En defensa de Telef¨®nica
Uno de los principales problemas de la econom¨ªa espa?ola es su dificultad manifiesta para potenciar empresas multinacionales capaces de tener un papel relevante en los mercados internacionales y resistir, en los propios, la creciente competencia impuesta por las multinacionales extranjeras. No obstante, en los ¨²ltimos a?os, hay que anotar algunas excepciones, como las de Repsol y Telef¨®nica. La primera inicia ahora una nueva etapa, tras la salida de ?scar Fanjul de su presidencia ejecutiva despu¨¦s de haber realizado una labor eficaz reconocida internacionalmente; la segunda puede verse seriamente afectada por las primeras decisiones del Gobierno de Aznar que limitan su crecimiento, en favor de otros intereses particulares estrechamente vinculados a la nueva mayor¨ªa.Aunque el sector de las telecomunicaciones en Espa?a no es precisamente eficiente, hay que reconocer que la Compa?¨ªa Telef¨®nica ha logrado un espectacular crecimiento hasta convertirse en uno de los primeros activos de la econom¨ªa espa?ola. Basta como muestra que Telef¨®nica se ha situado entre las 10 primeras operadoras mundiales si se atiende a algunos destacados indicadores, o ratios, como, por ejemplo, el n¨²mero de l¨ªneas en servicio, los ingresos por empleado o el volumen de inversiones en material. Y, sobre todo, Telef¨®nica es la operadora mundial que soporta un mayor peso de su inversi¨®n sobre sus ingresos de operaciones, s¨®lo comparable a NTT y Deutsche Telekom.
La expansi¨®n de Telef¨®nica ha sido especialmente destacable en Am¨¦rica Latina. En muy pocos a?os, Telef¨®nica Internacional se ha introducido con envidiable posicionamiento -frente a la fuerte competencia norteamericana- en Argentina, Chile, Per¨², Venezuela, Colombia, Puerto Rico, M¨¦xico, lo que le ha permitido obtener, en 1995, unos beneficios de 29.709 millones de pesetas y unos niveles de rentabilidad sobre fondos propios del 12,7%. Y, lo que es m¨¢s destacable, Telef¨®nica Internacional no se ha limitado a la telefon¨ªa b¨¢sica; cuenta con m¨¢s de un mill¨®n de clientes en la televisi¨®n por cable americana y desarrolla una estrategia multimedia que abarca desde la oferta de servicios m¨®viles hasta un proyecto panamericano con conectividad hacia el resto de Am¨¦rica Latina, Estados Unidos y Europa de enorme potencialidad. Finalmente, Telef¨®nica ha afrontado con ¨¦xito los primeros pasos del proceso de liberalizaci¨®n del sector, posicion¨¢ndose, adem¨¢s, en los mercados internacionales a trav¨¦s del consorcio europeo Unisource -junto con AT&T-, lo que le sit¨²a en un privilegiado lugar de cara a los retos de los pr¨®ximos a?os.
Pues bien, de cara al futuro, el Gobierno de Aznar, en lugar de optar por la liberalizaci¨®n plena del sector que beneficiar¨ªa a todos los consumidores, ha decidido otorgar una licencia de explotaci¨®n de telefon¨ªa b¨¢sica a un segundo operador, Retevisi¨®n, organismo p¨²blico que sirve, en r¨¦gimen de monopolio, las se?ales de televisi¨®n de las cadenas p¨²blicas y privadas. Esto es, Retevisi¨®n podr¨¢ ofrecer telefon¨ªa b¨¢sica a partir del pr¨®ximo a?o en competencia con Telef¨®nica y, a partir de 1998, con todos los restantes operadores en un mercado liberalizado. La pregunta es obligada: ?qu¨¦ sentido tiene un a?o y medio antes de la liberalizaci¨®n del sector otorgar una segunda licencia para la telefon¨ªa b¨¢sica? La respuesta a esta pregunta requiere las siguientes consideraciones:1. La f¨®rmula del duopolio adoptada por el Gobierno no es ni mejor ni peor que otras, pero s¨ª es caduca. Fue ya utilizada en 1982 por el Gobierno del Reino Unido que autoriz¨® a Mercury como segundo operador frente a la British Telecom durante el periodo de competencia limitada previo al proceso de liberalizaci¨®n del sector. Lo que en aquella ocasi¨®n tuvo sentido como punto de arranque del proceso de liberalizaci¨®n no lo tiene en 1997 -15 a?os despu¨¦s- cuando Telef¨®nica ha estado sometida a un proceso disciplinario de creciente competencia en muchas de sus actividades, ha extendido el servicio a la totalidad del territorio, ha eliminado las listas de espera y est¨¢ adaptando su marco tarifario a las exigencias del mercado. Y es que la estrategia del duopolio s¨®lo es v¨¢lida cuando se cuenta con un periodo de transici¨®n suficientemente amplio, lo que no es el caso. Y menos a¨²n, cuando el mandato comunitario obliga a la liberalizaci¨®n total del sector el 1 de enero de 1998, aunque una cl¨¢usula de salvaguardia -que un Gobierno de temple "tan liberal" no deber¨ªa utilizar- nos permita retrasarlo por unos a?os m¨¢s.2. Pero sea cuaIquiera el plazo que, en definitiva, se adopte, es imposible que Retevisi¨®n -empresa monopolista de escasa tradici¨®n comercial- pueda realizar un papel relevante en el campo de la telefon¨ªa b¨¢sica. Ni sus activos se lo permiten, ni cuenta con los medios necesarios para afrontar en tan corto espacio de tiempo la construcci¨®n de una red troncal alternativa, ni puede realizar grandes inversiones en infraestructura para desarrollar servicios interactivos como los del cable.
El futuro de Retevisi¨®n ser¨ªa muy problem¨¢tico salvo que se ceda lo que con toda probabilidad va a producirse:
a) Que el propio Gobierno obstaculice el normal desarollo de Telef¨®nica, imponiendo toda clase de servidumbre e impidiendo -tal como ya ha sido anunciado- su participaci¨®n en el negocio del cable durante los dos primeros a?os, lo que supone un notorio perjuicio para la compa?¨ªa, sus centenares de miles de accionistas y su trabajadores.
b) Que la anunciada Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones, nombrada ¨ªntegramente por el Gobierno, establezca un precio de favor a Retevisi¨®n por la utilizaci¨®n de la infraestructuras de la red de telefon¨ªa beneficiando con ello los particulares que se haga cargo de la empresa.
3. De hecho, Retevisi¨®n no es un proyecto del Gobierno de Aznar. Tiene un origen corporativo que se canaliza a trav¨¦s del propio Ministerio de Obra P¨²blicas. M¨¢s tarde, el ministro Borrell trat¨® de imponerlo como disciplina liberalizadora a Telef¨®nica siguiendo el modelo ingl¨¦s, e impulsando otra nueva empresa p¨²blica que agrupase los activos de otras empresas del sector (Correos, Hispasat, etc¨¦tera).
Despu¨¦s, se complic¨® como otros muchos proyectos de ese ministerio y ha sido, finalmente, el Gobierno de Aznar quien con otra orientaci¨®n le ha encontrado una utilidad manifiesta: por una parte, la posibilidad de obtener ingresos adicionales por la venta de los activos de Retevisi¨®n cuyo valor se ve incrementado por la renta monopolista que le otorga la licencia.
Por otra, la posibilidad de favorecer con los bienes p¨²blicos a un grupo financiero y de comunicaci¨®n del entorno m¨¢s pr¨®ximo al Partido Popular -que lidera, entre otros, el Banco Santander- que ser¨¢, sin duda, como tendremos ocasi¨®n de comprobar, uno de los principales beneficiarios del concurso, o subasta que ponga punto final al lanzamiento del nuevo operador de la derecha.
es el seud¨®nimo de un grupo de Economistas y Catedr¨¢ticos de Econom¨ªa Aplicada.
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