Kabila dice que las elecciones deber¨¢n esperar
, Los planes pol¨ªticos de la Alianza para la Liberaci¨®n de Congo, el movimiento pol¨ªtico que encabeza Laurent Kabila, no coinciden con los de la comunidad internacional. No habr¨¢ elecciones por el momento. S¨®lo como final de un proceso. La duraci¨®n de este periodo transitorio lo determinar¨¢ una Asamblea constituyente que se elegir¨¢ dentro de 60 d¨ªas. Ayer, por segundo d¨ªa consecutivo, hubo actos de venganza contra antiguos soldados mobutistas. Fueron menos importantes que los del lunes, en los que el n¨²mero de muertos pudo estar entre los 100 y 200. Pero es un hecho que muchos ciudadanos (esta ciudad tiene cerca de seis millones de habitantes) y algunos milicianos se est¨¢n tomando la justicia por su mano.
El secretario general de la Alianza, el n¨²mero dos de Kabila, Deogratias Bugera dio a entender ayer en Kinshasa que el ritmo y la forma de la nueva realidad pol¨ªtica lo marcan ellos. Pero la Alianza a¨²n no controla el orden p¨²blico. Incluso ha consentido que varios prisioneros arracimados en antiguos campamentos del Ej¨¦rcito del ex dictador hayan sido maltratados o permitido que la gente los apalee. Todo esto deber¨¢ cambiar cuando llegue Kabila a la capital -lo que seg¨²n el presidente surafricano Nelson Mandela pod¨ªa ser hoy mismo- y se nombre un nuevo Gobierno. Este Ejecutivo, seg¨²n dijo Bugera, no va a aceptar que la ayuda exterior condione, como en la ¨¦poca de Mobutu Sese Seko, el futuro del pa¨ªs.Con esta ret¨®rica anticolonial proafricana, Bugera -un tutsi de Masisi (Kivu Norte)- explique las elecciones son s¨®lo una consecuencia de un proceso e democratizaci¨®n, nunca su inicio. "Sin libertad o justicia no hay democracia", dijo. El objetivo prioritario ahora es reconstruir el pa¨ªs, articular la sociedad civil, devolver al pueblo la dignidad arrebatada y todos los mecanismos de decisi¨®n. Comenzando desde la base, desde las alas, d¨¢ndoles autonom¨ªa pol¨ªtica, econ¨®mica y social. Los nuevos representantes del emerger e ese proceso popular.
Bugera esquiv¨® las cuestiones clave: la fecha de esas elecciones (lo decidir¨¢ la nueva Asamblea, que no se sabe c¨®mo ser¨¢ nombrada), y si este proceso renovador estar¨¢ abierto a otros grupos pol¨ªticos. "Nosotros no somos lo que se dice un partido, como lo entienden los franc¨®fonos, somos un movimiento abierto a todo el mundo".
Partido ¨²nico
Este es el modelo pol¨ªtico del residente ugand¨¦s, Yoweri Musevini, uno de los patrocinadores internacionales de Kabila. Partido ¨²nico, abierto a muchas corrientes, base popular y comportamientos democr¨¢ticos. Bugera insisti¨® mucho en este punto. Hay que establecer los mecanismos que permitan la dignidad de la persona, libertad de opini¨®n y de asociaci¨®n, bajo un sistema econ¨®mico basado en la libre empresa.
Por la tarde, los delegados de Kabila sostuvieron una masiva reuni¨®n con empresarios locales y extranjeros para informarles de sus planes econ¨®micos: una nueva moneda, introducci¨®n de un sistema de impuestos y final de la mordida (soborno). Es un mensaje que gusta. La multinacional surafricana De Beers, dedicada a los diamantes, ha reabierto o rauda sus oficinas en la capital. Aqu¨ª hay negocio.
En la calle tambi¨¦n hay satisfacci¨®n. Ayer, el mercado central de Kinshasa era un bullicioso zoco de intercambios, donde la gente iba y ven¨ªa disfrutando de la nueva libertad. "No hay soldados alrededor que nos obliguen a darles dinero", dec¨ªa un joven. Otro, llamado Luis y que habla portugu¨¦s, explica que ¨¦ste es el cambio b¨¢sico, que los que deben protegerte no sean tus principales enemigos.
El cuartel general de la ex Guardia Civil, donde se apilan sus armas rendidas a la nueva autoridad, los rebeldes escuchan pacientes a una multitud de personas que acude a denunciar los robos. Se entienden con dificultad. Ellos hablan suajili y aqu¨ª s¨®lo conocen el lingala. ?Qu¨¦ har¨ªa usted ante un pillaje? El soldado de Kabila no duda: disparar a matar.
La nueva Voz de Congo emite mensajes llamando a la calma y al trabajo. Los funcionarios del antiguo r¨¦gimen se presentaron ayer puntuales en sus puestos. Todos con el carn¨¦ en la mano, temblorosos. Pero nada les sucedi¨®. Ahora, como ha ocurrido en las zonas del pa¨ªs que controlan desde hace meses los hombres de la Alianza, ser¨¢n sometidos a clases de reeducaci¨®n y comenzar¨¢n a cobrar un sueldo.
El hotel Intercontinental, que fue refugio de ¨²ltima hora de cientos de mobutistas, se ha transformado en la residencia de las nuevas autoridades. Noel Massoud, un palestino jordano que ejerce de director, se ha dado prisa en retirar los retratos de Mobutu. Ayer, antes de la reuni¨®n de los empresarios, tres empleados vestidos con libreas rojas de cosaco, se afanaban en quitar las letras doradas del mejor sal¨®n, el Zaire.
[El paradero del derrocado presidente sigue siendo una relativa inc¨®gnita. El domingo se le situaba en Marruecos, en un hotel de lujo bajo la tutela de Hassan II, pero la agencia France Presse inform¨® ayer que se encuentra en unas dependencias del palacio presidencial de Togo. Mobutu, que al parecer se encuentra "muy cansado", seg¨²n las fuentes consultadas, lleg¨® a Lom¨¦ el domingo por la ma?ana, con varios miembros de su familia, procedente de su feudo en Gbadolite, en el norte del Zaire, en donde se hab¨ªa refugiado tras huir de Kinshasa. La llegada de Mobutu sorprendi¨® a las autoridades togolesas y ayer el presidente de Togo, general Gnassingb¨¦ Eyadema, regres¨® precipitadamente de su localidad natal a la capital para atender a su depuesto amigo. Adem¨¢s, 85 de los 110 miembros de la familia de Mobutu que se encontraban en Brazzaville, capital de Congo, volaron ayer a Lom¨¦.]
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