El desconcierto se apodera de la lucha contra ETA
Hijo de una v¨ªctima del atentado de VallecasProfesor de Teolog¨ªa en Deusto
El desconcierto pol¨ªtico derivado de la falta de unidad en el diagn¨®stico y tratamiento del problema terrorista y el escaso grado de eficacia policial y judicial mostrado a la hora de contrarrestar la escalada de ETA y su entorno son dos elementos que caracterizan la actual situaci¨®n. El primero, resultado de la ruptura de la unidad de criterios en el Pacto de Ajuria Enea tras las adscripci¨®n de los nacionalistas PNV y EA a la denominada tercera v¨ªa abierta por el grupo mediador Elkarri, tiene un efecto desmovilizador que impregna, en cascada, al conjunto de la sociedad vasca.El segundo, que explica el envalentonamiento y la impunidad con que act¨²an los protagonistas de la violencia callejera y los responsables de KAS, ha ofrecido ¨²ltimamente im¨¢genes ilustrativas: la de un dirigente de Jarrai zarandeando a un polic¨ªa auton¨®mico, las agresiones a asistentes a las cencentraciones pacifistas y la imp¨²dica exhibici¨®n cotidiana de la apolog¨ªa del delito y de la amenaza.
En este clima, en el que el abanico de potenciales candidatos al tiro en la nuca o a la agresi¨®n callejera se ha abierto a los pol¨ªticos y a todos los ciudadanos que alzan su voz contra ETA, el miedo, la sensaci¨®n de inseguridad personal y la incertidumbre colectiva han ido ganando terreno en la sociedad vasca.
Hay conductas, como la recogida de fondos voluntarios iniciada por Jarrai entre los comerciantes locales o la inhibici¨®n de los testigos de la fiscal¨ªa en el juicio contra los presuntos saboteadores de la autov¨ªa de Leizar¨¢n, que alertan del peligro de que el Pa¨ªs Vasco acabe pareci¨¦ndose a Palermo. La combinaci¨®n entre violencia callejera, apolog¨ªa permanente de ETA y ofensiva terrorista parece haber desbordado la "capacidad de reacci¨®n realmente existente" del sistema democr¨¢tico en Euskadi y, en todo caso, ha dejado al descubierto la confusi¨®n instalada en la esfera pol¨ªtica vasca.
El propio Juan Mar¨ªa Atutxa, consejero vasco de Interior, admit¨ªa horas despu¨¦s del asesinato de Fernando M¨²gica que la Ertzaintza y, por extensi¨®n, el resto de las polic¨ªas, "no sabemos muy bien qu¨¦ hacer". Mientras los trabajadores de Alditrans, la empresa del secuestrado Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya, reprochaban a los partidos haberles dejado solos en la estacada frente a las organizadas contramanifestaciones de HB, pol¨ªticos, jueces y polic¨ªas se atribu¨ªan mutuamente la responsabilidad de la situaci¨®n.
El pesimismo se extiende justo en el momento en que el nivel de concienciaci¨®n ciudadana contra ETA es m¨¢s alto que nunca y el apoyo electoral a HB se encuentra en los niveles m¨¢s bajos de su historia.
Santiago Esteban
Sant¨ªago Esteban, estudiante de 25 a?os, vive para no olvidar. La bomba que mat¨® a su padre y a cinco funcionarios de la Armada en Vallecas ha sacudido su vida. "Voy a luchar al m¨¢ximo contra la violencia", dice. Incluso est¨¢ dispuesto a viajar al Pa¨ªs Vasco para combatir el terrorismo. "Pienso que todos estamos en peligro", asegura. "Nadie puede vivir tranquilo. Todos estamos en el objetivo de ETA". Ahora desea que los partidos no ga?en votos a costa del terrorismo. "No quiero o¨ªr ni demagogia ni verborrea en los pol¨ªticos cuando hablen de los atentados". Un partido alienta su rabia. "Al votar yo espero que recuerden que Herri Batasuna est¨¢ apoyando a los violentos". Esteban quiere m¨¢s medios en la lucha contra ETA, m¨¢s implicaci¨®n de los jueces en el combate y el cumplimiento ¨ªntegro de las penas para los condenados. "La Constituci¨®n est¨¢ abierta a posibles modificaciones", se?ala Santiago Esteban, para subrayar que cualquier reforma legal es oportuna si ayuda a combatir el terrorismo.-
Rafael Aguirre
Rafael Aguirre, de 52 a?os,. cree que la violencia etarra tiene su origen en una cultura de la violencia de ra¨ªces end¨®genas arraigada en Euskadi. Considera que el nacicinal¨ªsmo vasco tiente que hacer una seria autocr¨ªtica porque en su seno se ha producido este fen¨®meno aberrante, con el que no se puede tener ning¨²n atisbo de complicidad.Piensa que es muy perjudicial la hipocres¨ªa de. quienes condenan a ETA, pero buscan aprovecharse de su empuje en beneficio sus postulados pol¨ªticos.
Lo que hoy se impone, igreg , es denunciar la intimidaci¨®n, las mentiras y la violencia, y, a la vez mostrar las posibilidad de una democracia abierta; acabar con la impunidad escandalosa de los violentos y con los mitos de que vive su racismo y su fanatismo.
Aguirre considera que esclarecer hasta el fondo los GAL es reforzar la democracia en su lucha contra ETA.
Pacifista agredida
Consuelo, de 60 a?os, fue apedreada por un grupo de j¨®venes violentos cuando protestaba en silencio por un atentado de ETA. Lleva m¨¢s de cinco a?os acudiendo a las concentraciones pacifistas y seguir¨¢ haci¨¦ndolo. "Si otro d¨ªa me dan otro golpe, seguir¨¢ resistiendo", asegura.Sus agresores le producen "tristeza", y en muchas ocasiones siente "desolaci¨®n" cuando ve que los que gritan frente a ella "manifiestan el odio de persona a persona, te miran con rabia". "Lo peor de todo", agrega, "es que te hacen sentir a ti tambi¨¦n todo lo malo".
Reconoce que cada vez que se produce un atentado terrorista lo primero que siente hacia los asesinos es odio y luego su deseo es que los detengan porque, seg¨²n se?ala, es la ¨²nica forma de que no vuelvan a matar.
Cree que es muy dif¨ªcil solucionar el problema del terrorismo porque lo que hay es "odio de persona a persona, entre vecinos. Soy vasca,, y cuando veo a esta jaur¨ªa creo que no tienen remedio, les oyes hablar y piensas que han venido de otra galaxia".
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