Insuficiencias y satisfacciones
Escrutadas las urnas el primer resumen es que "ni m uy, muy; ni tan, tan". La victoria del candidato popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no alcanza la mayor¨ªa suficiente que reclamaba; la derrota del candidato socialista, Felipe Gonz¨¢lez, resulta de una levedad insoportable para sus adversarios, y el sorpasso del candidato de Izquierda Unida, Julio Anguita, ofrece un ritmo muy distinto al galope imaginado que se queda en trote borriquero, dos esca?os por debajo de los obtenidos por Santiago Carrillo para el Partido Comunista en 1979. Los nacionalistas catalanes de CiU han resistido pese a las invectivas soportadas en los ¨²ltimos a?os y los vascos del PNV han salido ilesos de la confrontaci¨®n electoral. Especial inter¨¦s ofrecen los sufragios de HB, la. coalici¨®n abertzale que alienta la banda terrorista etarra que en 1993 representaban el 0,9% de los votos emitidos y el domingo quedaron reducidos al 0,7%, aunque su traducci¨®n siga siendo de dos diputados. Auguraban los peneuvistas, erigidos en ¨²nicos conocedores de la realidad vasca, que la decisi¨®n de incautar el v¨ªdeo terrorista y de hacer comparecer en el juzgado de la Audiencia Nacional a Jon Id¨ªgoras mejorar¨ªa los resultados de HB, pero su pron¨®stico ha sido fallido. As¨ª que hacer cumplir la ley se averigua como un camino transitable que alienta adem¨¢s a la ciudadan¨ªa deseosa de que se rompa la impunidad donde parecen instalados los violentos y sus c¨®mplices necesarios.Es decir, que ni la victoria de Aznar tiene dimensiones como para que el PP ejerza la magnanimidad, ni la derrota de Gonz¨¢lez es tan profunda como para que el PSOE se encastille en la altivez. La aritm¨¦tica de los esca?os parlamentarios impide al l¨ªder emergente repartir entre los suyos todo cuanto les hab¨ªa prometido llevado en volandas por las plazas de toros, mientras que el l¨ªder declinante pulverizando los sondeos adversos vuelve a ser aclamado por sus huestes como h¨¦roe de la retirada. En medio del diluvio, cuando el agua de los esc¨¢ndalos le llegaba al cuello en un debate sobre el estado de la naci¨®n, Gonz¨¢lez, desde la cabecera del banco azul respondiendo a los ataques del l¨ªder de la oposici¨®n, enunci¨®, su programa m¨¢ximo: "yo saldr¨¦ de aqu¨ª honor". Y en la noche electoral pudo acudir a la sede socialista de Ferraz para dar cuenta de su cumplimiento. Entretanto, Aznar, clamaba una mayor¨ªa suficiente para el PP, estimada al menos en un diputado m¨¢s de los obtenidos por el PSOE en 1993. Pero, al final, marraron los c¨¢lculos de Francisco ?lvarez Cascos y el ¨¦xito se cifr¨¦ en 156 esca?os, tres menos de los cosechados por los socialistas en la anterior legislatura, la del estribillo del "v¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez". En resumen, la voluntad expresada el domingo por el electorado impone al PP la firma de un pacto con sus afines ideol¨®gicos de la periferia y sucede que las mismas actitudes de enfrentamiento con los nacionalistas catalanes y, vascos adoptadas por los estrategas de G¨¦nova 13 en aras de una rentabilidad electoral inmediata se interponen desde el d¨ªa siguiente como un obst¨¢culo para lograrlo. Ya advirti¨® Arzalluz que Aznar estaba sembrando el camino de minas.
Regresar, a toro pasado, como hace Abc, al intento de invalidar los comicios con el argumento del "voto cautivo y subsidiado en Andaluc¨ªa y Extremadura" es un juego de prestidigitaci¨®n susceptible de indignar adem¨¢s a millones de conciudadanos, a quienes el l¨ªder del PP garantiz¨® reiteradamente durante su campa?a el mantenimiento de las prestaciones sociales que tienen atribuidas ya fuera en forma de pensiones o como consecuencia del Plan de Empleo Rural (PER). Queda el recurso a la parcialidad de Televisi¨®n Espa?ola, pero al final el director de Comunicaci¨®n del PP fue incapaz de sostener su iniciativa de reclamar observadores internacionales que hubieran podido evitarlo.. Se impone aceptar los resultados y asumir las responsabilidades pol¨ªticas que se derivan. As¨ª, por ejemplo, cuanto, antes deber¨ªamos ser informados de la dimisi¨®n irrevocable de Luis Carlos Rej¨®n como responsable de Izquierda Unida en Andaluc¨ªa. Para que no se vaya solo, Julio Anguita deber¨ªa solidarizarse con ¨¦l y abandonar la presidencia de IU seguido por aquellos que quieran permanecer en la otra orilla. Y enseguida deber¨ªa protegerse a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de los entusiastas contraproducentes que le han privado de una victoria mayor.
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