?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, y qu¨¦ nos espera?
Tras las ca¨ªdas en las bolsas del sureste asi¨¢tico, el nerviosismo se extend¨ªa ayer a los pa¨ªses latinoamericanos, con descensos que alcanzaban durante la sesi¨®n m¨¢s del 14% en Brasil y cerca de un 12% en M¨¦xico y de un 9% en Argentina. Llegaba incluso a la Bolsa de Nueva York. Merece la pena no dejarse llevar por la tendencia y detenerse un momento para considerar las causas de la situaci¨®n actual.La p¨¦rdida de confianza en Tailandia, con una fuerte revisi¨®n a la baja de las expectativas de crecimiento y una escasa credibilidad de su pol¨ªtica, dio lugar a la crisis del baht hace unos meses. Esta crisis afect¨® a pa¨ªses del entorno como Filipinas, Indonesia o Malaisia, ante el temor a una depreciaci¨®n a medio plazo por la alta inflaci¨®n, el elevado d¨¦ficit corriente y la velocidad a que crec¨ªa su endeudamiento. La bola de nieve creci¨® ante las dudas sobre la evoluci¨®n de Hong Kong en estas circunstancias, as¨ª como por el temor a un desplome de los precios de los activos (inmobiliarios entre otros) tras la fuga de dinero e inversores que ha tenido lugar con la devoluci¨®n a China, lo que puso al d¨®lar del Hong Kong bajo presi¨®n y dio lugar a medidas excepcionales para defender la moneda, que presionaron, de nuevo a la baja, a las bolsas.
Llegados a este punto, se observa una reestructuraci¨®n de las carteras: los gestores abandonan el sureste asi¨¢tico -mercado habitual en el que buscaba escasa correlaci¨®n con EE UU y Europa as¨ª como un plus de rendimiento-, en busca de refugio en los mercados de deuda, en especial en EE UU, con una apreciaci¨®n del d¨®lar hasta los 1.79 marcos alemanes en momentos puntuales. Al tiempo, el mercado reconoce el peligro para las empresas relacionadas con art¨ªculos de lujo (para algunas de ellas, Hong Kong supon¨ªa casi un 10% de su mercado), as¨ª como para determinados bancos que operan en la zona. Esto detona una correlaci¨®n en las bolsas europeas y mundiales que se ven¨ªa esperando desde hace alg¨²n tiempo.
Tras esto, el mercado desconf¨ªa de la zona latinoam¨¦rica, en la medida en que puede ser candidata a un ataque. A ello se junta una revisi¨®n a la baja de las expectativas de los mercados, en especial bancos y telecomunicaciones, tras la decisi¨®n de EE UU de rebajar, unilateralmente, las tarifas de interconexi¨®n, lo que se traduce en m¨¢s pagos de Latinoam¨¦rica a EE UU por las llamadas realizadas. Y as¨ª llegamos al nuevo efecto tequila, en el que la crisis se extiende a los pa¨ªses emergentes del cono sur.
De cara a los pr¨®ximos d¨ªas (?semanas?), a¨²n queda volatilidad por delante mientras el mercado se hace m¨¢s selectivo en sus planteamientos y ser¨¢n los grandes indicadores en los principales mercados los ¨²nicos que puedan frenar la bola de nieve. De hecho, se espera con inter¨¦s la presentaci¨®n de las previsiones y pol¨ªtica monetaria por Alan Greenspan ante el Congreso de Estados Unidos ma?ana. Con todo, la presente correcci¨®n -temida aunque esperada- lleva a una limpieza de las carteras y devuelve a los bonos parte del atractivo que hab¨ªan perdido ante las espectaculares ganancias de algunas Bolsas en los meses pasados, con lo que se retorna a cierto equilibrio a largo plazo. A medio plazo, las expectativas de crecimiento en Europa siguen apoyando una recuperaci¨®n de los mercados.
En cuanto a los pa¨ªses emergentes, las grandes carteras a¨²n est¨¢n reestructur¨¢ndose, reduciendo la exposici¨®n a Bolsa y aument¨¢ndola en bonos y l¨ªquidez; por ello, la volatilidad perdurar¨¢ a¨²n cierto tiempo, ya que el mercado cuadrar¨¢ primero el grueso de la cartera antes de reorganizar la parte que les dedicaba. Con todo, a medida que emergen y aumenta la correlaci¨®n con los pa¨ªses de su entorno, descubrir¨¢n que el mercado no se satisfar¨¢ s¨®lo con crecimiento, sino exigir¨¢ cada vez m¨¢s calidad.
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