Macedonia: un crisol demasiado apetecible para sus vecinos
La econom¨ªa resurge en Skopje tras el cierre de fronteras provocado por las sanciones a Serbia y la arrogancia griega
"Es una tierra hecha para la exhibici¨®n de misterios, esta Macedonia", escribi¨® la brit¨¢nica Rebecca West en 1941 sobre una zona que s¨®lo relativamente tiene que ver con el pa¨ªs que hoy recibe ese nombre. Pero los misterios est¨¢n ah¨ª, en los frescos de algunas iglesias, en los bazares turcos, en el monasterio de San Naum, dominando el lago Ohrid en el borde alban¨¦s, con sus m¨¢s de 300 metros de profundidad y sus f¨®siles viejos como el mundo. Si la paz se consolida en Bosnia y la agitaci¨®n albanesa no se apodera de la vecina regi¨®n de Kosovo, en el sur de Serbia, Macedonia tiene hasta el final del siglo su gran oportunidad. Durante los ¨²ltimos a?os, las sanciones internacionales contra Serbia y la arrogancia griega han cerrado al comercio las fronteras norte y sur de Macedonia e colapsado su arteria econ¨®mica principal. Los dos conflictos est¨¢n ahora desbloqueados.
El primer ministro Branko Crvenkovski, ex comunista, traza ante el periodista un cuadro casi rosa de la situaci¨®n. Este a?o el pa¨ªs crecer¨¢ por vez primera un 3%, tras ver. su nivel de vida reducido a la mitad desde 1990. La inflaci¨®n no pasar¨¢ del 6% y Mace donia recibir¨¢ alrededor de 250 millones de d¨®lares (unos 32.000 millones de pesetas) en pr¨¦stamos internacionales. La cuesti¨®n albanesa est¨¢ en v¨ªas de soluci¨®n -"todo el mundo tiene las mismas oportunidades, el problema es la falta de formaci¨®n de los albaneses"- y el desempleo est¨¢ estabilizado. El joven y ambicioso jefe de Gobierno, de 34 a?os, hace juegos malabares para evitar cifrar el porcentaje de desocupados, que nadie sit¨²a por de bajo del 30% real, uno de los m¨¢s altos entre los antiguos pa¨ªses comunistas. Las estimaciones independientes difieren mucho de las de Crvenkovski, sobre todo en lo relativo a inflaci¨®n (que era del 2.000% en 1991) y a las inversiones que Macedonia puede razonablemente esperar, pero coinciden en se?alar que esta antigua rep¨²blica yugoslava de dos millones de habitantes est¨¢ al borde del despegue con la ayuda de las instituciones financieras internacionales.
Macedonia fue la ¨²nica rep¨²blica yugoslava que se separ¨® sin un solo tiro. Cuando proclam¨® su independencia, en enero de 1991, so?aba con el ne¨®n capitalista, pero las guerras de Croacia y Bosnia convirtieron el sue?o en pesadilla. Todav¨ªa hay en Skopje, la capital, una calle de Tito y hasta una cierta nostalgia del dictador que virtualmente alumbr¨® la naci¨®n como parachoques contra eventuales aventuras griegas y b¨²lgaras y para diluir la influencia de serbios y croatas.
S¨®lo el mes pasado, Belgrado, reconoci¨® definitivamente a Macedonia, uno de los requisitos impuestos por Washington para permitir a Serbia salir del lazareto intemacional. Serbia, amenazadora hasta hace muy poco tiempo, ha cambiado de opini¨®n. La desestabilizaci¨®n de Macedonia, bien por su propia poblaci¨®n albanesa, bien por, la de Kosovo, no s¨®lo sacudir¨ªa los cimientos de Belgrado, sino que acarrear¨ªa inmediatamente la presencia estadounidense, el ¨²ltimo de los deseos de Slobodan Milosevic. En este contexto, la diplomacia serbia, aliada tradicional de Atenas, intenta. echar una mano en la resoluci¨®n del conflicto entre Grecia y Macedonia.
La historia dividi¨® a la Macedonia de Alejandro el Grande entre Yugoslavia, el norte de Grecia y Bulgaria tras la derrota de los turcos en 1913, que puso fin a 500 a?os de dominaci¨®n en la pen¨ªnsula balc¨¢nica. La importancia estrat¨¦gica de la Macedonia actual deriva de ser el ¨²nico territorio donde las monta?as balc¨¢nicas pueden ser atravesadas de norte a sur, desde Belgrado a Tesal¨®nica, y de oeste a este, desde Durres hasta Estambul. A lo largo del tiempo, invasiones militares y conversiones religiosas han creado en esta encrucijada un combinado tan exuberante que ha acabado convirtiendo su nombre propio en el sustantivo que define una mezcla de todo: macedonia.
Apetecido por sus vecinos, todav¨ªa permanecen en este pa¨ªs sin ej¨¦rcito real 1.200 soldados nominalmente a las ¨®rdenes de la ONU -en las fronteras con Serbia (Kosovo) y. Albania-, aunque la mitad de ellos sean marines bajo control directo de Washington. Estados Unidos est¨¢ desarrollando, como parte de su pol¨ªtica balc¨¢nica, estrechos lazos bilaterales con Macedonia. El Departamento de Estado sigue muy de cerca la cuesti¨®n macedonia, asumiendo que mientras la minor¨ªa albanesa no sea integrada plenamente en la vida econ¨®mica y social representar¨¢ una seria amenaza para la estabilidad del pa¨ªs y de la regi¨®n. Washington, que considera peligrosamente ambiguo el ascendiente de Albania sobre sus minor¨ªas ¨¦tnicas en Macedonia y Serbia, ha advertido inequ¨ªvocamente a su protegido en Tirana, el presidente Sali Berisha.
El mayor temor de los macedonios eslavos es verse desbordados por una poblaci¨®n albanesa que representa aproximadamente el 25% y que se reproduce a una tasa tres veces superior. La mayor¨ªa del medio mill¨®n de macedonios de origen alban¨¦s, por su parte, se considera realquilada en su propio pa¨ªs. En Tetovo, junto a las monta?as Sarplaninas de m¨¢s de 2.500 metros, tiene su cuartel general Arben Xhaf¨¦ri, l¨ªder de- la fracci¨®n m¨¢s radical del Partido para la Prosperidad Democr¨¢tica. "Si la situaci¨®n sigue como hasta ahora", dice, "intentaremos la independencia de los albaneses de Macedonia; Io contrario ser¨ªa masoquismo". Xhaferi, un hombre en los cuarenta, advierte: "El sistema mayoritario impide que tengamos tantos votos como el partido alban¨¦s [del mismo nombre] que colabora con el Gobierno". Y a?ade que hay grupos mucho m¨¢s radicales que el suyo, tres diputados en un Parlamento de 120, dispuestos a fomentar una sublevaci¨®n. "Estamos a favor del di¨¢logo entre macedonios y albaneses, pero pedimos una nueva Constituci¨®n que garantice la igualdad de derechos". Y aduce que "en las escuelas secundarias de este pa¨ªs hay un 22% de albaneses frente a un 95% de macedonios".
Para el primer ministro Crvenkovski la causa de esta anomal¨ªa radica "en los desastrosos resultados de la educaci¨®n en alban¨¦s, primaria y secundaria". Los macedonios eslavos son el 65% de la poblaci¨®n y utilizan el alfabeto cir¨ªlico. Los albaneses hablan en su lengua y contin¨²an empleando el alfabeto romano. El resto son serbios, turcos y gitanos. Una ruptura entre la mayor¨ªa eslava y la minor¨ªa albanesa provocar¨ªa el colapso de Macedonia, y al menos tres de sus vecinos -Albania, Serbia y Bulgaria- acudir¨ªan a rellenar el vac¨ªo, con consecuencias previsibles. El jefe del Ejecutivo, que gobierna con la colaboraci¨®n de 10 diputados moderados albaneses y ha incluido en el Gabinete a cuatro ministros y un viceprimer ministro de origen alban¨¦s, afirma que eso no suceder¨¢, porque "la oleada nacionalista de hace cuatro o cinco a?os ha decrecido actualmente, igual que el extremismo de algunos macedonios y albaneses".
Incluso los macedonios con educaci¨®n superior se ponen contra la pared cuando se rasca en el tema alban¨¦s. "?Pagamos impuestos para financiar la educaci¨®n de familias con 10 hijos que quieren separarse de Macedonia?", brama Iliev, un hombre de negocios montado en la prosperidad en Skopje. Un tercio de los macedonios vive en la di¨¢spora, en Estados Unidos, Canad¨¢, Australia o Europa occidental. Otro tercio en SkopJe. La capital de Macedonia se asienta sobre una falla tect¨®nica y todav¨ªa un reloj parado en la vieja estaci¨®n marca las 5.17, la hora en que un terremoto la redujo a escombros en 1963. La nueva ciudad, baja y extendida, tiene un aire moderno, m¨¢s urbano y esmerado que otras aglomeraciones similares en la regi¨®n. Y rebosa actividad comercial.
"Todo lo controlan los comunistas", asegura Stojan Andov, influyente jefe de los liberales. Hasta febrero pasado, cuando el primer ministro Crvenkovski se desembaraz¨® de sus 28 diputados, fue la espina dorsal de la coalici¨®n de Gobierno con los antiguos comunistas, la Alianza para Macedonia, que comparti¨® el poder durante 14 meses. Andov, a quienes muchos ven como el delf¨ªn del anciano presidente Gligorov -valedor de la fenecida Alianza- y a quien, como presidente del Parlamento, sustituy¨® durante tres meses despu¨¦s de su atentado, afirma que en su pa¨ªs "tiene que desarrollarse todav¨ªa el concepto civil".
El proceso de "decomunistizaci¨®n" comienza realmente ahora en Macedonia, donde la antigua nomenklatura conserva casi todos los resortes del poder. Los tres peri¨®dicos diarios existentes en Macedonia hasta hace dos meses est¨¢n en manos de una editorial estatal. Tan s¨®lo en marzo pasado sali¨® a la calle, con la ayuda de la Fundaci¨®n Soros, el primer n¨²mero de Dnevnik, un diario que pretende ser independiente.
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