El ¨²ltimo hasta hoy
Con certera premonici¨®n se?alaba Francisco Tom¨¢s y Valiente poco antes de su asesinato que cada tiro de ETA nos hiere a nosotros directamente. Cuando disparan nos est¨¢n disparando. Cuando matan nos matan. Y a?ad¨ªa: "El silencio es deshonesto antes y despu¨¦s de la muerte del ¨²ltimo hombre asesinado. Del ¨²ltimo hasta hoy". El ¨²ltimo fue ¨¦l mismo.El asesinato de Francisco Tom¨¢s y Valiente en su despacho de la Facultad de Derecho, es terrible no s¨®lo porque lo es siempre la violencia, sino porque ¨¦sta dista de ser ciega. Se ha querido asesinar a un luchador por la democracia y la libertad de los espa?oles, la misma libertad de la que abusan sus asesinos. Se ha matado a un magn¨ªfico jurista, constructor del Estado de derecho, del que abusan sus asesinos. Se ha matado al presidente del Tribunal Constitucional, el mismo que ampar¨® el derecho de los diputados de HB a tomar posesi¨®n de sus esca?os expresando acatamiento a la Constituci¨®n. Se ha matado finalmente a un catedr¨¢tico e intelectual cuyos comentarios y art¨ªculos eran modelo de prudencia y buen razonar, la misma raz¨®n de la que abusan sus asesinos. Y han buscado para hacerlo su despacho de la Universidad donde pocas semanas antes finalizaba un Ensayo sobre la tolerancia, tolerancia de la que todo ignoran sus asesinos. No hubieran matado a un matador, pues ¨¦sa es su contrapartida y su argumento: cuanto peor, mejor; cuantas m¨¢s pistolas, mejor; cuanto m¨¢s GAL, m¨¢s ETA. Matan a quien desde la raz¨®n, la libertad y el buen sentido m¨¢s da?o hace a su locura. '
Es por ello acertada la comparaci¨®n que El¨ªas D¨ªaz ha hecho entre este crimen y el del fil¨®sofo neopositivista Schlick, asesinado por los nazis en 1936 tambi¨¦n en su despacho universitario. El grito de Viva la muerte resuena una vez m¨¢s en las aulas, llevado esta vez por la guerrilla urbana fascista de cuya' peligrosidad, al parecer, no queremos tomar debida cuenta.
Y eso es lo que este asesinato nos obliga finalmente a confrontar. No estamos ante un problema de terrorismo vasco; estamos ante un problema nacional de guerrilla urbana, organizada y dispuesta a todo con tal de aterrorizar a los ciudadanos. Una guerrilla que se aprovecha de una cultura de impunidad que hemos generado inconsciente e insensatamente. El propio Tom¨¢s y Valiente se?alaba en su ¨²ltimo art¨ªculo-qui¨¦nlo hubiera pensado- el camino que debemos andar. Que de los malos servidores del Estado. se encargue la Justicia. Que a la Justicia la amparen (la amparemos) todas las fuerzas democr¨¢ticas en su lucha contra ETA. Que los ciudadanos, sin miedo, ganen la ciudad y la calle.Pues nadie puede delegarlo este problema en nadie. No podemos delegarlo en los vascos, ni en sus autoridades, ni en la polic¨ªa, ni en la Justicia: "S¨®lo el problema de ETA es nuestro y s¨®lo nuestro, peculiar y distinto, envenenado y mort¨ªfero". De todos y cada uno. Espa?a, no puede esperar elecciones ni cambios para abordar ese c¨¢ncer. ?Para cu¨¢ndo la uni¨®n de todos los pac¨ªficos contra los violentos? ?C¨®mo soportar que, horas despu¨¦s de este asesinato, los fascistas de HB vuelvan a manifestarse frente a quienes piden la libertad de Aldaya? ?Para cu¨¢ndo un rearme jur¨ªdico que impida que sus manifestaciones sean tan legales como las nuestras, que sea la Ertzaintza la que tiene que llevar pasamonta?as,"que no se pueda llevar el lazo azul en Guip¨²zcoa? ?Acaso los amigos de las v¨ªctimas tienen los mismos derechos que los c¨®mplices de los agresores? ?Para cu¨¢ndo ilegalizar el entorno institucional de ETA, prohibir tajantemente sus manifestaciones, perseguir la apolog¨ªa period¨ªstica de la violencia, acosar legalmente, jur¨ªdicamente, pero acosar ese entorno maldito?
El Estado, todo el Estado, autoritario o democr¨¢tico, reposa en el monopolio de la violencia f¨ªsica. Si lo pierde, all¨ª donde lo pierde y tan pronto como lo pierde, emerge la violencia como preludio de otro Estado. No estamos hablando de las libertades, sino de la paz sin m¨¢s.
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