Delirio bajo la lluvia
8.000 adolescentes acuden a un miniconcierto en Madrid del grupo brit¨¢nico Spice Girls
Una ni?a de ocho a?os lloraba de emoci¨®n al lado del escenario, otras de m¨¢s edad pasaban continuamente sus minic¨¢maras a los equipos de seguridad para conseguir un recuerdo de sus ¨ªdolos. Las Spice Girls estaban en Madrid, y la ocasi¨®n era irrepetible. Por eso, 8.000 j¨®venes decidieron acudir ayer al breve concierto que dieron en la explanada de Azca sin importarles el fr¨ªo y la lluvia. Todos coreaban las canciones de este grupo femenino brit¨¢nico que ha puesto el tema Wannabe n¨²mero uno en 27 pa¨ªses y ha vendido seis millones de discos en todo el mundo. En Espa?a, sus fieles han comprado 600.000 copias en s¨®lo seis semanas.En el concierto, gratuito, cada spice girl llevaba un modelo distinto. Melanie B., con gafas, iba de falsa piel de leopardo. Victoria llevaba un traje negro, abierto, a juego con el sujetador. Mel C., un equipo deportivo con los colores de la selecci¨®n espa?ola. Emma, una chaqueta y unos pantalones morados. Geri, de madre espa?ola, que se atrev¨ªa a decir "?quer¨¦is m¨¢s?" o "muchas gracias", llevaba unos shorts vaqueros y una camiseta y un abrigo de cuero que se quit¨® tras la tercera canci¨®n. Cantaron cinco canciones, abrieron y cerraron con su inevitable Wannabe ' entre el delirio de un p¨²blico masivamente integrado por ni?os y muchachas que no han cumplido los dieciocho.
Cuando terminaba la cuarta canci¨®n, lo que se arroj¨® al escenario fue dos mu?ecos de peluche que Mel C. recogi¨® y abraz¨®. Despu¨¦s, saludos en el castellano especial de Geri: "Bueno Madrid". Y primera retirada. El animador cit¨® entonces las cifras de ventas para que el p¨²blico las coreara. Representan cinco discos de platino, uno para cada spice girl, que les fueron entregados en la pausa. Acabaron volviendo a cantar su gran ¨¦xito. Despu¨¦s, adioses. Lloros en las fans m¨¢s j¨®venes, los mayores arrancando las cinco estrellas con las fotos de cada componente del grupo que decoraban un peque?o camerino tras el escenario, expresiones de admiraci¨®n masculina en los fot¨®grafos y un final acorde con la edad del p¨²blico. Desde las tablas se lanza el mensaje: "Todas las ni?as y ni?os que se hayan perdido, acudan a la terraza de la planta primera del centro comercial". Luego citar¨ªan a las madres y a los ni?os perdidos para encontrarse al pie del escenario.
El ba?o de fans lo hab¨ªan iniciado las Spice a ¨²ltima hora de la ma?ana en la Gran V¨ªa. Ante la puerta de la SER estaban unos cuarenta j¨®venes. La mayor¨ªa, chicas de unos dieciocho a veinte a?os, la misma edad de las componentes de su grupo favorito, Spice Girls. Capaces, como sus cinco ¨ªdolos, de cantar a capella el ¨¦xito Wannabe para las c¨¢maras de televisi¨®n que esperaban la llegada del grupo. S¨®lo se echaban en falta las fans m¨¢s j¨®venes, de nueve a catorce anos, probablemente atrapadas en el colegio.
El desembarco de las Spice lleg¨® precedido de los comandos de seguridad, unos siete guardaespaldas que llegaron tan perfecta como sospechosamente trajeados y encorbatados. Con una media hora de retraso motivada por la demora del avi¨®n. Las chicas picantes, sabrosas (todo son traducciones m¨¢s o menos libres, del nombre -especia- del grupo) arribaron en un monovolumen. Sus admiradoras quer¨ªan retenerlas. Pero eran las c¨¢maras de televisi¨®n y de prensa las que ten¨ªan m¨¢s peligro.
Ya en los estudios de 40 Principales, la acumulaci¨®n de objetivos de todo tipo casi impidi¨® la entrevista en directo que el locutor Fernandisco pretend¨ªa hacerles. Con el fondo de un Madrid encapotado, las cinco Spice ayudaron con sus gritos de "Fuera, fuera" a desalojar, aunque s¨®lo en parte, el estudio. Cantaron, hablaron las cinco a la vez, agradecieron la cantidad de gente que las esperaba en el aeropuerto y entre el ruido se oy¨® un "l love Spain".
?Y sus temas? En tiempos de fusi¨®n y macedonias musicales, los expertos los definen como funk-pop de cierta calidad. Pero ni la m¨²sica ni el baile es lo ¨²nico importante en este quinteto. En alguna de ellas, por fuerza, cualquier chica puede verse reflejada.
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