El Madrid sale de su espesura
Ra¨²l y ?lvaro pusieron en graves aprietos a la defensa del Sevilla
El Madrid sali¨® de su espesura ¨²ltima a golpe de goles. "M¨¢s fresco, vital y atrevido, solucion¨® el partido de manera contundente. Por una vez, no se vio sometido al martirio de la angustia. Marc¨® pronto y rentabiliz¨® el gol sin problemas, cosa que no hab¨ªa sucedido nunca durante esta temporada. El equipo tuvo aire y argumentos futbol¨ªsticos a partir de una buena organizaci¨®n y del vigor general. En medio de ese paisaje m¨¢s vitalista, el Madrid acab¨® prendido de varios j¨®venes, encabezados por Ra¨²l, que actu¨® impecablemente, como embajador de su generaci¨®n.Despu¨¦s de tres meses tormentosos, el Madrid pudo darse una noche tranquila, lo m¨¢s cercana a la felicidad en estos d¨ªas de incertidumbre. Desde el madridismo se necesitaba una victoria como ¨¦sta, r¨¢pida y sencilla, un noqueo que comenz¨® a contarse en el primer minuto de la manera m¨¢s improbable: un remate de cabeza tras el saque de una falta. Acostumbrado a empujar los goles desde el ¨¢rea peque?a, el gol de Alkorta puede tomarse como una novedad en todos los sentidos. El Madrid no mata en los tiros de falta y Alkorta nunca se ha distinguido por su poder¨ªo en el juego alto. Pero el partido estaba para cambiar el discurso habitual del Madrid. Marc¨® su primer gol de una manera infrecuente y jug¨® con un esp¨ªritu renovado, con la idea de la regeneraci¨®n que pide Valdano en las ¨²ltimas semanas. La presencia de dos juveniles en la delantera -Ra¨²l y ?lvaro- ayud¨® a plasmar esa intenci¨®n de manera gr¨¢fica, pero la realidad es que todo el equipo particip¨® de un juego m¨¢s s¨®lido, m¨¢s cosido, m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s vertical. En algunos momentos, el equipo recuper¨® aquella propensi¨®n al v¨¦rtigo de la temporada anterior.
El Sevilla asisti¨® como convidado de piedra al partido. Cuando quiso enterarse, hab¨ªa encajado tres goles y estaba fuera de onda. Ni rastro del equipo ¨¢spero y tenso de las ¨²ltimas temporadas. Por estas cosas del f¨²tbol, lo m¨¢s destacable del equipo andaluz se produjo tras la expulsi¨®n de Suker. El equipo tom¨® conciencia de su situaci¨®n y sac¨® una punta de orgullo que le ayud¨® a sobrellevar con dignidad la segunda parte.
Aunque el Madrid estuvo preso de fa intermitencia, hubo algunos factores que. tonificaron su aspecto. Primero la disposici¨®n hacia el juego: el equipo se agrup¨¦ con las l¨ªneas m¨¢s apretadas, a partir de la posici¨®n adelantada de la defensa. La desconfianza, el miedo y algunas tendencias naturales de sus zagueros, hab¨ªan llevado al Madrid a tirar la raya defensiva cada vez m¨¢s cerca de su ¨¢rea. Esta querencia ha producido varios efectos perniciosos: el Madrid se distanciaba de la otra porter¨ªa, las l¨ªneas quedaban demasiado separadas y se produc¨ªa una sensaci¨®n colectiva de desprendimiento. Frente al Sevilla, el Madrid volvi¨® a sus or¨ªgenes. Achic¨® los espacios al Sevilla, recuper¨® la pelota con prontitud y luego empuj¨® con vigor. Este segundo aspecto -la vitalidad- tambi¨¦n fue instrumental en la victoria. Despu¨¦s de la ca¨ªda de tensi¨®n que culmin¨® en la asombrosa aton¨ªa frente al Racing, el Madrid ha levantado progresivamente al ¨¢nimo. Su actitud ante el Sevilla fue irreprochable.
Puesto que hab¨ªan mejorado la organizaci¨®n y la energ¨ªa, quedaba por comprobar el estado del juego. Ayudado por la secuencia inicial de goles, el Madrid volvi¨® a encontrarse c¨®modo con su f¨²tbol. Es decir, jug¨® con naturalidad. El nivel medio creci¨® y jugadores como Luis Enrique, que hab¨ªa pasado momentos de desconcierto esta temporada, estuvieron para el roto y para el descosido. Otros estaban sometidos al severo escrutinio del Bernab¨¦u. ?lvaro sali¨® como titular en la delantera y la gente qued¨® encantada. Se le vio como un delantero r¨¢pido, de arrancada explosiva y con una pegada notable a la pelota. Otra cualidad es de car¨¢cter qu¨ªmico: el chico conecta con R¨¢ul. Los dos pusieron en graves dificultades a la defensa sevillista, alarmada por el descaro de dos juveniles que sintonizan un la misma onda. El caso de Ra¨²l es incuestionable. Al d¨ªa de hoy es un jugador b¨¢sico en el Madrid.
El boquete del resultado permiti¨® la entrada de Guti, otro novato. Sali¨® por Laudrup, que entreg¨® dos goles, pero escuch¨® los primeros silbidos de su vida como madridista. Fue una cosa menor, pero result¨® sorprendente. Para contestar a la clac, Laudrup sac¨® un espl¨¦ndido pase en el cuarto gol, cerrado de manera impecable por Ra¨²l: tic y la pelota sali¨® burlona sobre Unzu¨¦. Valdano aprovech¨® el beneficio del pase y del gol para retirar a Laudrup entre aplausos. As¨ª de cambiante es el personal.
Entr¨® Guti y dej¨® algunos apuntes. Zurdo, bien dotado para el tiro de media distancia -una necesidad perentoria en el Madrid-, parece que tiene una buena relaci¨®n con la pelota en el regate y en el pase. Pero eso s¨®lo` pudo observarse en los detalles que dej¨® en un partido que sirvi¨® para refrescar al Madrid y sacarle de la espesura ¨²ltima.
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