Chile gastar¨¢ 153.000 millones de pesetas en la compra de armas en los pr¨®ximos cinco a?os
El final de las restricciones estadounidenses para la adquisici¨®n de armas de tecnolog¨ªa punta en los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, por el avance democr¨¢tico en esta regi¨®n del mundo, sorprendi¨® a Chile en un proceso de compra de nuevos equipos que puede superar el importe de 1.000 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos a?os. Este pa¨ªs, con un 27% de su poblaci¨®n viviendo en la pobreza y que no afronta una guerra desde hace m¨¢s de un siglo, est¨¢ interesado en adquirir dos submarinos, una veintena de aviones avanzados y cerca de doscientos tanques, de tecnolog¨ªa superior a la de sus equipos actuales.
Las adquisiciones se encuentran en diferentes etapas de avance. La compra de los dos nuevos submarinos Scorpene, un prototipo fabricado por una alianza de los astilleros franco-espa?oles DCN-Baz¨¢n, se ha postergado dos a?os. La renovaci¨®n de los carros de combate est¨¢ m¨¢s avanzada: 200 unidades Leopard- 1, pasadas a la reserva por los Ej¨¦rcitos de B¨¦lgica, Holanda e Italia, ser¨¢n compradas. El proceso de adquisici¨®n de aviones se encuentra todav¨ªa en la etapa de selecci¨®n. Los expertos creen que la ventaja la tiene el F-16 estadounidense sobre el Mirage 2000-5 franc¨¦s. Ante las voces cr¨ªticas por el gasto que implicar¨¢n las adquisiciones, los t¨¦cnicos en Defensa replican que, por ejemplo, las unidades de la Marina chilena tienen una antig¨¹edad promedio de 26 a?os, que contrastan con los 13 de la argentina. A su vez, los tanques TAM de ese pa¨ªs tienen 10 a?os, mientras los Sherman del Ej¨¦rcito chileno est¨¢n en uso desde hace m¨¢s de 40 a?os.
La suspensi¨®n del embargo de armas modernas que pesaba sobre Latinoam¨¦rica fue una decisi¨®n econ¨®mica del presidente estadounidense, Bill Clinton. En mayo de 1996, 51 senadores y 80 diputados norteamericanos le enviaron una carta record¨¢ndole que EE UU hab¨ªa dejado de vender armas por valor de 4.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 600.000 millones de pesetas) a Am¨¦rica Latina; situaci¨®n que fue aprovechada inmediatamente por Francia. Esta restricci¨®n impidi¨®, adem¨¢s, la creaci¨®n de 40.000 puestos de trabajo en empresas de Estados Unidos.
Entre febrero de 1976 y diciembre de 1990, durante casi 15 a?os, Chile se enfrent¨® a otra restricci¨®n, mas dr¨¢stica: la prohibici¨®n de la venta de armamento y ayuda militar por una iniciativa de los senadores Edward Kennedy y Tomas Harkin. Era la respuesta a las violaciones a los derechos humanos del r¨¦gimen militar. En 1981, el condicionamiento para terminar la enmienda fue vinculado al esclarecimiento del asesinato en Washington de Orlando Letelier.
Sur¨¢frica, la entonces Rodesia, Israel y despu¨¦s Francia fueron los nuevos proveedores, que reemplazaron a los norteamericanos. La variedad de equipos signific¨® elevar, los costos de mantenimiento. Al mismo tiempo, cada rama de las Fuerzas Armadas desarroll¨® una industria propia, con diferentes grados de eficiencia. Uno de los efectos de este periodo fue que el gasto militar entre 1974 y 1980, medido en porcentaje del producto interior bruto (PIB), alcanz¨® sus mayores cotas. El presupuesto lleg¨® a significar un 6%, el triple que en 1990, seg¨²n un estudio del coronel Carlos Villar. Este a?o Chile destinar¨¢ a Defensa 2.108 millones de d¨®lares, un 2,7% del PIB. De esa cantidad, casi 63% corresponde al personal en servicio activo y en retiro.
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