La desorientaci¨®n marca los desfiles del 'pret-¨¤-Porter' en Par¨ªs.
Colecciones de oto?o-invierno buscan en el lujo un estilo mundial
M¨¢s de 160 estilistas presentan estos d¨ªas en Par¨ªs sus colecciones pr¨¦t-¨¢-porter para el pr¨®ximo oto?o-invierno ante m¨¢s de 2.000 periodistas y en medio de una notable desorientaci¨®n. La capital francesa reacciona con estupor, pero con vitalidad, ante la invasi¨®n de Lolitas cyberpunk de Londres o las mujeres militarizadas llegadas de Mil¨¢n. La mundializaci¨®n afecta a la moda y Gucci, Prada, Versace o Ferragamo, antiguas sociedades familiares convertidas en f¨¢bricas de imagen, luchan por borrar la frontera entre alta costura y pr¨¦t-¨¢-porter.
Los creadores parisienses m¨¢s j¨®venes optan por la diferencia. Isabel Marant se siente a gusto pase¨¢ndose por los suburbios multirraciales de Par¨ªs, descubriendo para su l¨¢piz los fant¨¢sticos y coloreados boubous venidos a Aubervilliers, desde Mal¨ª y Senegal,las chaquetas sin cuello de las orientales instaladas en Belleville o la Place d'Italie; Masaki Matsushima se proyecta en un futuro transg¨¦nico y cl¨®nico, d¨¦ senos vendados y pelos bicolor; Isabelle Ballu prefiere que el estupor desorientado de sus chicas dependa menos del ¨¦xito de los competidores que de que el uniforme del nuevo curso las haya pillado con la talla cambiada despu¨¦s del estir¨®n: las faldas, los abrigos, las mangas, todo es cort¨ªsimo y se acompa?a de maquillaje amarillo.Si en Mil¨¢n y Londres desaparecen las caderas, se alargan las piernas, se oscurecen las ojeras y empalidece la tez, si los hombros son rectos y los tacones altos y puntiagudos, las faldas m¨ªnimas y los abrigos m¨¢ximos de acuerdo con la l¨®gica de los llamados power suits, en Par¨ªs reina la l¨ªnea curva o la bamboleante figura de las plumas. Tener el mono no est¨¢ de moda ni tampoco el aspecto de call girl de nuevo rico moscovita. Los destiles no precisan, como en, Mil¨¢n, de Ray Charles en directo e Yves Saint Laurent se permite incluso mostrar su colecci¨®n sin m¨²sica ni p¨®dium. Es la reivindicaci¨®n de la elegancia cl¨¢sica desde el clasicismo.
Galliano supera a Galliano
John Galliano, en Dior, tambi¨¦n la reivindica, pero desde la provocaci¨®n. Su colecci¨®n ha sido la m¨¢s teatral. Cuellos mandar¨ªn, sedas rojas estampadas y todos los aditamentos de una dama de Shanghai canalla.
Y como s¨®lo Galliano, -con quien El Pa¨ªs Semanal publica este domingo una entrevista- pod¨ªa superar a Galliano, hubo que esperar a que el modista presentara, tres d¨ªas despu¨¦s, otra colecci¨®n" la de su propia marca, siempre bajo la influencia de Hollywood, pero ahora con Egipto como inspiraci¨®n. Nefertiti y Cleopatra, de la mano de Theda Bara, Claudette Colbert o Liz Taylor, fueron las mujeres evocadas por unos trajes con esp¨ªritu de disfraz.
Aunque se trata de colecciones de oto?o-invierno, se dir¨ªa que el calentamiento del planeta afecta tambi¨¦n a la moda. A los estilistas s¨®lo les gustan los trajes leves y ligeros, las transparencias y las superposiciones. Exceptuado Issey M?yake, que resuelve el problema con nuevos tejidos ligeros e isot¨¦rmico s, el resto piensa en interiores caldeados que permiten minitrajes sin cuello y escotes vertiginosos.En cualquier caso, la f¨®rmula parece tener ¨¦xito, aunque Chanel haya decepcionado a base de tanto copiarse a s¨ª mismo y Karl Lagerfeld hable de tender "un puente entre el pasado y el futuro". Mejor le ha ido a Alexander McQueep. Su ropa para Givenchy sabe retomar el patrimonio de elegancia de la marca y situarlo en el presente. El semanario estadounidense Newsweek celebraba en su ¨²ltimo n¨²mero el esfuerzo de Par¨ªs por mantenerse como capital de la diversidad del. gusto: "Vender estilo. S¨®lo los franceses saben c¨®mo transformar el garbo en dinero".
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