Folkker, abocada al cierre patronal al decidir DaimIer-Benz no invertir en ella.
La empresa de construcciones aeron¨¢uticas Fokker, el buque insignia holand¨¦s, con casi 80 a?os de historia, ha tocado fondo. El Consejo de Adminitraci¨®n del consorcio alem¨¢n Daimler-Benz, que posee el 39,5% del capital de la empresa holandesa, ha decidido suspender toda ayuda financiera. La decisi¨®n amenaza seriamente los puestos de trabajo de cerca de 7.900 trabajadores.
Ser¨ªa el mayor despido masivo de la historia de Holanda. Ayer, la direcci¨®n de Fokker y el propio Gobierno holand¨¦s buscaban una soluci¨®n para garantizar cierta viabilidad a la empresa.Al final no fue posible el acuerdo sobre la inyecci¨®n financiera que los dos mayores accionistas deber¨ªan aportar: Dasa, una subsidiaria del gigante industrial Daimler-Benz, por un lado, y el Gobierno holand¨¦s -con el 11,5% de las acci¨®nes- por el otro.De momento, DaimIer Benz se limit¨® al mediod¨ªa de ayer a hacer el anuncio de su decisi¨®n, aunque no dijo haber tomado, ninguna resoluci¨®n concreta sobre el futuro de la empresa. Una vez que el gigante alem¨¢n lo hizo p¨²blico, el primer ministro holand¨¦s Wim Kok convoc¨® una reuni¨®n de urgencia con los titulares de los gabinetes de Econom¨ªa, Finanzas y Asuntos Sociales. No en vano la decisi¨®n alemana puede tener grandes consecuencias en el pa¨ªs. Tras la reuni¨®n, el ministro de Econom¨ªa Hans Wijers declar¨® que "ahora la continuidad de Fokker ya no est¨¢ garantizada" aunque asegur¨® que "es imposible avanzar en detalle cu¨¢les van a ser las consecuencias financieras".
Si bien la decisi¨®n ten¨ªa que venir formalmente de Stuttgart (Alemania), donde DaimIer Benz tiene su sede, en Fokker ya se hab¨ªa arrojado la toalla el viernes despu¨¦s de que el presidente de la empresa matriz, Juergen Schrempp, y el ministro de Econom¨ªa holand¨¦s protagonizar¨®n sin ¨¦xito el ¨²ltimo intento por llegar a un acuerdo sobre cu¨¢nto deb¨ªa aportar cada cual. La Haya rechaz¨® de plano poner sobre la mesa 1.300 millones de florines (casi 100.000 millones de pesetas) que Dasa ped¨ªa como parte de un ¨²ltimo plan de saneamiento para redimir a Fokker. El primer ministro holand¨¦s fue tajante: "Es impensable, que el contribuyente holand¨¦s tenga que hacer frente con sus impuestos a esa cantidad".
En Holanda se piensa que as demandas de los alemanes eran excesivas y la comisi¨®n parlamentaria de Asuntos Econ¨®micos considera que el plan de supervivencia presentado por Dasa no garantizaba de forma suficiente la empresa.
Por su parte, Dasa, convertida en el accionista mayoritario desde 1993, tampoco tiene mucho inter¨¦s en continuar inyectando dinero a Fokker, debido a los resultados del a?o pasado, conocidos ayer. Seg¨²n los datos presentados, el consorcio perdi¨® el a?o pasado m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares (medio bill¨®n de pesetas, aproximadamente), provocadas por AEG y Fokker, de los que la mitad son directamente imputables a la empresa holandesa. Sin embargo, y una vez consumado el plan de ajuste en ambas sociedades, el gigante alem¨¢n espera volver a beneficios este a?o.
Desde 1993 el grupo de Stuttgart ha inyectado 3.000 millones de florines (unos 225.000 millones de pesetas) Fokker sin que la situaci¨®n haya merjorado, en parte por la disminuci¨®n de la demanda en el mercado mundial y en parte por la p¨¦rdida de valor del d¨®lar, moneda en la que se realizan las transacciones aeron¨¢uticas.
En 1994, la empresa sufri¨® las primeras p¨¦rdidas importantes. Cuando en el primer semestre de 1995 se anunciaron las p¨¦rdidas r¨¦cords de 650 millones de florines (unos 50.000 millones de pesetas) qued¨® bien claro que la empresa necesitaba un apoyo importante de Dasa o del Gobierno holand¨¦s.
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