La ¨²ltima haza?a de Rambo
El presunto delincuente gallego viv¨ªa en tiendas de campa?a y se zaf¨® de varias emboscadas de la Guardia Civil
Como los viejos maquis, Alfredo S¨¢nchez Chac¨®n, alias Rambo, de 39 a?os, se emboscaba en el monte cuando la Guardia Civil le pisaba los talones. Instalaba su tienda de campa?a en alg¨²n paraje oculto y nadie era capaz de dar con ¨¦l. Pero cada cierto tiempo necesitaba una mujer, con tal ansia que alquilaba un taxi y recorr¨ªa decenas de kil¨®metros para desfogarse en cualquier barra americana. El pasado lunes se despist¨® en exceso y le echaron el guante en un club de alterne de Xove, en la costa de Lugo. Ayer, este fornido hijo de guardia civil ingres¨® en prisi¨®n tras ocho a?os de fren¨¦tica carrera delictiva, en la que se le atribuyen un asesinato, una tentativa de homicidio y al menos 23 robos.El 18 de agosto de 1996 era s¨¢bado, d¨ªa de la fiesta de San Roque, en Cuntis (Pontevedra) y Rambo se tambaleaba por el alcohol. Entr¨® en una cervecer¨ªa y se mostr¨® insolente con toda la clientela. Harto de las impertinencias, Manuel Garc¨ªa Varela, un joven de 24 a?os que se tomaba una copa con su hermano, le plant¨® cara. Alfredo se fue al coche, regres¨® con un rev¨®lver y sin m¨¢s explicaciones le descerraj¨® un tiro en la sien. Toda la familia de Manuel, desde los abuelos hasta los hermanos, fueron ayer al juzgado de Caldas de Re¨ªs donde Rambo prestaba declaraci¨®n. Fuera de s¨ª, el padre del joven se abalanz¨® sobre el coche policial que llevaba al reo, mientras toda la familia vociferaba: "?Dejadnos al asesino a nosotros!".
El crimen de Cuntis proporcion¨® a Rambo el salto a la fama. Los sabuesos de la televisi¨®n se fijaron en ¨¦l y le bautizaron con ese alias dudosamente original. Para justificarlo se alud¨ªa a su estancia durante el servicio militar en los cuerpos de operaciones especiales del Ej¨¦rcito.
Rambo, un delincuente solitario, al que no se le conocen compinches, hizo todo lo posible por alimentar la leyenda. Unos d¨ªas despu¨¦s reapareci¨® en Cuntis para tirotear al propietario de una barra americana. A finales de septiembre, la Guardia Civil hall¨® en un monte de La Coru?a la pistola con la que presuntamente cometi¨® el crimen, y logr¨® tenderle una emboscada, pero Alfredo escap¨® tras golpear a los agentes con una bolsa.
S¨®lo cuatro d¨ªas m¨¢s tarde estuvo de nuevo a punto de ser detenido en Pontedeume (La Coru?a). Esa vez la Guardia Civil lleg¨® a colofcarle las esposas y a propinarle un culutazo. Cuando se recuper¨® del aturdimiento forceje¨® con sus captores, logr¨® zafarse y se esfum¨® en el bosque.
Nacido en C¨®rdoba, aunque domiciliado en Vilagarc¨ªa de Arousa (Pontevedra), sus primeros golpes datan de 1989, pero hasta transcurridos tres a?os la Guardia Civil no le consider¨® un objetivo prioritario. Por esa ¨¦poca lleg¨® a Lugo, donde se especializ¨® en robar viviendas. Se llevaba joyas o dinero, botines que en ocasiones pod¨ªan alcanzar las 400.000 pesetas. Durante esos meses tambi¨¦n se cruz¨® en dos ocasiones con la Guardia Civil y en ambas les dio esquinazo.
"Es un individuo listo, no cabe duda", explica el teniente coronel Manuel Quiroga, jefe de la comandancia del instituto armado en Lugo, "hemos tenido tantas dificultades para capturarle por su habilidad para moverse en el bosque. S¨®lo podemos entrar con helic¨®pteros o motos y el ruido le alerta".
Tras el crimen de Cuntis, la Guardia Civil estuvo tres meses sin tener noticias de ¨¦l. Rambo s¨®lo abandonaba sus refugios para satisfacer las necesidades m¨¢s apremiantes (que en su caso eran la comida y las visitas a los prost¨ªbulos). Pero a finales de diciembre volvieron a producirse en la costa de Lugo varios robos que llevaban su sello. Aunque las autoridades s¨®lo dispon¨ªan de una foto suya de hace ocho a?os, algunos vecinos de la zona lograron identificarle. La madrugada del lunes 15 agentes le tendieron la emboscada definitiva.
Ayer, mientras declaraba en el juzgado de Caldas, que instruye el sumario por el asesinato de Manuel Garc¨ªa Varela, comenzaron a llegar los requerimientos pendientes de otras localidades gallegas. Le espera un largo peregrinaje judicial.
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