Ahorro s¨ª, gracias
La celebraci¨®n del D¨ªa Universal del Ahorro que, desde 1924, realiza la Comunidad Internacional de las Cajas de Ahorro, constituye una buena ocasi¨®n para hacer algunas reflexiones sobre el comportamiento de esta variable econ¨®mica. Diez ideas centrales es mi prop¨®sito resaltar de forma ordenada:1. La tasa de ahorro nacional bruto, con respecto al PIB, seg¨²n las estimaciones de la Fundaci¨®n de las Cajas crecer¨¢ en 1997 respecto al a?o anterior, ya que el ahorro, en t¨¦rminos monetarios, crecer¨¢ en torno al 12,7%; un crecimiento estimado muy superior al del PIB (5,6% en t¨¦rminos nominales).
2. Ese elevado crecimiento permitir¨¢ que la tasa de ahorro respecto al PIB (22,6%) supere a la de formaci¨®n bruta de capital (20,8%). Es decir, acentuando la trayectoria que se inici¨® en 1995, la sociedad espa?ola conseguir¨¢ en 1997 financiar con ahorro interno su inversi¨®n y dejar una capacidad de financiaci¨®n excedente cercana a tres puntos del PIB para proyectos internacionales.
3. El aumento de la tasa de ahorro tiene su ra¨ªz en la me ora sustancial del desahorro p¨²blico -en l¨ªnea con la correcci¨®n del d¨¦ficit- y, sobre todo, en el important¨ªsimo aumento de la autofinanciaci¨®n empresarial que acompa?a al crecimiento de los beneficios empresariales. El ahorro familiar s¨®lo contribuir¨¢ con un modest¨ªsimo aumento.
4. Que el ahorro aumente y permita financiar una inversi¨®n en crecimineto es una buena noticia. No se olvide que el sustancial aumento del ahorro nacional bruto entre 1994 y 1997 ha ido acompa?ado por una elevaci¨®n del empleo cuya tasa de evoluci¨®n se cifra en el 8,5% entre 1995 y 1997.
5. La econom¨ªa espa?ola reclama una intensificaci¨®n del ahorro. Seg¨²n los c¨¢lculos de la Fundaci¨®n de las Cajas, es preciso aumentar en 4,6 puntos la tasa de ahorro de forma permanente para que Espa?a alcance, en un plazo de no m¨¢s de 10 a?os, los valores del PIB por habitante de la media europea, en lugar de los 30 o 40 a?os que exigir¨ªa la continuidad de su ritmo hist¨®rico para lograr ese acercamiento. Hay que aspirar a que el sector p¨²blico supere su actual desahorro, y que las empresas mantengan su alta cota de autofinanciaci¨®n, pero sobre todo hay que estimular y proteger el ahorro familiar.
6. El ahorro de las familias espa?olas en 1997 crecer¨¢ poco, tanto en valor absoluto (unos 52.000 millones) como en relaci¨®n con el PIB, lo que determinar¨¢ una reducci¨®n de la tasa de ahorro familiar en relaci¨®n al PIB, que se situar¨¢ en el 8,4% frente al 8,8% en 1996. Una reducci¨®n no muy importante, pero preocupante por la tendencia ascendente que ser¨ªa necesaria.
7. En contra de una opini¨®n muy extendida, el deterioro de la tasa de ahorro sobre la renta familiar antes de impuestos no tiene su origen en el aumento del consumo familiar, que crece en 1997 a tasas razonables, ligeramente superiores a las del PIB, lo que dar¨¢ lugar a un aumento de la propensi¨®n media al consumo en 1997 de s¨®lo tres d¨¦cimas. La ra¨ªz de la reducci¨®n de la tasa de ahorro est¨¢ m¨¢s bien en el aumento -en relaci¨®n con el PIB- de las cotizaciones sociales y, en menor medida, de los impuestos familiares, en los que el exagerado nivel del tipo marginal constituye un permanente desest¨ªmulo del ahorro.
8. Los trabajos sociol¨®gicos destacan que el m¨®vil del ahorro familiar es esencialmente de car¨¢cter previsional -por eso las mejoras en la valoraci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica y la reducci¨®n de las incertidumbres reducen, m¨¢s que aumentan, la tasa de ahorro familiar- y se materializa en productos financieros relativamente sencillos.
9. Los an¨¢lisis realizados demuestran que el capital humano y la formaci¨®n es un factor determinante de primera magnitud en el ahorro de las familias, por el doble motivo de constituir un elemento que genera renta y que eleva la probabilidad de empleo.
10. El an¨¢lisis econ¨®mico del ahorro destaca que la fiscalidad del ahorro en Espa?a es compleja, ineficiente y perturbadora por su falta de neutralidad. Las diferencias entre activos con rendimientos ordinarios o considerados como incremento patrimonial, los distintos reg¨ªmenes de retenci¨®n y la posibilidad o no de diferir la carga tributaria son factores que influyen en la materializaci¨®n del ahorro en distintos productos financieros sin ninguna base de racionalidad econ¨®mica.
En suma, la sociedad espa?ola precisa una intensificaci¨®n de la tasa de ahorro (e inversi¨®n) para propiciar el necesario crecimiento de la producci¨®n y el empleo. Algunas malformaciones hist¨®ricas que conduc¨ªan a un excesivo consumo se han corregido con el avance en el proceso de desarrollo. Lo que queda por hacer est¨¢ m¨¢s bien vinculado a un comportamiento m¨¢s adecuado del sector p¨²blico -tanto en el gasto como en la racionalidad de la fiscalidad- y a una flexibilizaci¨®n del mercado laboral que permita a la vez aumentar el empleo y descargar a la familia, con mayor diligencia que en la actualidad, de sus miembros j¨®venes en edad laboral, abriendo un mayor margen para el ahorro, sobre la a¨²n escueta renta familiar disponible de la mayor¨ªa de los espa?oles.
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