se esconde en el aparcamiento. El conductor apalabra un precio y se lleva las maletas. El viajero no tiene m¨¢s remedio que seguirle, y cuando se da cuenta del fraude que est¨¢ sufriendo su equipaje ya est¨¢ encerrado en el coche.

El aeropuerto es un negocio rentable. Hasta un polic¨ªa ha sido detenido tras hacerse pasar por taxista y timar a los turistas. Cobraba la carrera a 20.000 pesetas.

En Barajas, los taxistas se defienden: "Es una mafia muy reducida. En el aeropuerto hay de todo, pero la mayor¨ªa de los taxistas somos gente honrada que nos ganamos la vida como podemos", argumenta Ernesto, uno de los habituales del aeropuerto.