Un editor completo
En su larga etapa como editor de libros (el planeta m¨¢s antiguo y quiz¨¢s m¨¢s atractivo de toda la galaxia Gutemberg), Jos¨¦ Ortega Spottorno personific¨® de manera ejemplar una forma espec¨ªfica de entender y de practicar ese oficio que los cambios econ¨®micos, sociales y tecnol¨®gicos est¨¢n poniendo en peligro de supervivencia. La especializaci¨®n de tareas dentro de la actividad editorial tradicional, dictada por la divisi¨®n social del trabajo, se ha visto acentuada en los ¨²ltimos tiempos por los vertiginosos aumentos de escala, las gigantescas fusiones empresariales y la b¨²squeda de sinergias con el mundo de la comunicaci¨®n audiovisual: los ¨¢rboles impiden a veces contemplar la totalidad del bosque. Al estilo de otros grandes editores del ¨¢rea idiom¨¢tica castellana que le precedieron en la d¨¦cada de los cuarenta y comienzos de los cincuenta (sirvan de bot¨®n de muestra Manuel Aguilar y Jos¨¦ Jan¨¦s en Espa?a, Arnaldo Orfila Reynal en M¨¦xico y los exiliados espa?oles Gonzalo Losada y Antonio L¨®pez Llaus¨¢s en Argentina), Jos¨¦ Ortega Spottorno alcanz¨® a tener una visi¨®n integral de la industria del libro, desde el descubrimiento de nuevos escritores y la amistad con los autores hasta la organizaci¨®n de los departamentos comerciales de distribuci¨®n o promoci¨®n y el trato individualizado con los libreros, pasando por el conocimiento a fondo de las artes gr¨¢ficas (los cuerpos y tipos de letras, las calidades, el gramaje y los tama?os del papel, el parque de maquinaria de las imprentas, los equipos de los talleres de encuadernaci¨®n). A esa tradici¨®n hoy en peligro pertenece tambi¨¦n la inextricable fusi¨®n de los aspectos culturales y empresariales del trabajo editorial, del valor de uso y el valor de cambio de los libros, una aleaci¨®n sin la cual ¨¦stos quedan reducidos a la mera condici¨®n de mercanc¨ªa y los negocios se ven condenados antes o despu¨¦s a la quiebra: Jos¨¦ Ortega Spottorno siempre supo que un editor digno de tal nombre no cae en la tentaci¨®n de publicar cualquier libro (aunque el engendro encuadernado ofrezca halag¨¹e?as previsiones de venta) pero tampoco ignora la necesidad de conseguir una demanda efectiva de lectores para su cat¨¢logo. Esa inteligente combinaci¨®n de preocupaci¨®n intelectual y de esp¨ªritu empresarial le llev¨® a editar no s¨®lo t¨ªtulos de los que se han vendido centenares de miles de ejemplares sino tambi¨¦n a publicar las primeras obras -para poner s¨®lo tres ejemplos- de Juli¨¢n Mar¨ªas, Juan Benet y Manuel Garc¨ªa Pelayo. Continuador tras la guerra civil de las ediciones de la Revista de Occidente fundada por su padre, Jos¨¦ Ortega Spottorno promovi¨® y dirigi¨® a mediados de los sesenta Alianza Editorial y su colecci¨®n El Libro de Bolsillo, un proyecto cuya importancia para la modernizaci¨®n cultural de la vida espa?ola s¨®lo es comparable con la otra empresa asociada a su nombre: la creaci¨®n del diario EL PA?S.
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