"El IRPF debe tener un tramo local"

Pasqual Maragall reivindica que el principio de subsidiariedad, reconocido en el Tratado de Maastricht, sea aplicado tambi¨¦n en beneficio de las regiones y los municipios. Al alcalde le preocupa que, en Espa?a, la renegociaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica vuelva a dejar a los ayuntamientos en la cuneta.Pregunta. ?Europa es posible?

Respuesta. Europa es inevitable. Y por tanto, probable.

P. En su discurso de toma de posesi¨®n como presidente del Comit¨¦ de las Regiones alert¨® del riesgo de que se construya una Europa sin alma.

R. Hay muchas Europas posibles. La deseable es la Europa de los ciudadanos. Con todo, conseguir la uni¨®n monetaria ya ser¨ªa un enorme ¨¦xito. No lo minusvaloro, al contrario. Hemos de luchar por conseguir que los estados pongan en com¨²n la pol¨ªtica monetaria, la exterior, la de seguridad y justicia, la de grandes infraestructuras...

P. La Europa que empezar¨¢ a discutirse en la Conferencia Intergubernamental de Tur¨ªn ?responde a estas expectativas?

R. Las prioridades pasan por la ampliaci¨®n de la UE, la unidad monetaria, la seguridad y la pol¨ªtica exterior. Y despu¨¦s est¨¢ el campo de la cohesi¨®n, de la ciudadan¨ªa, de laproximidad, del d¨¦ficit democr¨¢tico... Este segundo campo -salvo en lo que se refiere a la cohesi¨®n- puede quedar un poco en segundo plano, y es aqu¨ª donde hemos de intentar influir.

P. La reivindicaci¨®n del principio de subsidiariedad o proximidad viene de lejos. Usted ya se refiri¨® a ello en 1991, cuando fue elegido presidente de los municipios europeos. En estos a?os, ?se ha avanzado lo suficiente?

R. Se ha avanzado mucho. El Tratado de Maastricht fue el desencadenante, al reconocer en su pre¨¢mbulo el principio de que nada debe hacerse lejos de los ciudadanos que no pueda hacerse m¨¢s cerca. Como todas las cosas importantes de la vida, naci¨® un poco como fruto de una carambola. Pero una carambola hist¨®rica.

P. El Comit¨¦ de las Regiones reclama que el tratado de la UE reconozca en su articulado el principio de subsidiariedad aplicable a todos los niveles de gobierno, ?lo conseguir¨¢?

R. Creo que en los debates primar¨¢n los problemas del tama?o de Europa y de su esencia, y no los problemas de su particularidad, de su pluralismo interno. Pero hemos de procurar que los estados no se obsesionen con los problemas que tienen entre ellos, que son muchos e importantes, y que puedan pensar en c¨®mo todo esto ser¨¢ sentido por la gente. Porque podr¨ªa pasar que se solucionaran t¨¦cnicamente los grandes temas y que despu¨¦s esta maquinaria perfecta y bien resuelta fuera derrotada en refer¨¦ndum en m¨¢s de la mitad de los pa¨ªses europeos. Como m¨ªnimo, y en el peor de los casos, el tema de las regiones y de la subsidiariedad debe quedar como gran terna pendiente.

P. ?Funciona la cooperaci¨®n entre regiones y ciudades en el Comit¨¦ de las Regiones?

R. Hay una buena convivencia. Fue muy acertado que los l?nder se decantaran por la unidad, modificando el informe Pujol en favor de la subdivisi¨®n, lo cual era un error.

P. ?Era un error por el momento en que se hizo la propuesta o era un error de principio?

R. En pol¨ªtica, las dos cosas son lo mismo. Quien se equivoca en el momento, se equivoca de concepto. La unidad, en este momento, es una fuerza muy grande. Por otra parte, uno no puede, predicar la subsidiariedad en favor de las regiones y no aplicarla en favor de las ciudades.

P. Los intereses de regiones y municipios aparecen muchas veces como contradictorios.

R. Es una cuesti¨®n de ritmo. Si todos somos conscientes de que la entrada en escena de los diversos niveles de gobierno en la construcci¨®n europea es sucesiva, con momentos diferentes de protagonismo, se puede arreglar. Lo que pedimos es lealtad entre instituciones y coherencia. Ahora es el momento de las regiones. Pero si las ciudades pierden pie, Europa perder¨¢ pie.

P. El ritmo, por lo que a Espa?a se refiere, parece favorecer a las autonom¨ªas en detrimento de los municipios. Tras el acuerdo de financiaci¨®n auton¨®mica de la pasada legislatura se dijo que hab¨ªa llegado el momento de los ayuntamientos. No ha sido as¨ª y el contenido de las negociaciones PP-CiU vuelve a poner a las autonom¨ªas en primer plano.

R. Es como un disco rayado. Lo que pasa es que la primera vez probablemente no se hizo bien. En la financiaci¨®n auton¨®mica se deb¨ªa haber ido directamiente a la corresponsabilidad fiscal, como propon¨ªamos los socialistas catalanes. Se err¨® de entrada. Es l¨®gico que ahora se intente resolver y, en este sentido, las noticias que tenemos sobre la corresponsabilidad fiscal son m¨¢s bien positivas. El principal problema, sin embargo, no es tanto la falta de corresponsabilidad como la irresponsabilidad financiera. En este momento, la convergencia europea se puede frustrar sobre todo por las comunidades aut¨®nomas. Los ayuntamientos ya han empezado a disminuir su endeudamiento, mientras que las autonom¨ªas todav¨ªa lo est¨¢n aumentando.

P. ?Y el Pacto Local?

R. Obviamente, la resoluci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica no debe ir en detrimento del Pacto Local. El PP se ha manifestado a favor y yo, como alcalde de Barcelona, conf¨ªo en que ser¨¢, consecuente. Hemos de conseguir un reparto del gasto p¨²blico neto del 50%-25%-25% como promedio entre el Estado, las autonom¨ªas y los municipios. Y que los ayuntamientos obtengan no s¨®lo m¨¢s recursos, sino sobre todo mayores atribuciones.

P. ?Con un tratamiento diferente para las grandes ciudades?

R. No es lo mismo el m¨¢s peque?o de los municipios de Sierra Morena que Madrid. No hacer ninguna distinci¨®n entre ellos ser¨ªa absurdo. Las grandes ciudades necesitan unas determinadas especificidades de la ley, de acuerdo con sus particularidades. Por ejemplo, la implantaci¨®n de una justicia local.

P. Las grandes ciudades hab¨ªan planteado obtener la cesi¨®n de alg¨²n tramo de alg¨²n impuesto estatal, como el IRPF

R. Seg¨²n el federalismo fiscal, los impuestos no son de nadie, son de todos, al margen de qui¨¦n los recaude. Debemos llegar a que cada gran impuesto -el IRPF incluido- tenga varios tramos: el tramo local, el tramo regional o auton¨®mico y el tramo federal o estatal. Por otra parte, creo que los pactos de financiaci¨®n a que se llegue deber¨ªan estar condicionados a una redevoluci¨®n de parte de los recursos traspasados a las comunidades aut¨®nomas hacia los ayuntamientos. Lo que no puede ser es que el dinero del Estado vaya disminuyendo, con lo cual hay una presi¨®n a la baja sobre el Fondo de Cooperaci¨®n Municipal del Estado, y al mismo tiempo no se vayan creando fondos auton¨®micos de cooperaci¨®n local que lo compensen.

P. ?Cu¨¢l puede ser el alcance hist¨®rico de un eventual pacto entre el PP y los nacionalismos catal¨¢n y vasco?

R. Ser¨¢ hist¨®rico si los efectos que se derivan de ¨¦l lo son. Si el acuerdo es a corto plazo, de corto alcance, no crear¨¢ v¨ªnculos. A¨²n deben pasar bastantes a?os para conocer exactamente el impacto que han tenido en la conciencia de los espa?oles, a nivel pro fundo, estos dos a?os y medio de colaboraci¨®n entre socialistas y nacionalistas catalanes. Y lo mismo pasar¨¢ con el PP. No sabemos si habr¨¢ servido para crear m¨¢s amistad o m¨¢s enemistad. Tiendo a pensar lo primero. Pero no estoy del todo seguro.