La candidatura presidencial de Sime¨®n II
El "se?or Sime¨®n Saxe-Coburgotsky", como le denominan los medios de comunicaci¨®n estatales, puede no tener posibilidad alguna de volver a Bulgaria como rey, seg¨²n las encuestas peri¨®dicas sobre el tema. Pero no cabe duda de que, aparte de un sentimiento general de respeto, goza en su pa¨ªs de fervorosos valedores.Ninguno probablemente como Iv¨¢n Cradlecov, propietario y director del peri¨®dico semanal Corona, con siete a?os de vida, ocho p¨¢ginas y 20.000 ejemplares de difusi¨®n. En la portada del ¨²ltimo n¨²mero, una gran foto de Sime¨®n y muchas peque?as de los diferentes candidatos a la presidencia de Bulgaria, con la excepci¨®n del aspirante derechista Petar Stoyanov, cuya imagen aparece destacada.
La raz¨®n de esta discriminaci¨®n fotogr¨¢fica es que para Cradlecov, un caballero de 62 a?os con indumentaria y modales del antiguo r¨¦gimen, los azules de Stoyanov ser¨¢n el embri¨®n del cambio pol¨ªtico que permitir¨¢ el regreso de Sime¨®n. Ellos, la Uni¨®n de Fuerzas Democr¨¢ticas, "mon¨¢rquicos en un 60%", cambiar¨¢n la Constituci¨®n tras unas hipot¨¦ticas nuevas elecciones parlamentarias y dejar¨¢n expedito el camino al rey exilado en Madrid, que sali¨® de Bulgaria poco despu¨¦s de la misteriosa muerte de su padre, Bor¨ªs III, en 1943.
Una fotograf¨ªa de ¨¦ste en uniforme y otra de Sime¨®n y su esposa Margarita presiden el min¨²sculo despacho subterr¨¢neo del editor de Corona, que afirma, ufano, costear de su bolsillo el semanario mon¨¢rquico b¨²lgaro y pagar puntualmente a sus 112 redactores: "Puedo permitirme ser una v¨ªctima en nombre del rey".
Sime¨®n II, o de Sajonia-Coburgo, como es conocido en el mundo de los negocios este hombre de 59 a?os, de ascendencia alemana, visit¨® en olor de multitud Bulgaria a comienzos del verano para probar la temperatura del agua. Aquel recibimiento -encuentro incluido con el presidente Zhelev, pese a tener su visita car¨¢cter te¨®ricamente privado- y el imparable deterioro de la situaci¨®n en Bulgaria explican sus recientes declaraciones, seg¨²n las cuales no descarta concurrir a las pr¨®ximas elecciones presidenciales de su pa¨ªs, ya acabado el siglo.
A juzgar por la profusi¨®n de fotograf¨ªas suyas que empapelan la capital b¨²lgara, parece que Sime¨®n fuera ya uno de los candidatos de hoy.
Bulgaria es una rep¨²blica desde el refer¨¦ndum comunista de 1946, pero Sime¨®n nunca renunci¨® al trono. Los sondeos de opini¨®n sugieren que s¨®lo una minor¨ªa entre sus conciudadanos, entre el 10% y el 15%, desea actualmente una monarqu¨ªa en el peque?o pa¨ªs balc¨¢nico. "Pero siempre, desde hace a?os, [Sime¨®n] est¨¢ entre los cinco primeros personajes p¨²blicos m¨¢s considerados por los b¨²lgaros", seg¨²n el responsable de la firma Gallup en Sof¨ªa, Kancho Stoychev. Su conclusi¨®n es que no tiene a corto plazo ninguna posibilidad como rey, pero s¨ª la de convertirse en una relevante figura pol¨ªtica si decide regresar a, Bulgaria en calidad de ciudadano.
La opini¨®n de la calle no se plantea a Sime¨®n como monarca, sino mas bien como Rey Mago. Es la representaci¨®n lejana de todo aquello de lo que carece la baqueteada gente corriente de un pa¨ªs que se desliza por el tobog¨¢n de la falta de perspectivas. Lo resume una joven periodista de Sof¨ªa: "Es educado, europeo y tiene muy buenas relaciones y contactos econ¨®micos. Podr¨ªa atraer mucho dinero a Bulgaria". En el centro de la capital, el antiguo palacio real, convertido en pinacoteca, muestra en su fachada color pastel las huellas de medio siglo de abandono.
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