Balthus arremete contra la cr¨ªtica durante la apertura de su antol¨®gica romana
El pintor, de 88 a?os, asiste en silla de ruedas a su exposici¨®n m¨¢s completa
Clima reverencial, expectaci¨®n y, para postre, pol¨¦mica. Balthasar Klossowski de Rola, conocido como Balthus, recorre acompa?ado de Valentino las salas de la academia del modista en Roma, donde se exponen 38 ¨®leos y m¨¢s de 40 dibujos de este monstruo sagrado de la pintura contempor¨¢nea. Los periodistas van tras la silla de ruedas en que el maestro desplaza sus 88 a?os de vida, inquietos por descubrir el contenido de una muestra que se anuncia como irrepetible y la mejor de esta d¨¦cada. Luego se pasa al di¨¢logo, y Stanislas Klossowski de Rola, hijo de Balthus, se irrita. "Los cr¨ªticos de arte no saben nada" dice. El pintor deleg¨® en su hijo como portavoz formal.
Balthus se limit¨® a pronunciar, con dicci¨®n cansina, una breve alocuci¨®n en italiano: "Se?oras y se?ores, estoy contento de encontrarme de nuevo en Roma por algunos d¨ªas, y la primera cosa que quiero hacer es agradecer a mi hija, Harumi, que anoche estuvo trabajando aqu¨ª hasta las tres de la madrugada. Tambi¨¦n quiero felicitar a Valentino por esta bella sala.. No tengo nada que decir. Si tienen alguna pregunta, h¨¢gansela a mi hijo", dijo el pintor.Balthus se va en su silla, tocado con una chaqueta de lana de colores pastel que recuerdan la tonalidad de sus cuadros m¨¢s recientes. Le acompa?a un joven japon¨¦s, que le empuja, y la ya ,madura Setzuko, la mujer que tom¨® por esposa casi imp¨²ber, como las adolescentes que retrata con insistencia, poco antes de regresar de Jap¨®n, en 1962.
Stanislas Klossowski se muestra disponible a cualquier pregunta. Dice que un cuadro de Balthus puede costar "entre un mill¨®n y medio de d¨®lares (mas de 180 millones de pesetas), si es peque?o, y cinco millones de d¨®lares o m¨¢s, si es grande". La muestra incluye varias obras del artista o de galer¨ªas.
Afirma tambi¨¦n el portavoz, nacido en 1942 de la uni¨®n del pintor con una jovenc¨ªsima aristr¨®crata suiza, que esta exposici¨®n es "mucho m¨¢s importante que la vista recientemente en el Reina Sof¨ªa de Madrid"."No creo que desde la realizada en Nueva York en 1984 se haya visto otra muestra de Balthus tan importante como ¨¦sta, ni creo que habr¨¢ otra igual, porque- el trabajo es excesivo", a?ade. Uno de los organizadores indica que el coste de los seguros de las obras trasladadas a Roma supera los 13.000 millones de pesetas.
Stanislas Klossowski destaca as¨ª los principales m¨¦ritos de la exposici¨®n de la Academia Valentino: "Ante todo, aqu¨ª hay cuadros que eran dificil¨ªsimos de juntar, como son las tres versiones del famoso Gato del espejo".
Una de ellas pertenece a una se?ora mexicana, y otra a Giancarlo Giammetti, socio de Valentino, mientras que la tercera, fe chada en 1994, que estuvo en el Reina Sof¨ªa, es todav¨ªa propiedad del artista. "Adem¨¢s", pro sigue el hijo de Balthus, "est¨¢n dos cuadros como La cama turca, pintado en Roma, que fue reproducido en un sello franc¨¦s, y Elpintor y su modelo, ambos per tenecientes al Centro Georges Pompidou, que han podido salir de Francia ¨²nicamente gracias a una gesti¨®n personal del presidente de la Rep¨²blica".
El hijo de Balthus asegura que su padre "se levanta muy pronto y se encierra en su estudio hasta que cae la luz. Sobre las cinco de la tarde descansa un poco y toma el t¨¦ con alguna comida ligera. Trabaja en lo que le mantiene vivo, con la ayuda de su esposa, la condesa Setzuko, que tambi¨¦n es una magn¨ªfica pintora. Apenas puede tenerse en pie, Pero est¨¢ haciendo cosas bell¨ªsimas".
A contracorriente
Todo va por el mejor camino hasta que alguien pide que alg¨²n historiador o cr¨ªtico explique la importancia de Balthus. Es entonces cuando Stanislas salta: "Los historiadores del arte no saben nada de nada. Se han equivocado tantas veces... Balthus es autodidacta, se form¨® copiando cl¨¢sicos en el Louvre y a Piero della Francesca en Italia. Jam¨¢s renunci¨® a ser figurativo. Fue a contracorriente".Es sabido que Balthus fue durante mucho tiempo el hermano de Pierre Klossowski, famoso escritor, director de cine y artista. Pero la irritaci¨®n de Stanislas Klossowski se explica mejor por unas recientes declaraciones de Federico Zeri, m¨¢xima autoridad de arte en Italia, quien, en una entrevista, liquidaba a Balthus como "un pintor de segunda categor¨ªa". El propio pintor respondi¨® que "alguien que vive en una casa tan horrenda como la que tiene Zeri no puede apreciar los valores de la pintura".
Giovanni Carandente, el historiador del arte italiano que llev¨® por primera vez a Chillida a la Bienal de Venecia, no comparte el juicio duro de Zeri, pero tampoco parece apreciar excesivamente esta exposici¨®n. "El ¨²nico placer que da es ver los bellos cuadros de Balthus, pero se echa de menos el rigor. No sigue un orden cronol¨®gico, ni estil¨ªstico, ni tem¨¢tico. Un grande como Balthus hoy s¨®lo puede ser expuesto en un museo, no en los salones de un modista".
Babelia
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