Libros, competencia y comercio
Es necesario poner todos los datos sobre la mesa: soy un creyente viejo en las virtudes de la libre competencia, ocupo desde hace dos meses el puesto de director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, asociaci¨®n que, como tal, en consonancia con sus hom¨®logas europeas, defiende el vigente sistema de precio fijo o ¨²nico para el libro y la disminuci¨®n de todas las trabas en su comercio exterior. A diferencia del se?or Schwartz, creo en la libre competencia en si misma, por considerar que es una instituci¨®n eficaz para el buen funcionamiento del sistema econ¨®mico, aunque hasta la lectura de su art¨ªculo en EL PAIS, Libreros en Internet, desconoc¨ªa que la libre competencia tuviera una vertiente de Robin Hood en defensa de los consumidores pobres, y pensaba que el Instituto de Libre Comercio (ldelco) que tan dignamente preside era un portavoz leg¨ªtimo de los intereses de las grandes superficies de origen franc¨¦s, pero no una secci¨®n de las damas de la caridad.El n¨²cleo esencial del art¨ªculo de Schwartz es una furibunda cr¨ªtica al sistema imperante en Europa y gran parte del mundo del precio fijo o ¨²nico en el comercio del libro, que en Espa?a est¨¢ consagrado por el Real Decreto 484 / 1.990. Al articulista no le gusta el sistema de precio fijo y, eso es magn¨ªfico. Pero yerra al oponer ese sistema a los principios y normas de la libre competencia.
Se olvida con frecuencia que el sistema de precio ¨²nico nace en la liberal y victoriana Inglaterra de finales del siglo XIX, de la mano del gran padre de la escuela neocl¨¢sica A. Marshall, y que el primer libro al que se le aplic¨® este sistema fueron sus Principios de econom¨ªa, precisamente con la finalidad de que fuera lo m¨¢s- barato posible y que estuviera al alcance del mayor n¨²mero posible de estudiantes. Esa es la ra¨ªz del precio fijo, como muestra la correspondencia entre el editor McMillan y Marshall.
El sistema de precio ¨²nico, que no es exclusivo del libro, no s¨®lo no elimina la competencia, sino que la fortalece, porque unos y otros libros, cada uno con su propio precio, tienen que competir no s¨®lo entre s¨ª en el mercado en precio, sino en toda una amplia gama de factores -edici¨®n, notas, cr¨ªticas, introducci¨®n, etc¨¦tera-. Hay pocos sectores tan competitivos en la econom¨ªa espa?ola como el editorial, donde cada a?o nacen, mueren y se fusionan varias editoriales, y todas est¨¢n en permanente lucha por uno u otro autor.
Es injusto el presidente de Idelco en su cr¨ªtica al sector editorial, uno de los sectores econ¨®micos m¨¢s din¨¢micos, como revela su favorable balanza comercial y la fuerte internaci¨®nalizaci¨®n de sus empresas; las grandes editoriales no s¨®lo tienen filiales en pr¨¢cticamente todas las naciones iberoamericanas; est¨¢n presentes en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y otros pa¨ªses europeos. Hay, adem¨¢s, que proseguir en esa tarea, que genera no s¨®lo beneficios econ¨®micos, sino culturales.
Por otro lado, Schwartz, probablemente por. su afici¨®n a Internet, no recuenta en demas¨ªa las librer¨ªas espa?olas. En ¨¦stas se suelen encontrar ofertas de magn¨ªficos libros con descuentos que superan ¨¦se, a su juicio incre¨ªble, 40%; descuentos que son legales y permitidos por el Real Decreto 484 / 1990 en las numerosas excepciones que contempla.
Est¨¢ bien la utilizaci¨®n comercial de Internet, pero no hay que. deslumbrarse, ni pienso que sea el b¨¢lsamo de Fierebras el sistema de precio fijo o ¨²nico no es contrario, ni en sus congenes ni en la actualidad, a la libre competencia; tambi¨¦n aqu¨ª hay magn¨ªficas ofertas, s¨®lo hay que frecuentar las librer¨ªas. Por supuesto, este sector, como cualquier otro, necesita adaptarse a las nuevas realidades. En ello estamos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.