Tanta muerte repentina en el barrio no pas¨® desapercibida
La calle de la Riera Blanca es una larga avenida que desemboca en el estadio del FC Barcelona y separa los t¨¦rminos municipales de L'Hospitalet y Barcelona. Por ello, los homicidios y tentativas que han jalonado el macabro historial de Margarita S¨¢nchez se produjeron en una u otra poblaci¨®n, aunque la mayor¨ªa de las acciones se cometieron en esa calle o en sus alrededores.Tanta muerte repentina no hab¨ªa pasado desapercibida en el barrio. Aunque muchos de los fallecidos eran de edad avanzada, se trataba de personas que ten¨ªan un aspecto saludable unos d¨ªas antes de reposar para siempre en un nicho. Y todas las sospechas del vecindario, desde mucho antes que la polic¨ªa diera con la pista definitiva, apuntaban a Margarita S¨¢nchez. Su detenci¨®n, por tanto, no sorprendi¨® ayer a casi nadie. Incluso entre la gente hab¨ªa cierta satisfacci¨®n y era una de esas pocas ocasiones en que el periodista no se encuentra con afirmaciones t¨®picas tales como "era una persona normal" o exclamaciones del tipo "?qui¨¦n lo hubiera dicho!"."Ten¨ªa miedo"
La mujer que regenta el bar situado en los bajos del n¨²mero 96 de la Riera Blanca, el inmueble en el que resid¨ªan la homicida, lo dice sin tapujos: "Ten¨ªa miedo". La mujer explica. que el balc¨®n de Margarita S¨¢nchez daba a la calle, justo encima de las mesas que coloca en verano en la acera. "Tem¨ªa que pudiera echar algo desde arriba, que cayera en los vasos o en los platos y que a alguien le pasara algo", asegura. Y a?ade: "Lo m¨¢s probable es que hubieran arremetido contra m¨ª. ?C¨®mo iba a poder demostrar yo nada?".
"Empezamos a estar convencidos cuando muri¨® Manolo", asegura un vecino del mismo bloque. Manuel D. era vecino de las entonces s¨®lo sospechosas. Viv¨ªa solo y era frecuentado por Margarita. "Yo estaba de vacaciones", prosigue el mismo vecino, "y una cu?ada me llam¨® para decirme que lo hab¨ªan enterrado ese d¨ªa [el 31 de mayo de 1993]. Se me hel¨® la sangre y enseguida pens¨¦ que aquella mujer ten¨ªa algo que ver".
Despu¨¦s de. que su marido muriera, a Margarita S¨¢nchez no se le conoc¨ªa oficio ni beneficio. En el barrio son muchas las tiendas en las que fiaban a la mujer. "Cuando ten¨ªa dinero ven¨ªa y lo pagaba todo", afirma la dependienta de una tienda de comestibles.
Adem¨¢s de la hija puesta ahora en libertad, Margarita S¨¢nchez tiene un hijo menor que en principio parece haberse mantenido al margen de las supuestas actividades delictivas de su madre. Los vecinos aseguran que los ni?os "hace a?os que dejaron de ir al colegio".Esta informaci¨®n ha sido elaborada por
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