Mijatovic, lo mejor
A sufrir. Pronto se vio que el Madrid iba a sufrir para ganar el encuentro. El despiste de Roberto Carlos dejando anticiparse a Jos¨¦ Mari aument¨® el casillero de los goles encajados de cabeza. Poco despu¨¦s ninguno de los jugadores de la defensa se percat¨® de que el que iba a disparar era el griego Tsartas, y suerte que Alkorta no pusiera el 0-3 en el marcador.Los damnificados. El triste panorama puso a trabajar a Capello. El primer damnificado fue Chendo que dej¨® su puesto a Sanchis, intentando equilibrar el dominio sevillista en el centro del campo. Sulcer fue el segundo poco despu¨¦s y mucho antes de lo que acostumbra. Las intervenciones de Mijatovic fueron lo ¨²nico positivo del Madrid,en la primera mitad.
Suicidio. Dos despistes, uno del asistente al no se?alar el claro fuera de juego de Ra¨²l y el otro del defensa sevillista Prieto, permitieron el gol de Seedorf con el tiempo sobradamente vencido. No pareci¨® hacerle mucho da?o este gol al Sevilla que tras el regreso dispuso de alguna ocasi¨®n m¨¢s. Esto s¨®lo dur¨® unos minutos: acab¨® suicid¨¢ndose al encerrarse en su propia ¨¢rea.
A las profundidades. La sorprendente sustituci¨®n de Tsartas dej¨® al Sevilla herido en su medio campo. Prosinecki, que hab¨ªa realizado una primera parte excelente, decay¨® mucho en la segunda. El segundo cambio acab¨® por meterle en su propia ¨¢rea a la espera de lo que parec¨ªa inevitable. Tras una primera parte esperanzadora, su ca¨ªda en la segunda le lleva directamente a las profundidades.
Al mismo tiempo. Los viejos y amargos recuerdos volvieron al madridismo tras los goles del Sevilla que adem¨¢s, coincid¨ªan con el de Ronaldo poniendo a su equipo con ventaja. La tortilla dio la vuelta en la segunda mitad. El Bernab¨¦u celebraba la remontada de su equipo al tiempo que en Valladolid el Barcelona iba recibiendo los goles que le alejaban definitivamente de su directo rival, salvo desastre.
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